miércoles, 31 de agosto de 2016

Medicina precolombiana, 4ª y última parte


AMÉRICA DEL SUR
Chibchas
   Las tribus cazadoras con lengua afín a la chibcha estuvieron asentadas desde 8000 a. de C. entre el actual territorio nicaragüense y el ecuatoriano, hasta que hacia 1000 a. de C. la introducción de influencias olmecas, principalmente el cultivo del maíz, les permitió desarrollar la agricultura. Al final del período precolombino el área chibcha estaba fragmentada en multitud de tribus en conflicto, destacando por su evolución cultural los muexcas, muiscas o Moscas, vocablo que en lengua chibcha significa gentes.
   Fue un pueblo que vivió austeramente, y como dice Pedro Simón (1627), los jeques “se preciaban de médicos y de que anduviesen juntos los dos oficios, porque conocían unas yerbas buenas para las heridas de que hay tantas en esta tierra, y para otras enfermedades a que también acudían usando mil ridículas ceremonias entre las aplicaciones que hacían de ellas”.


Incas
  El dominio del área andina por los Incas del Cuzco, con la unificación política y militar del Tahuantinsuyu, consumada en 1470 d. de C., tuvo una influencia decisiva en las prácticas médicas del incanato. Uno de sus procedimientos curativos era el trance alucinatorio del curandero mediante drogas psicotrópicas, bien con la aspiración nasal del polvo de semillas de yuca o huilca, nombre quechua del yopo o cohoba, Anadenanthera peregrina, o con infusiones de ayahuasca o yagé, Banisteria caapio del chamico, Datura tutula, según las áreas andinas.
   Se ha especulado sobre la anestesia utilizada por los Incas en las intervenciones quirúrgicas, algunas de larga duración, y ciertos historiadores como Raoul d’Harcourt (1939) sugieren que pudieron realizarse sin anestesia o bajo los efectos de alguna droga que no llegan a identificar; otros mencionan la coca, pero ésta carece de acción anestésica general, aunque fue utilizada como anestésico local, según indica Bernabé Cobo (1652), en los dolores de muelas. Juan de Betanzos (1551) afirma que en la ceremonia de la perforación de las orejas, los que iban a ser intervenidos quedaban inconscientes después de beber chicha, bebida alcohólica de consumo habitual, de baja graduación y obtenida por fermentación del maíz; por otra parte, entre los indios Yungas de la costa del Pacífico se potenciaban los efectos anestésicos de la chicha, bebiendo en su lugar la chicha fuerte o sora, a la que se agregaba el palo de una fruta seca llamada espingo, y esta bebida, a la que llamaban yale, embriagaba con gran rapidez.
   Las drogas más utilizadas fueron de origen vegetal, principalmente purgantes y eméticas como la Euphorbia penicillata, la Jatropha gossipiifolia y el Schinus molle. El balsámico de Perú, Myroxylon peruiferum se utilizaba como cicatrizante, y el bálsamo de Tolú, Myroxylon toluiferum, como expectorante. Además del tabaco o sayri en poiyo, de uso precolombino generalizado, usaron plantas nativas: asipa, apincoya, ayrampo, capuli, chuchu, huayruru, layan, llampu-quisa, lucet, mus que, maju, mancapaqui, mayten, sacha sackarara, thoupa y otras más en las cuales se ha confirmado cierta actividad farmacológica. Las drogas que dieron merecida fama a la materia médica andina fueron la coca o hayo, Erythroxylon coca y la quina, Cinchona calisaya. La coca fue un arbusto cultivado en chácaras bajo el control del inca, y sus hojas, un preciado artículo de consumo para suprimir la fatiga, la sed y el hambre, por su acción anestésica sobre el estómago, y a la vez estimular las funciones cerebrales, debido a su contenido en cocaína. En cambio, respecto a la corteza del quino o quina, aunque autóctona del Tahuantinsuyu, no existen indicios de que hubiera sido conocida ni utilizada en el período incaico, antes bien, los indígenas se resistieron a utilizarla en las fiebres después de que hacia 1635 se estableciera su actividad específica frente al paludismo y las fiebres, como ha señalado Francisco Guerra (1977).


Amazónicos
   Los pueblos precolombinos más numerosos, y los que ocuparon el área continental más extensa fueron los que habitaron al Este de los Andes, entre la Guajira y el río de la Plata.
   Su ceremonia curativa consistía en el trance del wishinu o curandero jíbaro, mediante una infusión de ayahuasca, cayapi o yagé, Bisteria caapi, o también la infusión de huanto o guantug, Datura sanguinea o floripondio, servía igualmente la insuflación nasal de rapé de semillas de yopo, Anadenanthera peregrina. Los Jíbaros consumían infusiones estimulantes de gua yasa, llex gua yasa y mascaban y fumaban las hojas enrolladas de sasango o tabaco. Durante la ceremonia, el wishinu hacía sahu-merios y soplaba sobre el enfermo, mientras que en sus alucinaciones adivinaba el lugar donde estaba alojado el dardo o la espina causante de la enfermedad que aparentemente extraía succionando. También administraba cocimientos de hierbas a las que atribuía propiedades mágicas, como es el caso de una ciperácea que decía aumentaba la fertilidad, o agitaba al aire las hojas de sasango para llamar en su ayuda a los espíritus.
   El curandero de los Tupíes, tribu establecida en el interior y la vertiente atlántica brasileña, llamado según las tribus pajé, caraiba, paywasu..., cuando era llamado a curar a un enfermo aspiraba por la nariz polvos de paricá, semillas de Anadenthera peregrina, o bebía un cocimiento de yagé, Banisteria caapi, y tras danzar alrededor del enfermo llegaba al trance donde se comunicaba con el espíritu de Anhangá, que le revelaba la causa de la enfermedad y el modo de curarla.
   Otras tribus tupíes tenían prácticas médicas diferentes. Entre los Taupilang, como indica Alfred Metraux (1928), los espíritus de las plantas ayung contribuían a la curación de los enfermos, de ahí que los curanderos, que habitaban en casas situadas en las ramas más altas para ahuyentar los malos espíritus, utilizaran un ramo de hojas verdes en lugar de maracas.
     Los Guaraníes constituían tribus nómadas, asentadas en las riberas de los ríos paraguayos, cuya dieta era básicamente vegetariana, basada en mandioca, batatas, maíz, fréjoles, amanduvi o maní y algunas leguminosas. Consumían en abundancia frutas y miel, y poco pescado y carne, apenas usaban la sal, y su condimento principal era el ají. Destacaban entre otros pueblos precolombinos por sus prácticas higiénicas, y utilizaban como jabón las semillas machacadas de la espina de corona o de ñandyrá, para evitar las picaduras de insectos se untaban la piel con urukú o bija y con el cocimiento de para yo palo amargo. Preparaban una bebida alcohólica, kaui, por fermentación de la mandioca y la batata, y la bebida habitual tras las comidas era una infusión de mate o guarana, que por su contenido en cafeína eran estimulantes. El curandero o pajé alcanzaba un trance mediante drogas alucinógenas como el yuyra pajé, árbol del hechizo Myrocarpus frondosus o el kurupay, Piptadenia macrocarpa, para obtener la ayuda de los espíritus.
   Tanto Moisés Santiago Bertoni (1927) como W. Müller (1928) han identificado numerosas plantas con reputación medicinal, purgantes y eméticas, unas administradas en infusiones y otras de forma externa, que para los guaraníes tenían virtudes mágicas, pero cuya actividad no siempre es posible confirmar.


Patagones
   Las tribus de origen patagónico ocuparon durante el período precolombino el cono sur americano a ambos lados de los Andes. Sus curanderos wilan celebraban ceremonias donde inhalaban semillas semitostadas en polvo de cebil, Piptadenia macrocarpa, y durante las alucinaciones que les provocaban creían que su espíritu se desdoblaba y se unía a otros espíritus que les daban poder para curar a los enfermos.
   Hemos podido conocer, a través de las prácticas médicas y las costumbres de los diferentes pueblos, cómo los logros de la medicina precolombina fueron en gran medida debidos a la integración de sus recursos materiales y espirituales dentro de la concepción mágica religiosa de la enfermedad.


martes, 30 de agosto de 2016

Medicina precolombiana, 3ª parte


AMÉRICA CENTRAL
Uto-aztecas
   Los pueblos cazadores y depredadores del Oeste de México, entre el desierto de Utah y Centroamérica, han sido agrupados como Uto-aztecas por constituir una familia lingüística homogénea.
   José Ortega (1 745) indica que los curanderos nayaritas empleaban algunas hierbas medicinales como la hierba del tabardillo y la hierba de las heridas. Algunas tribus, como los Nayaritas, los Laguneros y los Coras tenían un ritual en el que tomaban botones de peyote Lophophora williamsii, y se embriagaban de manera que sentían alucinaciones y se desdoblaba su personalidad.
   Los Tarahumaras producían tesgüino, cerveza fabricada a partir de maíz fermentado, y chachui, un vino hecho de trozos de maguey machacados, cocidos y fermentados. Cerca de Nogorachic utilizaban en sus curas una variante del baño de vapor, consistente en un hoyo capaz de acomodar a un hombre, que cubrían con ramas y pieles, colocando en el fondo piedras muy calientes a las que echaban agua y ramas de cedro aromáticas para producir vapor y hacer que los enfermos sudaran profusamente. En las ceremonias curativas tenía un papel decisivo el ritual mágico con el tesgüino y el jículi o peyote, pero, además, administraban diversas plantas de reputación medicinal como el pachoco, el ari y el palo amarillo. Los Tarascos del territorio michoacano cultivaban maíz, fréjoles y calabazas, y consumían con frecuencia infusiones de las hojas de nurite.


Aztecas
   En los Aztecas, por ser la última cultara precolombina del Anahuac, se integraron los mitos de las antiguas culturas mesoamericanas con su politeísmo, a la vez que se diversificaron y perfeccionaron las prácticas ceremoniales, entre las que destacan las referentes a la medicina.
   El panteón de los dioses mexicanos fue estudiado en detalle por Sahagún (1572). Entre ellos, Tzapot-latena, diosa nacida en Tzapotlan, a quien se debía la extracción del uxiti, aceite de la resina del pino, que según Sahagún, a aprovechaba” para sanar muchas enfermedades y primeramente… contra una manera de bubas o sarna que nace en la cabeza, que se llama quaxoxoxiuiztl, y también contra otra enfermedad nace en la cabeza que es como bubas que se llama chaquachiciuiztli, y
también para la sarna de la cabeza”. Dicha resima era buena contra la ronquera de la garganta, las grietas de los pies y los labios y otras enfermedades.
   El cronista agrega que como esta mujer debió ser la primera que halló este aceite, contáronla entre las diosas, y hacíanla fiesta y sacrificios aquellos que vendían el uxiti.
  
Sahagún (1572) describió los ideales del médico y el sabio aztecas con gran belleza: “De los médicos: El médico suele curar y remediar las enfermedades; el buen médico es entendido, buen conocedor de las propiedades de las yerbas, piedras, árboles y raíces, experimentado en las curas etc.”.
   El aspecto más universal de la terapéutica mexicana precolombina lo constituye el uso de las hierbas medicinales. Su mejor repositorio fue el Códice Badiano (1552), de Martín de la Cruz, médico xochimilca, traducido al latín por Juan Badiano. Contiene 13 capítulos de remedios por sus nombres nahuatls, que están ordenados por la localización de las enfermedades a las cuales se aplican, de capite ad pedem, de ahí que en un mismo área anatómica se trate de enfermedades sin ninguna relación. En total se mencionan 251 plantas medicinales, de las cuales 185 están reproducidas en color. Sahagún (1572) trató “De las enfermedades del cuerpo humano y de las medicinas contra ellas’ y amplió los remedios con dos secciones más bien extensas “De las hierbas medicinales” y “De las piedras medicinales”. Describió en total 185 hierbas medicinales que en muchos casos aparecen en el C. Badiano. Francisco Hernández, como resultado de su exploración de la materia médica mexicana (1570- 1577), describió cerca de 1200 drogas, aunque su índice con los sinónimos nahuatls alcanza 4043. La nomenclatura botánica nahuatl es sistemática, y permite identificar la apariencia y hasta el uso de la droga; el sufijo xihuitl significa herbácea


Los códices
   Las culturas precolombinas no llegaron a conocer la escritura, si bien en Mesoamérica, la expresión de su mayor refinamiento cultural, fueron los códices jeroglificos mayas y los códices pictográficos mexicanos, que incluyen los aztecas, cholultecas, mixtecas, zapotecas y otros de difícil clasificación.
   Los códices americanos han sido estudiados repetidamente, y en algunos casos se ha analizado su posible interés médico, los más antiguos datan de hacia 1050 d. de C. y son mayas: el C. Dresden, el C. Madrid, el C. París y el C. Grolier, hallado recientemente muy fragmentado. La clasificación de los códices de América Central de interés médico es compleja. Su estudio e interpretación histórica médica están sembrados de dificultades que han dado por resultado graves errores. La inclusión de los códices, con imágenes anatómicas o actos como el parto o la extracción del corazón, de apariencia médica, como fuentes de la Medicina precolombina, no es correcta, pues se olvida que su medicina es por esencia mágica, y el concepto de la enfermedad, sobrenatural. Así, podemos entender que los códices americanos que se refieren de algún modo a la medicina precolombina ofrecen información al respecto cuando contienen un componente calendario augural mediante el cual el médico establecía el origen y el pronóstico de la enfermedad. Por tanto, todos los códices augúrales son médicos, mientras que los históricos con narrativas de migraciones, genealogías y hechos de las tribus, tienen interés médico al mencionar episodios de hambrunas, epidemias y sucesos en directa relación con la medicina anual, xochiltes flor, quahuiti, árbol y pahtli, medicina. Algunas drogas aztecas como la jalapa, la zarzaparrilla, el ricino o los bálsamos fueron muy utilizadas en el pasado, pero rara es la que ha sobrevivido en las farmacopeas contemporáneas. Un grupo de ellas ha visto reactivado su interés por tener propiedades alucinógenas, los hongos teonanacati, el cacto peyotl, la trepadora ololiuhqui y el arbusto toluah.
  
A los Toltecas, una corriente migratoria de origen chichimeca y lengua nahuatl que llegó a la altiplanicie mexicana hacia 200 a. de C., se les atribuye la preparación de una bebida embriagante obtenida de la fermentación del aguamiel del agave, el octli o pulque, así como el conocimiento de las plantas medicinales.


Al final de periodo clásico, en el área yucateca se identifica al Dios maya de la medicina: Sacal Puc, dios de los yerbateros. Los remedios de estos, aparecen recogidos en los libros de los Chilam Balam sacerdotes depositarios de crónicas

Mayas
    La medicina maya evolucionó profundamente integrada con las ideas que sobre los fenómenos de la naturaleza desarrollaron los Mayas desde 3000 a. de C. Entre los dioses mayas, ya hacia el final del período clásico, en el área yucateca se identifica el dios de la medicina Sacal Puc, dios de los yerbateros.
   La gran tradición terapéutica de los Mayas fueron sus yerbateros, cuyos remedios aparecen recogidos en los libros de los chilam balam, sacerdotes depositarios de crónicas. El más importante de ellos por su contenido botánico medicinal es el de lxil. Ralph L. Roys (1931) ha reunido más de 400 recetas mayas para diferentes enfermedades con las indicaciones para recoger las hierbas que las componen, modo de prepararlas e indicaciones terapéuticas. Tenían los Mayas un concepto numérico de la diferente actividad de las drogas en el hombre y la mujer, pues el hombre, por lo general, debía seguir el tratamiento trece días, mientras que la mujer sólo nueve. Según Roys (1931), algunas de las indicaciones de los remedios parecen seguir una idea de curar con los semejantes, pues para una erupción de la piel parecida a la picadura de avispas aplicaban nidos de avispas aplastados, ciertas lianas serpenteantes estaban indicadas en la mordedura de serpientes, frutos amarillos para la ictericia. De aquel enorme número de material medicinal, sólo dos parecen haber sobrevivido en las farmacopeas, el xanav mucuy, Euphorbia hirga y el chacab, Bursera simaruba.


Taínos
   La población precolombina de las Antillas fue resultado de migraciones repetidas del área caribeña de América del Sur principalmente.
   Las costumbres de los Taínos y sus prácticas médicas fueron estudiadas desde bien temprano con método, debido a que Cristóbal Colón pidió a Ramón Pané que escribiera una relación sobre ellas (1496), que después fue utilizada por Martire d’Angh lera (1516) y otros cronistas.
   Los adultos se untaban el cuerpo con las semillas de bija, Bixa orellana, que les daba un color cobrizo y a la vez les protegía de los mosquitos. El suicidio estaba aceptado socialmente, y utilizaban con tal fin el hien, líquido obtenido al prensar la yuca rayada que contiene ácido cianhídrico. La enfermedad de los Taínos que más interesó a los cronistas americanos fue las bubas o frambesia tropical, que tradicionalmente fue considerada como sífilis venérea. Fernández de Oviedo (1535) dijo que los bohitío, como eran llamados los curanderos “...eran grandes hervolarios e tenían conoscidas las propiedades de muchos árboles e plantas e hiervas, e como sanaban a muchos con tal arte, teníanlos en gran veneración e acatamiento, como a sanctos”. Esta observación, que repiten los cronistas de otras culturas americanas, indica que paralelamente a las ceremonias mágicas, el tratamiento de las enfermedades incluía la administración de drogas, en su mayoría de origen vegetal. Los Taínos mencionan el guayacan, Guaiacum officinale o palo santo, y el cocimiento de sus virutas, que era utilizado en las bubas, y el manzanillo, Jatropa multiphida, del que se utilizaban sus avellanas como purgante.
   Dice Bartolomé de Las Casas (1547), al referirse a las indias Taínas, que si se enojaban los maridos al conocer que estaban embarazadas ‘... fácilmente con ciertas hierbas y zumos, abortan echando muertas las criaturas”; más adelante añade que eran muchas las madres que morían en Santo Domingo por abortar con el hien.

lunes, 29 de agosto de 2016

Medicina precolombiana, 2ª parte


AMÉRICA DEL NORTE

Indios del noroeste

    A lo largo de la costa del Océano Pacífico, desde el círculo polar ártico, existían las tribus de los Tlingit, los Haida, o los Bella Coola, que utilizaban en algunos casos productos vegetales para el tratamiento de las enfermedades, tal era el caso de los emplastos de falso heléboro y resma de abeto como revulsivo, así como el cocimiento de falso heléboro para la tos, que por su acción irritante en el estómago provocaba vómitos.

Atapascos

   Constituyen una familia lingüística de varias tribus del Oeste de América Septentrional.
   Como parte de algunas ceremonias, los Apaches consumían botones de peyote, Lophophora williamsii, cuya acción alucinógena se debe a la mezcalina, así como hojas de Estramonio, Datura stramonium, que contienen atropina, hioscina y escopolamina, de efecto intenso sobre los centros nerviosos superiores. Ahora bien, aunque la acción de estas drogas sobre el sistema nervioso está comprobada, los efectos terapéuticos de los remedios vegetales usados por Apaches y Navajos no se debían a la acción farmacológica en sí, sino al hecho de haber sido recolectados siguiendo unas ceremonias complejas, donde las oraciones eran las que daban valor mágico a las drogas. Los Apaches, muy eficientes en el tratamiento de dislocaciones, heridas y fracturas, aplicaban en las hemorragias compresas de polvos astringentes obtenidos de hierbas.

Indios de las praderas

   En las grandes praderas, situadas entre los Montes Apalaches y los Montañas Rocosas, existían al final del período precolombino tribus nómadas importantes, que desde las zonas boscosas del Norte, incluían a Pies negros, Crows o Cuervos, Cheyenne, Dakota o Sioux, Pawnee...
   La materia médica recogida por Robert H. Lowie (1954) en las tribus Pies Negros y Piegan incluye numerosas plantas, cuyas raíces, tallos y hojas se utilizaban en infusiones y cataplasmas como el pino, el zumaque y varias hierbas aromáticas. Había algunas enfermedades que los Cheyennes curaban con hierbas y
raíces, y todas las viejas de la tribu solían tener bolsas de cuero con hierbas mágicas, pero en las enfermedades importantes, donde era necesario ahuyentar los malos espíritus, recurrían al curandero, siguiendo para ello estrictas normas sociales.
En todas las tribus de las praderas, la pipa de tabaco del curandero, llamada calumet, tenía un papel importante en las ceremonias curativas. El curandero la encendía después de poner hojas de salvia en el suelo de la tienda o tipi del enfermo, la elevaba al cielo y la posaba en el suelo, repitiendo la ceremonia cuatro días durante los cuales ni el enfermo ni el curandero podían tomar agua.

Un remedio algonquino de reputación bien merecida fue la infusión de hojas de        
Cedro blanco: Salvó del escorbuto a Jacques Cartier, navegante francés a quien se conoce como “el descubridor del Canadá” (1546) y a su tripulación.
Algonquinos
   Las tribus de lengua algonquina incluían indígenas precolombinos asentados en ¡a costa atlántica, tanto canadiense como norteamericana: los Beothuk de Terranova, los Micmac en la Península de Gaspé...
   Los algonquinos mostraron habilidad en reparar fracturas, para lo cual aplicaban primero la resma de abeto sobre la lesión, y hacían un apósito de musgo sobre cortezas de abedul para inmovilizar el miembro afectado.  Empleaban algunos brebajes hechos con plantas medicinales y trozos de serpientes y otros animales, pero tenían el tabú de sólo recolectar las plantas del bosque en primavera, pues en otra estación carecían de virtud curativa, los remedios más frecuentes eran infusiones de hojas de abeto y de raíces purgantes, y la grasa de oso. 
                

     Gabriel Sagard-Théodat (1 632) indica que los Hurones y los Iroqueses usaban infusiones de polígala como expectorante en las infecciones bronquiales, y raíces de ondocheria como purgante. Pero el remedio algonquino   de reputación bien merecida fue la annedda o cedro blanco, Thuja occidentalis, cuyas hojas en infusión salvaron del escorbuto a Jacques Cartier, navegante francés a quien se conoce como “el descubridor del Canadá”, (1546) y a su tripulación. Los Menomini, indica F. M. Keesing (1939), tenían dos clases de curanderos, unos adivinos wábano, y otros que curaban con magia y hierbas, jésako.
   Entre los Ojibway, mal llamados Chippewa, los remedios utilizados incluían plantas medicinales como la polígala, que es expectorante, y las hojas balsámicas de wintergreen.
Indios del sudeste
   La etnografía del sudeste norteamericano es compleja, porque algunas tribus cambiaron de asentamiento a finales del período precolombino, y otras desaparecieron tras el contacto con los europeos. En la tribu de los Seminolas, cuando el curandero era llamado a atender a un enfermo, tanto éste como el curandero iniciaban un ritual de purificación tomando un cocimiento de paraiskita, la bebida negra, preparada cociendo varias horas las hojas y los tallos de una planta emética, Ilex vomitoria. Este vomitivo se utilizaba, además, como preventivo de las enfermedades durante la danza del Maíz Verde, y tenían por seguro que quienes no tomaban esta bebida enfermaban antes de cumplirse un año. También usaron remedios vegetales como la zarzaparrilla, el roble y diversas plantas, pero tenían que ser recolectadas de manera que no fueran alteradas sus virtudes mágicas, las hojas tenían que ser del lado norte y este de la planta, pues las del lado sur u oeste eran de mal augurio y el enfermo podía morir.
   El curandero de los Cherokees, tribu que daba especial importancia a la pérdida del alma como causa de enfermedad, era quien conocía las virtudes de las hierbas y el que administraba remedios en las enfermedades, pero como ha señalado James Mooney (1932), la droga tenía que administrarse mientras hacía una invocación a los espíritus, y se entonaba una fórmula de encantamiento, creyendo que proporcionaba la virtud curativa, tal es el caso del uso del jugo de ginseng en las neuralgias, que ha de salpicarse cuatro veces en la cabeza.
   Las prácticas médicas de los Natchez fueron estudiadas con interés por los cronistas franceses. Existía, según Georges Marie Dumont (1753), un método racional de curación que los Natchez usaban en el tratamiento de laxitud generalizada, dolores corporales, calambres de las extremidades, padecimientos internos y fiebres, no descrito en otras tribus. Consistía en colocar al enfermo desnudo en unas parihuelas alzadas con musgo, cubriéndolo después completamente de musgo, salvo la cara; el curandero ponía luego tizones de leña debajo de aquel lecho y echaba algunas hierbas a la lumbre. El calor de la fogata y el humo de las hierbas provocaban intenso sudor en el enfermo, que al cabo de poco tiempo manifestaba encontrarse curado, o cuando menos aliviado.


Pueblos
   Los indios Pueblos incluyen tribus de ascendencia shoshon asentadas entre Texas y California, como los Hopi de Arizona, los Zuñi de Nuevo México... Eric Stone (1932) indica que los curanderos zuñi utilizaban algunas drogas cuyo poder curativo era debido a los ritos mágicos que se hacían durante la recolección y preparación de los remedios. Así, por ejemplo, la decocción contra el reumatismo compuesta de seis hierbas, de la logia zuñi del Fuego Pequeño, tenía que prepararse durante una ceremonia de danzas y cantos mágicos que duraba cuatro días.

 

 

domingo, 28 de agosto de 2016

Medicina precolombiana, 1ª parte


Las prácticas curativas de los aborígenes americanos interesaron vivamente a los colonizadores del Nuevo Mundo, y las ideas que tenían acerca de las causas de sus enfermedades, así como los remedios que usaban en su tratamiento, fueron mencionados con frecuencia en las crónicas americanas.
   El uso de drogas vegetales constituyó una práctica extendida en las enfermedades leves, pero no siempre eran activas o se administraban con el propósito debido, aparte de desconocerse su dosificación y posología. Del enorme caudal de plantas medicinales precolombinas son contadas las que poseen actividad farmacológica conocida, y no hay que olvidar que fueron usadas por un pretendido efecto mágico y no por su valor terapéutico. Encontraremos repetidamente datos sobre la creencia de que al hombre precolombino le curaban los dioses, lo cual no hace más que afirmar la verdadera naturaleza de su medicina.

LAS CRÓNICAS DE LA CONQUISTA Y COLONIZACIÓN DEL NUEVO MUNDO CONSTITUYEN LAS FUENTES PRINCIPALES PARA EL ESTUDIO                                             DE LA MEDICINA PRECOLOMBINA.
ENTRE ELLAS,
LAS CRÓNICAS DE LAS ÓRDENES RELIGIOSAS SON LAS QUE CON MAYOR FRECUENCIA DEDICAN ALGÚN CAPITULO A DESCRIBIR LOS RECURSOS ALIMENTICIOS, LAS CREENCIAS RELIGIOSAS, Y LAS PRÁCTICAS MEDICAS DE LOS INDIGENAS.                                                                                                                                LA RAZÓN ES OBVÍA: NO ERA POSIBLE LA EVANGELIZACIÓN SIN DESENTRAÑAR ANTES LOS COMPLEJOS MECANISMOS MÁGICOS
DE LA MENTE PRECOLOMBINA, DONDE SE ENRAIZABAN, ENTRE
OTRAS, LAS PRÁCTICAS MEDICAS.
ICONOGRAFÍA
   La historia de la medicina precolombina carece de nombres propios, y parecería inútil buscar imágenes de sus médicos. Sólo fray Bernardino de Sahagún (1572) mencionó los nombres de cuatro sabios toltecas de quienes los mexicanos reconocían ser deudores por haber descubierto las influencias de los astros y las virtudes de las hierbas: Oxocomo, Cipactonal, Tlatetecui y Xochicaoaca, pero no dejó figuras de ellos.
   En América del Norte los códices pictográficos indígenas ofrecen imágenes infantiles, pero realistas, particularmente las pieles dakotas. El C. Canadiense muestra a un médico indígena atendiendo a un enfermo, imágenes sobre el cuidado de los niños, así como varias ilustraciones de plantas medicinales.
   En Mesoamérica existe una iconografía médica muy diversa. Entre los códices postcolombinos hay varios de gran interés médico, como el C. Badianus, que tiene 204 ilustraciones en color de plantas medicinales, muchas de ellas con signos aztecas que han pasado inadvertidos; el C. Magliabecchi y los otros cuatro que de él se derivan tienen imágenes de los dioses de la medicina, pictogramas de plantas alucinógenas, escenas del diagnóstico y el pronóstico médico...
   En América del Sur, la iconografía indígena de interés médico es muy tardía, aunque tenga igual valor documental. El C. Martínez Compañón, aunque es también colonial, tiene ilustraciones en color de indios con viruelas, de la extracción de muelas, y dedica un tomo a describir en 138 láminas las plantas medicinales del área de la ciudad peruana de Trujillo.


NUTRICIÓN PRECOLOMBINA
   Además del maíz, la patata y la yuca, que fueron alimentos básicos de la agricultura precolombina, hubo otros cultivos complementarios de gran importancia nutritiva, cuyo valor  dietético como fuente de proteínas grasas vegetales sólo ha sido apreciado en fechas recientes. Tal es el caso del fréjol, Phaseolus vulgaris, que fue una de las primeras plantas domesticadas.                                                                                                                          
La quinua Chenopodium quinoa, es una planta andina que según explica Pedro de Cieza de León
(1 553) los indígenas tenían por buen bastimento, y comían sus semillas blancas y coloradas en guisados, utilizándolas además para hacer brebajes. Su aspecto parecido por las hojas a los bledos de Castilla, y su sabor amargo debido a la saponina que desaparece al lavar las semillas, encubren sus cualidades alimenticias, que explican su extenso consumo precolombino.
   El cacahuete, Arachis hypogea, parece originario del área andina. Se consumían las semillas crudas y tostadas, y una vez molidas entraban a formar parte de guisos y condimentos. Fue descrita por varios cronistas, y Nicolás B. Monardes dejó buena descripción de la planta, alabando sus propiedades nutritivas. Constituyó uno de los alimentos precolombinos de más alto valor energético.
   La zanahoria blanca, Arracia esculenta, está considerada como una de las primeras plantas americanas cultivadas. Durante el período precolombino se consumía cocida y asada, y entró a formar parte de sopas y pasteles debido a su elevado contenido en almidones.
   Hubo otras plantas americanas de escaso valor energético, pero que tuvieron presencia habitual en la dieta precolombina, como la calabaza, Cucurbita moschata y las diferentes variedades de las cucurbitáceas, o el tomate, Lycopersicum esculentum.
  
Entre la gran diversidad de frutos americanos, algunos tuvieron un valor energético importante, como es el caso del cacao, Theobroma cacao, originario del área maya en América Central, de donde pasó a las zonas tropicales de América del Sur. Su consumo en la altiplanicie mexicana aparece con la cultura teotihuacana, y llegó a alcanzar gran importancia cultural como alimento, al ser consumida la baya de cacao molida, sola o mezclada con maíz y aderezada con ají, Capsicum annuum, condimento universal precolombino del cual, tan sólo en México, se conocen más de 30 variedades, u otros condimentos.
   Los indígenas consumían el fruto del aguacate, Persea americana, directamente y en ensaladas, junto con otras verduras, debido a su forma lo asociaban al vigor reproductivo, por ello su nombre en lengua nahuatl equivale a testículo. Otras frutas americanas de interés nutritivo marginal fueron la piña, Ananas sativus, consumida por los indígenas precolombinos de las regiones tropicales, la chirimoya, Anona cherimo!ia, a gua
nábana, Anona muricata, el capulin, Prunus capuli, la papaya, Carica papaya, el mamey, Mammea americana, la guayaba, Psiclium guajava y el zapote, Achras sapota.
  
Esta apreciación de la dieta precolombina resultaría incompleta sin considerar las bebidas habituales de los indígenas americanos. Curiosamente, no solían tomar agua en las comidas, y acompañaban los alimentos con bebidas fermentadas de baja graduación, entre el 5 y el 10% de alcohol etílico, pues no conocían la destilación para producir licores. Las bebidas precolombinas de mayor significación fueron el pulque octli de los aztecas. Se obtenía haciendo fermentar el aguamiel recogido diariamente del agave, Agave mexicana o pita, al que se le habían removido las pencas centrales. Con la fermentación se transformaba en un líquido blanquecino cuyo sabor y contenido alcohólico se modificaba agregando frutas y raíces. Los Mayas preparaban otra bebida alcohólica, el baiché, partiendo de miel de abejas, raxcab diluida en agua en grandes vasijas, hasta 500 litros, agregando la raíz y la corteza del árbol también llamado baiché, Lonchocarpus longistylus, al cabo de dos días, la fermentación producía un vino de fuerte sabor. La chicha, obtenida por fermentación del maíz, era la bebida principal de los Incas, también se hacía chicha de tubérculos como la occa y la yuca, de cereales como la quinua, o de frutas. A través de las noticias del inca Garcilaso de La Vega (1539-1616) de 1609, se estima que los indígenas incaicos consumían diariamente más de litro y medio de chicha.


El maíz, la patata, el cacahuate, el cacao, el tomate, el aguacate… fueron alimentos base en la dieta precolombina. Algunos como el cacao y el cacahuete, con un gran valor energético y una implantación cultural destacada.

 

sábado, 27 de agosto de 2016

¿Qué es la medicina Ayurvedica?


    El Ayurveda es una interesante medicina milenaria de origen indio que ha tardado siglos en llegar a occidente; pero como se suele decir, más vale tarde que nunca, para descubrir la “ciencia de la vida” (ayur= vida / veda= ciencia).
    Sin embargo, los orígenes de ésta medicina holística, se remontan a hace más de cinco mil años y es de las más completas que existen.
   La base de la Ayurveda, recae en el estudio de cada ser humano en profundidad y no como grupo genérico; constata que la principal causa de enfermedad tanto física como mental reside en el trastorno del equilibrio entre los agentes que rigen nuestro cuerpo, mente y conciencia.
    Mientras la medicina tradicional se centra en combatir los síntomas (si nos duele la cabeza tomamos una aspirina y el dolor desaparece) , la Ayurveda busca aliviar también las causas que producen el malestar o dolor. Es un método tanto de curación como de prevención, que invita a que conozcamos bien nuestro cuerpo pudiendo detectar e interpretar los pródromos (fase de gestación) de las enfermedades.

    Se trata de un tipo de medicina integral, cuyo conocimiento se recoge en los textos védicos, en los que se contemplan los principales campos de la medicina: medicina interna completa, cirugía general, cirugía de (cabeza, cuello, ojos, oídos, nariz y garganta), pediatría, obstetricia, ginecología y fertilidad, gerontología, toxicología y psiquiatría. Los antiguos textos contenían ya descripciones de cirugías que más tarde se han practicado en la medicina occidental, como por ejemplo, la rinoplastia.
    La Ayurveda estudia también los 7 tejidos principales: plasma, sangre, músculo, grasa, hueso, nervio y reproductivo, además de 3 desechos (malas): heces, orina y sudor; y tiene en cuenta el “agni”, que es la energía implicada en el metabolismo. La enfermedad es una consecuencia de la desarmonía en cualquiera de estos factores.

    Los desequilibrios emocionales afectan también a los doshas, siendo muchas veces la principal causa de enfermedades. La Ayurveda clasifica las principales causas que desencadenan las dolencias y trastornos en 7 factores: hereditario, congénito, interno, trauma externo, estacional, tendencias o hábitos naturales y factores supra naturales. También apunta que el desuso o abuso de los sentidos (vista, olfato, tacto, gusto y oído) puede ser una causa importante de enfermedad. Los fundamentos de la Ayurveda parten de la base, de que, en cada ser humano, se combinan las energías femenina y masculina (Purusha y Prakruti), y la influencia de los 4 elementos naturales (aire, fuego, tierra y agua). Sin embargo, realiza una clasificación de las personas, en 3 tipos, basándose en los humores y tendencias biológicas, denominados Doshas. Los doshas son los responsables de los cambios psico – biológicos y psico – patológicos; corresponden a Vata (nerviosa: regida por el sistema nervioso), Khapa (emocional) y Pitta (visceral) (función digestiva y hepática). Los tres están presentes en cada célula, tejido y órgano de todo ser humano, en distintas permutaciones, y aunque existen 7 grandes grupos de combinaciones, en las que predomina más un dosha que otro, cada persona, tiene una combinación única de los tres doshas, que determina su tipología. Los doshas son también las fuerzas que mueven, dirigen y unen las funciones biológicas de nuestro organismo; la relación entre ellos, nuestro cuerpo y mente y el entorno, es más compleja y completa de lo que aquí se explica, pero para entender lo que la Ayurveda establece como principio, la cuestión es, que los mismos elementos y las mismas acciones, aplicadas a personas con distintos doshas dominantes, tienen efectos distintos; por lo tanto, para que las terapias y remedios sean efectivos, deben ser aplicados teniendo en cuenta la tipología específica de cada persona. Para poder disfrutar del bienestar continuo, los Doshas deben estar en equilibrio; el desequilibrio es lo que provoca las dolencias y enfermedades.
    La medicina ayurvedica, utiliza un ancestral arte clínico para realizar el diagnóstico de una enfermedad, a través de un proceso, que recomienda, primero: conocer el entorno (sobre el pasado, el presente, la familia, la situación actual etc.) del paciente, seguido de la observación, la palpación, la percusión y por último la auscultación del corazón, pulmones e intestinos. Prestando especial atención a la interpretación del pulso y el estado de la lengua, los ojos y las uñas, donde se manifiestan a menudo signos de disfunciones o irregularidades de los órganos vitales.

   La medicina tradicional también reconoce la mayoría de estos conocimientos, sin embargo no sigue un proceso tan minucioso a la hora de examinar a los pacientes. Los avances tecnológicos fomentan el uso de radiografías, escáneres u otras pruebas en detrimento de la auscultación, observación y palpación más personal y manual.
   En cuanto al uso de medicamentos, la medicina ayurvedica se nutre exclusivamente de elementos naturales; la naturaleza tiene todo lo que necesitamos y la Ayurveda ha estudiado a lo largo de los años, las combinaciones y cantidades necesarias para provocar las reacciones adecuadas en nuestro organismo. Hace uso de una vasta variedad de plantas con propiedades medicinales, especies y sustancias naturales que se han utilizado con éxito a lo largo de miles años. Además de sus propiedades regeneradoras y curativas, muchas de las plantas son también perfectas para el uso en tratamientos estéticos, especialmente para el cuidado y conservación de la piel o el cabello.

    Otra de las características de la Ayurveda, que debe tenerse muy en cuenta, es que no se trata solo de la aplicación de terapias y remedios, sino de la implementación de importantes hábitos para el cuidado de nuestra salud. Ésta disciplina, otorga mucha importancia al tipo de vida que escogemos llevar, a la dieta alimenticia y los estímulos y acciones a los que sometemos a nuestro cuerpo y mente. Existen recomendaciones alimentarias específicas para cada tipología, incluye ejercicios de yoga para mejorar funciones específicas, recomienda la meditación ayurvedica, y cuenta con el desarrollo de masajes indicados para las distintas dolencias y desequilibrios.
    Se conoce, que importantes personalidades como Gwyneth Paltrow, Madona o Goldie Hawn utilizan prácticas ayurvedicas para mantenerse sanas y equilibradas, la conocida modelo Christy Turlington incluso ha creado una línea de cosméticos basándose en esta ciencia. En general, en los últimos años ha aumentado el uso de las medicinas alternativas y naturales. En algunos países, como Estados Unidos, las estadísticas demuestran que la cantidad de consultas a los terapeutas de disciplinas alternativas superan ya a las que se efectúan a los médicos de atención primaria convencionales. Entre ellas, la Ayurveda, se ha convertido en una de las primeras opciones en occidente, reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por su capacidad terapéutica, de prevención y para mejorar la estética corporal.

    No olvidemos que la salud no depende solo de curarse, sino principalmente, de no ponerse enfermo. La Ayurveda nos enseña como conocer bien nuestro cuerpo para poder interpretar los signos que emite. Es importante tener en cuenta, que los órganos, tejidos y funciones de nuestro cuerpo y mente no operan como máquinas por separado sino que están intrínsecamente interrelacionados con nuestra conciencia y con nuestro entorno. La Ayurveda recomienda rutinas que comienzan con la salida del sol y acaban con la puesta; acorde con los bioritmos naturales que nuestro cuerpo reconoce. Desafortunadamente, en nuestro país, resulta difícil ajustarse a estos ritmos de vida. No creo que la mayoría de nosotros, podamos seguir rigurosamente lo que la Ayurveda propone para estar siempre sanos y tener nuestro organismo en consonancia y equilibrio continuo, tanto con nuestra mente, como con el entorno; sin embargo, os invito a indagar sobre el tema, a descubrir vuestro dosha dominante y así quizás descubráis la causa de alguno de vuestros males inexplicables que no tenéis porque padecer.

 

 

jueves, 25 de agosto de 2016

Manchas en la piel ¡Olvidate de ellas! 2ª y última parte


¿Las tienes? Descubre su naturaleza

Las pecas dan a algunos rostros un toque de gracia y picardía, mientras que un lunar puede tener una carga sensual y erótica. Ambas manchas guardan relación con la belleza, pero lo cierto es que la mayoría de estas alteraciones resultan una carga que puede traer más de un problema. Pero... ¿sabes distinguir un simple lunar de un melanoma? A continuación te mostramos sus características.                                                                           
> Lunares o nevos: Se trata de manchas oscuras aisladas muy comunes (normalmente son de color marrón, aunque el tono varía en función del número de células con melanina). Buena parte son de nacimiento, aunque también pueden aparecer en la madurez. Aunque los lunares son inocuos, si observas alguna variación del color, forma o tamaño (si supera los 6 mm. de diámetro, sus bordes son irregulares o su superficie rugosa), si sangra o te produce picor, debes consultar con un especialista para descartar la posibilidad (aunque remota) de que se convierta en un melanoma (ver recuadro en la página siguiente).                                                                          
> Pecas o efélides: Estas pequeñas manchas marrones se dan habitualmente en personas de piel y cabellos claros. Suelen ser hereditarias, pero una buena solución para prevenirlas o atenuarlas es utilizar protección solar, ya que las pecas suelen acentuarse con este tipo de radiaciones. Habitualmente aparecen en las mujeres, sobre todo en el rostro (frente, mejillas y labio superior), y se catalogan como superficiales, mixtas o profundas según el lugar donde se halle la melanina.
> Cloasmas: Son manchas de color marrón de diferente tamaño provocadas por una hiperpigmentación debida principalmente a cambios hormonales. Habitualmente aparecen durante el embarazo, la menopausia o cuando se toman anticonceptivos orales, ya que los estrógenos favorecen la hiperpigmentación. Estas manchas se acentúan con la exposición al sol y suelen aparecer a ambos lados de la cara, en la frente, el labio superior, los pezones y la parte central del abdomen.
> Manchas seniles o léntigos: Aparecen con la edad, sobre todo en aquellas personas que han abusado de la exposición a los rayos solares. Su superficie es lisa, con bordes delimitados y sin rugosidades. Surgen en el dorso de la mano, cara, escote y antebrazos, es decir, las zonas menos protegidas del sol.
> Vitíligos: Se trata de despigmentaciones de parte de la piel debidas a una pérdida de melanocitos (células formadoras de la melanina). Se reconocen muy marcados y a menudo están rodeadas por zonas muy pigmentadas, lo que hace que resalten aun más. Su aparición puede ser consecuencia de una infección por hongos, situaciones de estrés y nervios, e incluso déficit nutricionales, sobre todo en los niños. Para tratar este problema es aconsejable tomar durante un mes un suplemento Vitamínico del grupo B o un suplemento de betacaroteno.
> Pitiriasis rosadas: Se caracterizan por tener la apariencia de una mancha de color rojo pálido, cuyo centro es de color beige. En este caso, puede aparecer una o varias de estas manchas en el tronco, la parte superior de los brazos y en los muslos. Para tratarlas, aplica en la zona una crema a base de ortiga o de caléndula.
¡CUIDADO CON LOS MELANOMAS!
·         El Melanoma maligno es un Cáncer que tiene su origen en las células con melanina situadas en la capa más profunda de la piel.
* Se suele manifestar por una mancha cutánea que, con el tiempo, se desarrolla (puede extenderse a través de la sangre a otras zonas del cuerpo) y produce escozor. Si las células continúan pigmentándose, el melanoma adopta una coloración oscura, entre marrón y negra, pero si pierden la capacidad de formar pigmento, adquiere un tono rosado claro.
* Son diversos los factores que lo provocan, pero el más importante es una exposición excesiva al sol durante la infancia, Aunque se da en todas las edades, es más habitual en los adultos.
* Es la forma más extraña de Cáncer de piel y representa un 3% del total de los casos conocidos de esta enfermedad.

Remedios naturales: Prepáralos en casa

   Aunque la cosmética ofrece sus propias soluciones al problema de las manchas (el farmacéutico puede guiarte en la elección del producto que más te conviene) también hay remedios naturales muy efectivos para frenar su aparición si los tomas de forma continuada. Y lo mejor de todo, los puedes preparar en casa.
EL LIMÓN
  
Si lo que te interesa es aclarar la piel, el limón (con un alto porcentaje de ácido cítrico) puede ayudarte porque es un buen despigmentador. Por ejemplo, puedes aplicártelo por la mañana y por la noche, como si de una loción corporal
se tratase, además ayuda a cerrar los poros.
EL YOGUR
   Muy efectivo también para tratamientos contra infecciones de todo tipo (tanto mediante su ingestión como mediante su aplicación tópica de hecho es muy utilizado contra infecciones en los genitales, puede ayudarte a rebajar la intensidad de las manchas de la piel, además de que es un regenerador estupendo para el cutis. Con él puedes elaborarte tú misma una mascarilla hidratante a la que puedes añadir yema de huevo, limón e incluso un poquito de miel que ayude a espesar la masa.
                                                                                                                                                                      VINAGRE
Es un blanqueador natural por excelencia, aunque debe usarse con moderación. Antes de aplicarlo sobre la piel,
debes rebajarlo con agua, de lo contrario la irritación está asegurada, Déjalo actuar entre 15 y 20 minutos y acláralo con agua tibia.                                                                                                                                                    

FITOTERAPIA
   La manzanilla, el té verde y la cola de caballo.., son también de ayuda para atenuar el tono de las manchas. Con ellas puedes preparar una infusión que, una vez fría, deberás aplicarte con pequeñas esponjas sobre tu rostro.                                                                                                                                                                 
AROMATERAPIA
  
Para aclarar la piel, aplica directamente sobre la mancha un par de gotas de aceite esencial de limón, lavanda o enebro.
   Pero ve con cuidado! Ten presente que debes utilizar los aceites esenciales únicamente por la noche, porque su exposición al sol puede provocar en algunas personas reacciones de fotosensibilidad que conllevan la aparición de manchas cutáneas.
ACEITE DE DIENTE DE LEON
  
Mezcla cuatro hojas frescas de diente de león y cuatro cucharadas de aceite de ricino, y pon a hervir el preparado durante aproximadamente diez minutos. Déjalo reposar cerca de tres horas y, a continuación, cuélalo y aplícatelo sobre las manchas realizando un suave masaje.
Este aceite es perfecto para aclarar las manchas de la piel que aparecen como consecuencia del paso de los años.                                                                                                                                                                

DECOLORANTE PARA PECAS
  
Mezcla 50 ml de crema de leche, 1/2 cucharadita de raíz de rábano picante recién rallado y 2 cucharaditas de limón y aplícatelo con un algodón en las partes afectadas una vez al día. Debes tener cuidado con los ojos y los labios, ya que la raíz de rábano picante escuece y puede producir una irritación. Este preparado aclara las pecas y las manchas seniles, si se aplica a diario durante un mes.
LOCIÓN DE MALALEUCA
   Esta crema tiene unos resultados excelentes en el tratamiento de las manchas del rostro, cuello, escote y espalda. Aplica un trozo de tela de muselina empapada en agua caliente y cuando esté fría repite la operación (el calor de la tela aclara las manchas y ayuda a eliminar la grasa y la suciedad de los poros). A continuación, mezcla aceite de jojoba y 3 gotas
de aceite esencial de Malaleuca alternifolia y aplícatelo con la punta de los dedos en forma de suave masaje para que la circulación sanguínea llegue a la superficie cutánea. Débe actuar durante toda la noche.
LOCIÓN DE HAMAMELIS
   Si lo que deseas es aclarar manchas y pecas, prepara una infusión de hamamelis y, una vez haya reposado, cuélala y aplícatela en la zona a tratar con un algodón. Sigue este tratamiento durante un mes como mínimo y ponte un protector solar siempre que salgas a la calle y las pecas estén en contacto con el aire.

 

 

miércoles, 24 de agosto de 2016

Manchas en la piel ¡Olvidate de ellas! 1ª parte


Puesto que la piel refleja nuestra salud, la aparición de manchas puede alertamos de que algo no va bien en nuestro organismo.
Observar su evolución y tratarlas naturalmente son tres pasos básicos para recuperar la belleza exterior
UN LUNAR, SÍMBOLO DE COQUETERÍA
   Aunque una piel con manchas no resulta atractiva, un Lunar situado estratégicamente en un determinado lugar del rostro o del cuerpo puede resultar muy sugerente. Es más, en el siglo XVIII se extendió la costumbre de pintarse un Lunar negro en la barbilla o en la mejilla como símbolo de coquetería, que contrastaba con los maquillajes a base de polvo de plomo. En el siglo XX, grandes estrellas del cine los pusieron de moda, uno de los más famosos fue el que lucía Marilyn Monroe en su rostro.

  La piel es uno de los mecanismos de protección más importantes con los que contamos, ya que defiende a nuestro organismo de los gérmenes a los que está expuesto, así como de las radiaciones solares. Con una superficie aproximada de 1,6m2 y un peso que oscila entre los 0,5 y los 3 kg. (tomando como referencia a una persona de l,75m. de altura), es el órgano mayor de nuestro cuerpo. Su espesor varía entre los 0,5 y los 2mm. en función de la zona, siendo la piel más gruesa la de la planta de los pies y las palmas de las manos, y la más delgada la correspondiente a los labios y párpados.
   Pero además, la piel es también un fiel reflejo de todo lo que sucede en nuestro interior: su aspecto saludable muestra un cuerpo sano y cuidado. Así, es importante atender a su limpieza, hidratación, nutrición y exfoliación, como base de cualquier tratamiento que esté destinado a conservar su belleza.
   Pero aun así, las excesivas exposiciones al sol, el envejecimiento, los cambios hormonales que se dan durante la menopausia o el embarazo y distintos factores hereditarios favorecen una producción desequilibrada de melanina que provoca la aparición de las antiestéticas y tan temidas manchas en la dermis. Este hecho supone un problema estético, porque una piel pigmentada no resulta atractiva, pero también puede ser un síntoma de que algo no funciona bien en nuestro organismo. Este es el motivo por el que deberemos observar las manchas y tener un cierto control sobre su evolución.
¿Qué las provocan?
    Para evitar y paliar las manchas en la piel es fundamental conocer sus causas. Así podrás aplicarte un tratamiento adecuado y suprimir parte de los elementos que las provocan.
> Agente desencadenante: Con determinados estímulos, los melanocitos o células encargadas de la síntesis de la melanina (el pigmento de color oscuro que da color a nuestra piel) producen una mayor cantidad de este pigmento, dando lugar a las manchas.                                                                                                                                  
> Tipo de piel: Las personas rubias y pelirrojas con piel blanca son más propensas a tener manchas cutáneas, porque su piel es más fina, tiene menos colágeno y es más sensible al sol.
> Edad: Parte de la elasticidad natural de la piel se pierde a partir de los treinta años, por lo que entonces es más probable que aparezcan manchas. Por este motivo, hay que cuidar especialmente la dermis con productos adecuados y realizar limpiezas periódicamente.
> Antecedentes familiares: En la mayoría de casos, el color y el tono de la piel viene dado por factores hereditarios. Sin embargo, las manchas y alteraciones cutáneas suelen aparecer con mayor facilidad en las pieles más blancas, por ser más delgadas y tener menos colágeno.                                                                          

> Tabaco: Además de ser perjudiciales para la salud, varios componentes del tabaco como la nicotina, tienen efectos de carácter estético. Uno de ellos son las características manchas en los dientes, a las que hay que sumar las que pueden aparecer en la piel.
> Sol y rayos ultravioleta: Estos dos elementos son muy dañinos para el ADN de nuestras células, ya que además de favorecer la aparición de manchas, pueden originar Melanomas y acentuar el envejecimiento de la piel. Es imprescindible que antes de exponerte a ellos te apliques cremas con un factor de protección elevado.
   Y recuerda, no utilices nunca perfumes ni cosméticos perfumados antes de exponerte al sol. Pueden provocar una reacción fotóxica en la piel como consecuencia de la exposición solar a la que se someten determinados agentes de naturaleza química presentes en estos productos.
> Productos de autobronceado: En función de su composición y si se utilizan en pieles sensibles, pueden provocar reacciones cutáneas con la exposición al sol.
> Fármacos: En algunas personas, la toma de medicamentos produce una reacción que se exterioriza en forma de despigmentaciones en la piel.


Evita la reaparición de manchas
   Además de los remedios que te he propuesto en estas páginas para que elimines las manchas de tu piel, es importante que sigas una serie de recomendaciones para evitar que éstas vuelvan a aparecer:                                             
> Incluye en tu dieta alimentos ricos en antioxidantes (fruta, verdura fresca...), ya que además de retrasar el envejecimiento de la piel, evitan la aparición de manchas cutáneas.
> Mantén una constancia en los tratamientos, suelen ser prolongados y los resultados visibles se aprecian, como mínimo, un mes después de su inicio. Durante y después de este tratamiento, no te expongas directamente al sol, y si por algún motivo no puedes evitar hacerlo, protege tu piel con cremas con filtro solar.


Sustancias blanqueadoras
   Para disimular las manchas de la piel existen sustancias que bloquean la formación de melanina, aunque deben emplearse con mucha precaución y tras consultar a un especialista porque pueden causar hiperpigmentación, irritaciones y otras molestias. La caña de azúcar, la corteza de sauce y las hojas de madroño contienen elementos que regeneran el cutis y atenúan las manchas cutáneas,
> Si utilizas este tipo de productos, intenta aplicártelos por la noche porque pueden surgir manchas por las reacciones de sensibilidad al sol.


 

 

martes, 23 de agosto de 2016

Limpia tus Riñones


LIMPIA TUS RIÑONES

    Pasan los años y nuestros riñones siempre Están filtrando la sangre Quitando la Sal, El Veneno, Cualquier cosa dañina y que entre en nuestro sistema.

    Con el tiempo la sal se acumula y esto necesita un tratamiento de limpieza, y... ¿cómo vamos a Deshacernos de esto?

   Es muy sencillo, primero tome un puñado de perejil y lávelo muy bien, después córtelo en pedazos pequeños y póngalo en una olla y agregue agua limpia (1 litro) y hiérvalo por diez minutos, déjelo enfriar, cuélelo en una botella limpia y póngalo en El refrigerador.

Tome un vaso diariamente y Verá que toda la sal y el veneno Acumulado empieza a salir de su riñón al orinar.

   El Perejil es conocido como el mejor tratamiento para limpiar los riñones y es natural!

 Propiedades y elementos nutritivos del perejil:

• Es un potente antioxidante: rejuvenece la piel

• Contiene betacaroteno

• Rico en minerales como calcio, fósforo, hierro y azufre.

• Rico en clorofila: combate el mal aliento, ayuda a depurar el cuerpo de toxinas y grasa excesiva.

• Rico en vitamina C: previene el cáncer, los problemas cardíacos y las cataratas e infecciones, y ayuda a fortalecer el sistema inmune del cuerpo.

• Por ser rico en calcio, es muy adecuado en dietas para combatir y prevenir la osteoporosis y durante la menopausia. Es muy benéfico para los niños y deportistas.

• Es diurético: ayuda a eliminar líquidos en forma natural. Por esta cualidad se utiliza en dietas para tratar hipertensión y para la salud de los riñones.

• Su alto contenido en vitaminas y minerales lo hace ideal para combatir y prevenir anemia, anorexia, debilidad general, fatiga, cansancio físico y mental.

• Ideal para fortalecer el cabello y las uñas.

• Muy bueno para combatir problemas de la piel.

• Útil contra las úlceras

• Del perejil se extrae un líquido aceitoso llamado Apiol, el cual se usa contra las fiebres intermitentes y las neuralgias.