lunes, 15 de junio de 2015

Autismo


   Ruptura de la actividad mental con la realidad exterior y replegada más o menos total en el mundo de lo imaginable y los fantasmas.
   Éste termino, creado en el 1911 por el Psiquiatra suizo Eugen Bleuler, se aplica lo mismo al adulto que al niño.

Autismo del niño
  En el niño, el Autismo es común en diversos Síndromes psicóticos. Sus causas quedan discutidas. Ciertos, cómo el psicoanalista americano Bruno Bettelheim, consideran el Autismo como una reacción de defensa del niño, que vive toda relación con el viviente como destructora. Otros la explican por un disfuncionamiento del sistema nervioso central.

Autismo en el adulto
   En el adulto, el Autismo es la mayoría de las veces un síntoma clínico de la Esquizofrenia. El aparece como una defensa del sujeto contra la angustia provocada por el mundo exterior, percibido como hostil y amenazante.

Cómo tratarlo
   En el niño se diagnostica al observar que durante su desarrollo se da un proceso de desconexión con la realidad externa, así como una disminución de la capacidad de intercambio con lo que hay a su alrededor

   También es característica de esta alteración una actitud de encerrarse en uno mismo, sin que se expresen o valoren los propios sentimientos y de las vivencias con el exterior. Se produce una verdadera disociación entre el mundo interior y lo que hay alrededor y se vive.
   Es prácticamente imposible entender el mundo interior del niño autista y es muy difícil participar en sus actividades, incluso para aquellas personas más cercanas afectivamente. Con frecuencia, el pequeño se expresa en un lenguaje abstracto y simbólico, incoherente. La falta de comprensión por parte de los demás acentúa su sufrimiento. El niño no sabe cómo exteriorizar su sensibilidad, lo que refuerza su mundo personal e independiente. Se inhibe de su relación con lo que le rodea y se muestra indiferente.
Psicomotricidad
   Desde la primera infancia, la Psicomotricidad, la inducción al juego y el aprendizaje incentivado ayudarán a liberar las tensiones internas y a captar los estímulos externos. También contribuyen a desarrollar las habilidades en la lecto-escritura y el control de los automatismos (movimientos repetitivos y funcionales). Las personas encargadas de proporcionar este tipo de ayuda deberán ser psicoterapeutas especializados, que empezarán el tratamiento en una edad muy temprana para poder obtener resultados de adaptación positivos.

Homeopatía
   En el autismo, la homeopatía juega un papel inductor en la captación de estímulos, en la liberación de tensiones internas y en el control emocional Algunos de los remedios apropiados son la Staphysagria SOCH (medio tubo-dosis cada 15 días), la Thuya I5CH (medio tubo-dosis cada 15 días), la Baryta carbónica 9CH (3 gránulos cada mañana) y el Zincum metallicum 7CH (3 gránulos cada tarde).

Fitoterapia
   La Fitoterapia sedante y antiespasmódica sirve para disminuir los estados de tensión interna e intranquilidad Es útil la toma en infusión a partes iguales de Pasiflora Passificra inarnata), Azahar (Citrus aurantium) Tilia (Tila platyphyllos), Manzanilla (matricaria chamomilla) Melisa (Melissa officinalis).

Vitaminas y minerales
   En los niños autistas se debe tener en cuenta una alimentación rica en alimentos sin refinar, fibras, frutas y verduras frescas, evitando cocinar con utensilios de aluminio. Pueden tomarse complejos vitamínicos-minerales naturales para niños que lleven complejo vitamina B, C y E, ácido fólico, Calcio. Fósforo. Zinc y Selenio.

La otra realidad
Un mundo hecho a medida en el que habita una sola persona.                                                  Un mundo especial, sin preguntas, sin preocupaciones, sin normas.
Tras sus muros, más allá de
sus límites, otra realidad extraña e indiferente que no merece especial interés.
En ella, las personas que conviven con el niño autista deben aprender que entender comprender y reeducar es la única vía posible para entreabrir la puerta
entre ambos espacios.

 

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