miércoles, 21 de octubre de 2015

El Envejecimiento: 1ª parte


El Envejecimiento
Escritores, poetas, filósofos, científicos..., todos se han sentido atraídos por el inevitable “paso del tiempo” y la huella que éste va dejando en el ser humano.                              
Podemos decir que el envejecimiento es el reflejo del tiempo sobre los seres vivos y sus células.
Fisiológicamente, esas células envejecidas pierden su capacidad mitótica y de crecimiento, es decir son incapaces de regenerarse.
   Desde hace tiempo se observó que las células de un organismo se renuevan con frecuencia, si esto no ocurriera, nuestra vida sería muy corta. Una célula vieja muere y es renovada por otra que acaba de nacer.    Mientras este proceso esté compensado, no hay problema, pero con el tiempo, el proceso se va descompensando, ya que, por una parte, así está escrito en la célula (en su código genético), y por otra, no siempre tratamos adecuadamente a nuestro organismo.
   Se admite pues la coexistencia de dos tipos de envejecimiento, el natural o genético, y el precoz, en el que influyen caracteres internos y externos.
   De ahí que también podamos envejecer más rápidamente de lo “normal”.
   Son diversas las teorías que tratan de explicar el fenómeno biológico del envejecimiento:
+ Hipótesis genéticas, que suponen mutaciones del DNA que alteran la síntesis proteica.
+ Hipótesis genético-mitocondriales, que piensan en modificaciones del genoma mitocondrial, responsable de una disminución de funcionalidad de las mitocondrias.
+ Hipótesis inmunológicas, que hablan de la producción de “chalonas” (factores de envejecimiento) por los linfocitos T.
   La más aceptada actualmente implica a los “Radicales libres” como partículas altamente reactivas, capaces de alterar la membrana celular y su fisiología.


ENVEJECIMIENTO Y PIEL
   El envejecimiento fisiológico se acompaña de un envejecimiento cutáneo, que conlleva una serie de modificaciones en la dermis, entre ellas:
+ Disminución de secreciones glandulares.
+ Aumento de la melanogénesis pigmentación no uniforme (aparición de manchas).
+ Disminución del grosor de la dermis y de su elasticidad.
+ Aumento de la fragilidad de los capilares sanguíneos.
+ Disminución del volumen de sangre circulante, y con ello de los intercambios celulares.
+ Pérdida de hidratación y turgencia.
+ Disminución del número de fibroblastos (estructuras donde tiene lugar la renovación de colágeno).


FITOCOSM ÉTICA ANTIENVEJECIMIENTO
   El volumen de ventas del segmento ‘antienvejecimiento” de la cosmética alcanza cotas cada vez mayores, y es que incluso hoy... ¿quién no vendería su alma al diablo, en trueque por el “elixir de la eterna juventud”?   Gracias a los avances tecnológicos podemos disponer de formas de aplicación sofisticadas (liposomas, microemulsiones, microcápsulas...), con mejor poder de penetración en la piel, y extraer un mayor potencial de sustancias activas, incluso del mundo vegetal.
   Prevenir para retardar al máximo la aparición de lo signos de vejez, y atenuar en lo posible los ya existentes, son las ofertas del mercado de la fitocosmética.


HIDRATAR, NUTRIR, Y REGENERAR
   Con el paso del tiempo, el colágeno y la elastina, proteínas presentes en la dermis, e implicadas en la elasticidad de la misma, van perdiendo sus propiedades. Además, al envejecer se produce una disminución de fibroblastos (disminuye la síntesis proteica), y una reducción del calcio extracelular dérmico (el calcio es fundamental para la contracción/extensión de fibras). Todo ello provoca una pérdida de elasticidad y deshidratación dérmica, que da lugar a la aparición de las “arrugas”. Hasta hace poco tiempo se ha intentado suplir esta pérdida de proteína dérmica con colágenos y elastinas de origen animal, hoy, superadas las dificultades de obtención con calidad cosmética, las proteínas intentan sustituir al colágeno y la elastina animal, aunque su perfil de aminoácidos presente ciertas variaciones.
   Estas PROTEINAS VEGETALES se comercial izan como hidrolizados, y se obtienen mediante procesos de hidrólisis (enzimática, ácida o alcalina). Las fuentes de extracción más comunes son:
+ Trigo + Soja + Arroz + Maíz + Avena + Almendra
  
Para evitar la deshidratación, existe toda una gama de GRASAS VEGETALES que actúan de forma oclusiva, es decir, forman en la superficie de la epidermis un manto lipídico o barrera que frena la evaporación excesiva de agua. A esto se suman los particulares efectos que como fracción saponificable o insaponificable puedan ejercer:
A- Fracción saponificable: Contiene ácidos grasos poliinsaturados (A.G.P.I.), también conocidos como ácidos grasos esenciales. Destacan el ácido linoleico y el ácido linolénico, implicados en la biosíntesis de prostaglandinas.
   Se sabe que la carencia de A.G.P.I., entraña alteraciones en la piel, como sequedad y pérdida de flexibilidad, y existen estudios que demuestran que las alteraciones mejoran después de la aplicación de tales ácidos grasos.
   Como aceites vegetales ricos en A.G.R.I., destacan:
÷ Aceite de Borraja (semilla)
÷ Aceite de Onagra (semilla)
+ Aceite de Grosella (semilla)
+ Aceite de Rosa Mosqueta (semilla)
  
En el caso particular del aceite de ROSA MOSQUETA (Rosa aif. rubiginosa), también se ha identificado en su composición la presencia de Acido trans-retinoico. Todo ello explica el efecto atenuante de arrugas superficiales, y la decoloración de las manchas generadas por la vejez o el abuso del sol.
B- Fracción insaponificable: suministran principalmente alcoholes grasos, vitaminas liposolubles y esteroles.
   Como fuentes más comunes destacan:
+ Aguacate (fruto)
+ Karité (semilla)
+ Maíz (germen)
+ Sésamo (semilla)
+ Soja (semilla)
+ Trigo (germen)
  
Los experimentos realizados, por ejemplo, con los insaponificables de SOJA y AGUACATE, demuestran que mejoran la elasticidad de la piel, ya que son capaces de disminuir el grado de reticulación del colágeno y activar el crecimiento de fibroblastos en cultivos celulares.
   Como principios reparadores o regeneradores, se han venido utilizando tradicionalmente extractos de placenta (humana, bovina) y de otros órganos animales (bazo, timo, ovario...) cuyo fin era aportar a la piel sustancias activadoras del metabolismo celular (enzimas, aminoácidos, péptidos, vitaminas...).
   Actualmente, apoyándose en esto, se han logrado obtener extractos vegetales con idéntica función. Las fuentes utilizadas son de dos tipos:
1- Tejidos de reserva (semillas) de la planta, que contienen las sustancias necesarias para el crecimiento:
+ semillas de soja
+ guisante
+ albumen de castaño de indias
2- Tejidos embrionarios, que poseen un gran potencial de desarrollo:
+ Melisa
+ Grosellero                                                                                                                                                                   
Dos son también los sofisticados métodos de obtención:
- Mediante estabilización de la planta fresca, para conservar las sustancias frágiles.
- Sometiendo los tejidos vegetales a condiciones de vida difíciles (congelación), para que éstos secreten sustancias de resistencia (sustancias biogénicas).
   También la planta íntegra, a través de sus extractos, se incorpora en las fórmulas antienvejecimiento/ antiarrugas, con propiedades reafirmantes, reparadoras y regeneradoras celulares:
+ Centella (Centella asiática)
+ Cola de caballo (Equisetum arvense)
+ Equinácea (Echinacea angustifolia)
+ Fenogreco (Trigonella foenumgraecum)
+ Hipérico (Hypericum perforatum)
+ Lirio (Lilium candidum)
+ Tepezcohuite (Mimosa tenuifl-ra)
+ Ginseng (Panax ginseng)

   Los constituyentes activos de estas plantas son diversos, agrupando heterópsidos triterpénicos, flavonoides, fitoesteroles..., y su acción está basada en diferentes mecanismos en algunas plantas aún desconocidos.
Concretamente, en la raíz de GINSENG existen “ginsenósidos” como principios activos (panaxósidos, según los investigadores rusos).
   Aparte de explicar su efecto positivo sobre el rendimiento humano, son capaces de estimular la síntesis de RNA y proteínas, e influyen en el metabolismo de lípidos y carbohidratos.
   Los primeros en introducirla en cosmética fueron los alemanes, en una crema antiarrugas, junto con jalea real y lecitina, hoy invade el mercado de la “cosmética verde” como estimulante y desfatigante del cutis.
   Las últimas novedades en este campo apuntan a plantas con utilidad antiarrugas como:
+ Terminalia sericea (Familia Combretácea)
+ Olax dissitiflora (Familia Ola-cácea)

domingo, 11 de octubre de 2015

Embarazadas; Tisanas para una espera mejor: 2ª y última parte


Mareos y nauseas
Infusiones de Manzanilla y Melisa
   Son éstos trastornos que, en algunos casos, pueden experimentarse incluso antes de confirmar el embarazo. Y es que los mareos y náuseas suelen ocurrir durante el primer trimestre de la gestación, periodo tras el cual tienden a desaparecer. La infusión de manzanilla con melisa suele proporcionar alivio a estas molestias que habitualmente se presentan al levantarse por las mañanas con el estómago vacío.

Preparación:
   Haz una mezcla de manzanilla y melisa a razón de una parte de melisa por dos de manzanilla y guárdala en un bote hermético y opaco. Para elaborar la infusión toma una cucharada sopera del preparado y deposítala en la tetera; vierte sobre ella una taza de agua a punto de hervir, tápala y déjala reposar diez minutos. Una vez transcurrido ese tiempo remuévela -es preferible que no utilices utensilios metálicos- y cuélala antes de tomar.

Varices
Infusión de Manzanilla y enjuagues de Llantén, Zarzamora o Tormentilla
   Para este caso, prepara una infusión de manzanilla (su aceite esencial es antiinflamatorio y antiséptico), empapa en ella un algodón y aplícalo dando toques sobre el lugar donde se halle la hinchazón. También te ayudará enjuagarte con infusiones de plantas astringentes como el llantén, las hojas de zarzamora o la raíz de tormentilla.

Preparación:
   La infusión de manzanilla debe ser más concentrada de lo habitual (de 50 a 60 gramos por litro de agua). Para los enjuagues, prepara un macerado con 30 gramos de hojas de llantén y un litro de agua. Cuando comience a hervir, echa las hojas y hiérvelas un minuto más. Deja reposar la preparación entre ocho y doce horas, luego cuélala y guárdala en una botella bien cerrada y al abrigo de la luz. En el caso de la tormentilla elabora una decocción con 50 gramos de raíz por litro de agua, hervidos durante diez minutos. Para la zarzamora, usa 25 gramos de hojas por litro de agua, hirviéndola durante dos minutos.

Infusiones de Hammamelis
   El aumento del volumen plasmático y la acción de las hormonas, que relajan las paredes venosas, hacen del embarazo una etapa especialmente susceptible a la aparición de varices, sobre todo en el tercer trimestre y más aún si se tienen antecedentes familiares.
   Las infusiones de hojas de castaño de Indias constituyen un remedio tradicional para combatir varices y hemorroides, pero están contraindicadas durante el embarazo y la lactancia. Por ello usaremos hamamelis, planta que regula la circulación sanguínea, mejora la elasticidad de las venas y es vasoprotectora a nivel capilar.


Preparación:
   Para hacer la infusión necesitas una cucharadita de postre de hammamelis por taza de agua. Justo antes de que comience a hervir se echa sobre la planta y se tapa bien la tetera. Luego hay que dejarla reposar unos diez minutos antes de colarla. También pueden ayudarte las pomadas elaboradas con hamamelis, aplicadas sobre las zonas con varices.

Hemorroides
Compresas de corteza de Roble
   Las hemorroides son bastante frecuentes al final del embarazo y se agravan como consecuencia del parto. La relajación de las paredes venosas por efecto de las hormonas del embarazo, la presión sobre la zona del útero y el estreñimiento son los factores que favorecen su aparición.
   Las compresas empapadas en infusión de corteza de roble y aplicadas sobre la zona ayudan a calmar la irritación y reducen la inflamación.


Preparación:
   Hierve medio litro de agua y añade siete cucharadas soperas de corteza de roble; deja que continúe hirviendo durante diez minutos. Cuela el líquido y, una vez templado, empapa las compresas y aplícalas sobre la zona de las hemorroides. También pueden ayudarte la infusión de hamamelis que he recomendado para los problemas de varices, practicar ejercicio físico (camina a buen paso un mínimo de una hora todos los días y procura no permanecer demasiado tiempo de pie o sentada), seguir una dieta rica en verduras, frutas y cereales completos, y beber agua en abundancia,

Hinchazones
Cola de caballo, Abedul e Hibisco
   El problema de la hinchazón de piernas y tobillos proviene de la retención de líquidos, sobre todo durante los últimos meses.
   Para activar la diuresis y la eliminación de toxinas puede prepararse una infusión con abedul y con cola de caballo.


Preparación:
   Mezcla 50 gramos de cola de caballo y 40 gramos de hojas de abedul y añade a esta mezcla 40 gramos de flores de hibisco (éstas tienen también propiedades diuréticas, pero su principal función es mejorar el sabor de la infusión, a la que aporta color y aroma).
   Utiliza una cucharadita de esta mezcla para preparar una infusión con 200 mI. de agua, deja que repose diez minutos bien tapada antes de colarla. Puedes beber tres tazas al día, preferiblemente un ratito después de las comidas.
   Otra opción a tener en cuenta y que resulta de gran ayuda para estos casos es comenzar cada comida con una ensalada completa donde se incluya la cebolla, de destacables propiedades diuréticas.


Estreñimiento
Semillas de Lino
   Llevar una dieta correcta y equilibrada, y hacer ejercicio físico con regularidad son los mejores aliados contra el estreñimiento, también durante el embarazo.
   La rutina a la hora de visitar el cuarto de baño (todos los días, aproximadamente a la misma hora) también resulta de gran ayuda para paliar este problema.
   En cuanto a los laxantes estimulantes como el sen, la cáscara sagrada, el boj, el aloe o el arraclán, éstos están contraindicados en la gestación. En cualquier caso, si el problema persiste se puede recurrir a los laxantes de tipo mecánico, como por ejemplo las semillas de lino, que actúan lubrificando y ablandando las heces y facilitando así su expulsión.
  
Antes de acostarte, echa una cucharada sopera de semillas de lino en un vaso lleno de agua. Por la mañana, en ayunas, debes tomar las semillas y el agua.

 

 

 

sábado, 10 de octubre de 2015

Embarazadas; Tisanas para una espera mejor: 1ª parte


Tisanas                                                                                                                                                      Para una espera mejor
Durante nueve meses, la vida se desarrolla en el vientre de la madre.
Un nuevo ser crece y evoluciona hacia la vida. La mujer siente durante este periodo cómo su
cuerpo se altera para albergar al niño.
Duranle el embarazo, el crecimiento del bebé provoca en el organismo de la madre una serie de modificaciones. Corno consecuencia, aparecen algunos trastornos que hay que vivir como reflejo del nuevo estado, para poder disfrutar de la maravillosa experiencia que supone dar vida a un niño cuidándose a una misma y al futuro bebé. Para ayudarte he  preparado  las mejores infusiones para el alivio de esos pequeños males.
Disfrútalas
y vive el embarazo sin molestias…

Otros consejos para relajarte

* Las hojas de Melisa y de Tilo, solas o mezcladas a partes iguales con la Pasiflora y tomadas en infusión, ejercen también un efecto sedante. Tómalas antes de acostarte.
* Prepara una almohadilla de hierbas para dormir con hojas de Melisa y flores de Manzanilla, Lavanda y Azahar, * Puedes colocarla debajo de la almohada o bien en la cabecera de la cama.
* Pasea o practica algo de ejercicio a última hora de la tarde.
* Intenta controlar tu respiración para conciliar el sueño. Respira lenta y profundamente durante unos diez minutos; este simple ejercicio te aportará calma y alivio para poder descansar.
Plantas para tener siempre a mano
   Reserva un lugar en la despensa para guardar las plantas, en botes herméticos y etiquetados según su contenido e indicaciones. De esta manera te será más fácil identificar y preparar el remedio más adecuado para tus trastornos.
   Recuerda siempre estas dos premisas cuando hagas una infusión
• La tetera ha de taparse bien. De lo contrario los aceites esenciales de las plantas se volatilizarán.
• Aprovecha las gotitas que quedan en la tapa como resultado de la condensación de los vapores de la infusión. También tienen propiedades medicinales.


El botiquín imprescindible
* Elimina los trastornos digestivos con melisa, manzanilla, anís y milenrama
* Combate el insomnio con pasiflora
* Previene las nauseas matutinas con manzanilla
* Contra las varices, emplea hammamelis
* Combate el estreñimiento con semillas de lino
* Olvídate de las piernas y tobillos hinchados con cola de caballo, abedul e hibisco
* En caso de encías inflamadas, realiza enjuagues con un macerado de hojas de llantén
* Para las hemorroides aplícate una decocción de corteza de roble en compresas


Problemas digestivos
Anís, Manzanilla, Melisa y Milenrama
  Durante el embarazo el tránsito de los alimentos a través del aparato digestivo se enlentece y las digestiones se hacen más pesadas.
   En consecuencia también son más frecuentes la acidez, la sensación de pesadez en el estómago y la flatulencia. Por eso es importante, después de las comidas, dedicar un rato para relajarse tomando una taza de infusión. El reposo y la acción de las plantas medicinales facilitarán la digestión de la comida.


Preparación:
   Las plantas digestivas por excelencia son también las de sabor y aroma más agradables.
   Puedes mezclar anís, manzanilla, melisa y milenrama a partes iguales, y preparar la infusión con una cucharada sopera por taza de estas plantas. Para realzar su sabor y aroma añade a la tetera unas semillas de cardamomo previamente machacadas.  Además de combatir la indigestión, los gases y los cólicos, el cardamomo hará que la infusión resulte todavía más deliciosa.


Insomnio
Pasiflora
   El insomnio es un problema que aparece con frecuencia en el tercer trimestre del embarazo. Por un lado, el volumen del abdomen complica la tarea de encontrar la mejor posición para conciliar el sueño, y por otro afloran ahora las preocupaciones de la madre sobre la salud del hijo y el temor al parto, que ya siente como inminente. La pasiflora es la planta de elección. Sus hojas, tallos, flores y frutos son ricos en principios activos de acción sedante, por lo que puede tomarse o bien en forma de infusión, o preparando con ella un baño relajante.

Preparación:
  
La dosis para la infusión de pasiflora es de una cucharada de postre de esta planta por 200 ml de agua y el tiempo de reposo es de diez minutos. Toma una taza después de la comida y otra antes de acostarte. Si prefieres utilizar la pasiflora en el baño, hierve en un recipiente grande dos litros de agua y vierte un par de puñados de planta. Tras un reposo de unos veinte minutos cuela el preparado y échalo en la bañera. Toma este baño antes de ir a dormir, unas dos veces por semana.,

 

viernes, 9 de octubre de 2015

Educar frustando......a los niños: 2ª y última parte


Pablo y Patricia: frustración con estilo
   En general, el estilo educativo más adecuado es el “democrático”, es decir, afectuoso, interesado por los asuntos de nuestro hijo, exigente en el respeto a las normas de convivencia y desempeño, rara vez castigador, favorecedor de la autonomía personal sin transgredir las reglas, tratando al pequeño como interlocutor y no como subordinado en los temas que le incumben, con una actitud abierta, receptiva, comprensiva y de aceptación incondicional.
* Pablo es un niño de cuatro años que quiere que su papá le haga todos los dibujos para colorearlos él. Su papá decide, con buen criterio, ofrecerle la posibilidad de hacerle un dibujo por cada uno que haga él solo. Días después, le ofrece colorearle alguno y, más tarde, le pide que por favor le haga un dibujo coloreado para enmarcarlo y adornar una habitación.
   Este es un ejemplo en el que se usa la frustración de un deseo para facilitar el desarrollo autónomo del niño, y que, por cierto, funcionó.
* Patricia, sin embargo, tiene cinco años y dibuja como Picasso, lo que le ha hecho creer que todo dibujo que se haga en casa ha de llevar, al menos, su “cotizada” firma. Para ello, pretende completar los dibujos de su hermano Pablo, a quien le viene bien la confianza de Patricia. Nuevamente interviene el padre, invitando
a Pablo a terminar su dibujo y a Patricia a enseñarle a su hermano a escribir su primer apellido junto a su propio nombre, que deberá escribir él mismo en un ángulo de la hoja.
Así, todos contentos.

La riqueza de los cinco años
   Y es que el niño de cinco años de edad es ya muy capaz, pero apenas está con sus padres, de quienes demanda cariño, escucha, comunicación y juegos compartidos. En este caso, suele sufrir una frustración muy poco edificante. La solución, reconstruir la escala de valores: después del mínimo imprescindible para subsistir, apagar el móvil y... ¡a jugar con él! Ningún lujo compensa la falta de tiempo dedicado (con calidad) a los hijos.  Ellos están antes y mamá no basta. Además, privarles de nuestra compañía no es manera alguna de frustrarles bien ni de quererles correctamente. Ponerles límites a posibles excesos o insuficiencias resulta más educativo, así como involucramos en sus intereses en la medida en que veamos que nos necesitan, procurando dejarles siempre la oportunidad de aprender equivocándose y elogiando lo que aprenden de sus errores.

Hijos caprichosos pero ¿y los padres?
   Para tener hijos caprichosos, nada más fácil que decirles que sí a todo. A menudo, padres  que sufrieron todo tipo de restricciones afectivas o materiales tratan equivocadamente de compensar sus propias frustraciones, concediéndoles todos los caprichos que les piden. Mal comienzo para esos niños. La infelicidad les espera. En el futuro, comprobarán que la cantidad de insatisfacciones que la vida adulta depara es muy  suprior a la que aprendieron a soportar, sintiéndose desgraciados,
   Además, tendrán probablemente dificultad a la hora de realizar esfuerzos tan simples como ir al trabajo u ocuparse de sus cosas, que esperarán las hagan otros a cambio de nada. Las metas no tendrán sentido alguno para ellos, dado que en el pasado obtuvieron valiosos objetos y experiencias sin esfuerzo alguno. Debemos, pues, ser capaces de decir “no” al deseo de nuestros hijos pensando en ellos. Sólo así conseguiremos que sean progresivamente responsables y autónomos, capaces de amar y de sentirse amados, y de valorar adecuadamente el fruto del esfuerzo propio y ajeno.


El acuerdo necesario
No sólo es importante que seamos congruentes ante el niño, también tiene que haber congruencia entre lo que digamos y hagamos, para no crear confusión y una mala frustración en el pequeño.
   Si papá se empeña en que esté en la cama a las diez de la noche pero mamá decide permitirle quedarse una hora más jugando, al niño se le creará un conflicto innecesario, acabando por desconocer a quién debe hacer caso. La falta de acuerdo constante entre los padres acerca de lo que los niños deben o no hacer les perjudica, especialmente, cuando se les pide que actúen a partir de órdenes contrarias. Conviene, así, hablar las cosas antes de pedir al niño que haga o deje de hacer tal o cual cosa, no poniéndole en la injusta situación de obedecer a uno en contra del otro.
 
 
Cómo saber si eres un padre blando
* Permites a tu hijo elegir la actividad a realizar sin criterio externo alguno, el pequeño deja de ir al colegio cuando quiere, se niega a acompañarte a la compra o renuncia a hacer las tareas que le tocan, domésticas o escolares, sin oposición alguna por tu parte.
* Equiparas la opinión de tu hijo con la tuya propia, dejando que se imponga ésta última por sistema o mayoritariamente.
* Accedes a buena parte de los deseos de tus hijos, otorgándoles los caprichos sin concederles importancia ni relacionarlos con mérito contraído alguno.
* Intentas que los hijos de los demás giren en torno al tuyo, incluyendo que se dejen golpear por él impune e injustamente, lo que justificas rápidamente como “cosas necesarias y propias de los niños”
* Dejas que tu hijo invada tu terreno, incluido el dormitorio y el rato de lectura o descanso, siendo incapaz de pedirle un aplazamiento a un momento más oportuno.
* Te limitas a saber que tu hijo va al colegio, resultándote indiferente cualquier progreso o atasco, pues consideras que lo único importante es que el niño haga lo que quiera hacer.
* Ante tu cónyuge, los deseos de tu hijo son órdenes.
* Eres incapaz de animar a tu hijo a intentar hacer cosas nuevas o mejor hechas, de modo que te parece “suficiente’ y “correcto” todo lo que hace y cómo lo hace.

jueves, 8 de octubre de 2015

Educar frustando..... a los niños: 1ª parte


Educar frustrando….a los niños
Con todo el cuidado
El uso correcto de la frustración en los primeros años de educación del niño tiene efectos positivos en distintos aspectos de su personalidad y desarrollo social.                                                                                                 Es una parte relevante de nuestra función educativa y un recurso importante a la hora de prepararles para enfrentarse a un mundo que les limitará más de un deseo y de una expectativa.
   Todos sabemos lo que un niño puede experimentar cuando le negamos un capricho a destiempo, peligroso o
imposible de satisfacer. Es una mezcla de rabia e impotencia no exenta de una cierta tendencia agresiva a la que, cuando el deseo es imposible de cumplir, denominamos “frustración”. Ésta se produce, aunque sea vano decirlo, a todas las edades, probablemente, desde los primeros días de existencia, aunque resulta más fácil identificarla cuando la comunicación -con la aparición del lenguaje- se hace más rica y compartida, además de comprensible


 Las múltiples caras de la frustración
   A las frustraciones naturales de cada edad, los padres debemos sumarles en el que podríamos llamar el “trabajo sucio” de la labor parental, aquéllas que también convengan para la construcción adecuada de su carácter. A este tipo de frustraciones las hemos llamado programadas, pues tenemos siempre la posibilidad de prepararlas en términos generales y según la edad del niño. Así, no es lo mismo, por ejemplo, obligar a un bebé a permanecer sentado en su sitio que a un niño de cinco años.
   Desde que nacen, los niños tienen una serie de necesidades esenciales de todo tipo que deben ser correctamente satisfechas por sus progenitores: la comida, el sueño, la proximidad, el trato comunicativo, el cariño y la higiene son, tal vez, las más básicas. Negarle cualquiera de ellas sería una negligencia alejada de la idea que pretendemos transmitir.


   Otra de las necesidades del bebé indicada por los expertos es la seguridad básica, que incluye la forma en que el recién nacido percibe el mundo que le rodea y del que depende completamente en los primeros días de su vida. Del modo en que sea atendido en sus necesidades biológicas y emocionales dependerá, en buena medida, el grado de confianza que empezará a desarrollar en la posibilidad de obtener del mundo la satisfacción de sus deseos y necesidades, partiendo de la alimentación como primera de ellas, mas sin relegar a un lugar peor el imprescindible respeto.
Querer no es poder
   Hacia el final de su primer año, aparece la necesidad de poner los primeros límites a ciertos deseos del pequeño. Sus nuevas capacidades, como la de poder acercarse por sí mismo a determinados sitios o la de reconocer objetos de su entorno e incluso pedirlos a los mayores, no le proporcionará únicamente satisfacciones. La diferencia entre el querer y el poder le provee de nuevas frustraciones, como cuando pretende acercarse a la barandilla de un balcón o al fuego de la cocina y se encuentra con nuestra negativa, necesaria para protegerle de peligros domésticos. Conviene, pues, estar preparados para decirle “no” sin exaltarnos ni agredirles -gritar sin necesidad es una forma de agresión-, y apartarle del peligro si es preciso.
   No obstante, en aquellas ocasiones en que suceda algo inesperado -la imaginación de los pequeños es capaz de poner a prueba toda nuestra capacidad de previsión-, lo fundamental será actuar rápida y serenamente, sin tratar de justificar brusquedades de ningún tipo,


Díselo hablando: te entenderá mejor

    Cuando nuestro hijo empieza a decir sus primeras palabras, podemos usar el lenguaje para ir poniendo límites razonables a su conducta.
   Además, la vida ya se habrá encargado, en los primeros dos años, de enseñarle que muchos de sus deseos no son siempre satisfechos, debiendo aceptar una realidad que se le impone, por ejemplo, cuando empieza a ir a la guardería.
   Pero esto requiere que estemos dispuestos a aguantar, en ciertas ocasiones, sus negativas iniciales en forma de llanto. Saber responder a su impaciente cabezonería con decisiones razonables o condicionadas es tan importante como atender adecuadamente al resto de sus necesidades. De este modo, el niño de dos años debe ir aprendiendo
a lavarse las manos antes de comer, le parezca bien o no, ir a la cama a una hora adecuada a su edad, etc. Por contra, ceder sin justificación si el niño se opone, no hará más que dificultar su proceso educativo.
   En general, habituarles a una serie de rutinas y darles cierto margen de elección les servirá para superar esta dura etapa que dará lugar, como decíamos, a otra mejor: la de los tres años. A esta edad, ya habremos hecho todo un trabajo frustrador no exento de cariño, respeto, ternura, cuidado y comprensión. Entonces, el niño habrá conocido ya la seguridad de nuestra cercanía y disponibilidad y la libertad para hacer algunas cosas por sí solo.
   Debemos reiterar que de poco sirve actuar bien respecto al niño si nuestro ejemplo contradice los mensajes que le transmitimos. Además, los padres debemos tratar de ponernos permanentemente en la piel del niño para cubrir adecuadamente sus necesidades.

Límites razonables del juego y la fantasía

   Con tres años, nuestro hijo sabe comunicarse verbalmente...y jugar, sobre todo jugar, usando una desbordante fantasía que, con el paso de los años, se transformará en imaginación y creatividad, tan necesarias para un mundo en constante transformación.
   En sus juegos, refleja los modos en que nosotros nos relacionamos, haciendo hablar a los muñecos o teatralizando escenas inventadas. Siempre que estén dentro de los límites que dicta el sentido común, deberemos permitir que recree de este modo nuestro mundo. Si no lo hacemos, estaremos malcriando a niños que se transformarán en adultos inhibidos e inseguros.
   Acostumbrarles, por otra parte, desde muy pequeños a hacer una cosa cada vez -comer tranquilamente y .ver la tele sin comer, por poner dos ejemplos cotidianos- también nos evitará tener que frustrarles a cada momento.

¿Qué se preguntan a los 4 años?
   Cuando nuestro hijo cumple los cuatro años, su incesante capacidad de interrogarse por todo lo que pasa por su inquieta mente nos obliga a prepararnos para responderle correctamente. Tenemos que adecuar las respuestas y frustraciones a sus necesidades y posibilidades de comprender y de comunicarse. Es más importante permitirle confiar en que encontrará respuestas a sus preguntas que ignorarlas o incluso enfadarnos por su aparente inoportunidad. Así, si nos pregunta por las partes del cuerpo más íntimas, convendrá contestarle honestamente, llamándolas por su nombre correcto.
   Eso sí, es hora de que el niño realice avances por sí solo, aunque con nuestra supervisión. Rara vez hará falta estar encima de él, pues ya se encargará de que cumplamos con tal faceta. Sólo debemos evitar dos cosas: descalificarle en modo alguno cuando cometa errores y asumir la iniciativa o hacer incluso nosotros mismos sus tareas. Con esto lograremos que tenga autoestima y sea tolerante con los errores, además de fomentar su autonomía y seguridad en sus propias capacidades.


 

martes, 6 de octubre de 2015

Complejos de Edipo y de Electra: 2ª y última parte


Claves para reconocer y reciclar tu Edipo
1 Tómate una tarde para escribir los primeros recuerdos que tengas en relación con tus padres, concéntrate en anotar los sentimientos más relevantes, si te considerabas la hija o el hijo preferido y cómo se traducía esto en tu relación con tu padre o con tu madre.
2 A continuación, escribe lo que recuerdes acerca de tus primeras diferencias con tus padres, señalando en especial aquellos puntos en los que sintieras que te impedían alejarte de ellos o compartirte con terceros.
3 Anota qué sientes al oler la colonia o el perfume de tus padres, o cuando te tocan para abrazarte (si es que lo hacen) o para besarte, cuánta más angustia sientas, mayor complejo de Edipo.
4 Seguidamente, toma nota de los principales sueños en los que ellos aparezcan, independientemente de su contenido moral o lógico. Éstos contienen mucha información de los deseos más fuertemente reprimidos:
a mayor recuerdo, menor represión. Repasa también tus dificultades actuales para emprender largos viajes, especialmente en avión.                                                                                                                                             

5 Reflexiona relajadamente acerca de toda la información obtenida y plantéate en qué aspectos podrías mostrarte en adelante ante tus padres como un ser adulto e independiente, antes que como mera hija o hijo.
   Esto incluye la expresión verbal y no verbal (besos, caricias, abrazos, sonrisas) de los afectos más tiernos entre padres e hijos. Acercarte relajadamente a ellos suele ser una forma segura de vivir la experiencia con satisfacción, reduciendo la carga de ansiedad al mínimo. Si no necesitas hacer esfuerzo alguno para expresarles tus pensamientos y sentimientos, probablemente estás fuera de un Complejo de Electra o de Edipo.
6 Para terminar, repasa las relaciones sentimentales que has tenido hasta el momento, prestando especial atención a lo que tengan en común ron tus padres (por separado). Esto te indicará si buscas o has estado buscando una pareja que, de alguna manera, te recuerde a tu padre o a tu madre, independientemente de los sentimientos hacia ellos.  

Cuando Edipo cede

    La edad crítica para la superación de los Conflictos de Edipo y Electra son los tres años. A esa edad, la identificación con el padre y/o con la madre ya ha adquirido toda su intensidad. Para ello, puede ser útil:
1 Facilitar a los pequeños la relación con otros niños y niñas de distintas edades, lo que les permitirá conocer otros rasgos de personalidad no tan presentes en sus familiares más cercanos.
2 Explicarles, tan pronto como sea posible, que son personas distintas, que cambiarán y se harán cada día más interesantes, de modo que la relación entre los miembros de la familia será más divertida.
3 Permitir que el niño actúe de modo distinto a su padre y a su madre, siempre dentro de los límites de lo razonable, favoreciendo así su diferenciación.
4 Evitar ante él los comentarios acerca del parecido físico o de carácter que se puedan advertir. Con ello se evitará el efecto de sugestión, que podría provocar que el niño o la niña tratara incluso de imitar determinados rasgos ensalzados por sus familiares, en detrimento de los más consonantes con sus propias tendencias.
5 Evitar tratarles como el “maridito de la madre’ o la “mujercita del padre”, lo que ocurre con mayor frecuencia de lo que nos imaginamos. Ni el niño ni la niña existen para los padres, sino para sí mismos y, en el futuro, para su pareja (si deciden y pueden tenerla) y no son ni hombrecitos ni mujercitas, sino simples niños.
6 Aceptar que elijan libremente aficiones y futuras profesiones, incluyan o no las que han tenido o admirado los progenitores, abuelos, etc.
7     Mostrarse ante los hijos sin afectación, es decir, transmitiéndoles una imagen de sí mismos lo más ajustada a la realidad: ya se encargarán ellos de exagerarla.

Edipo no disimulado
    Muchas escenas cotidianas nos remiten al Complejo de Edipo:
> Padres que, sorprendentemente y sin pudor alguno, van del brazo de sus hijas y en lugar de aparecer junto a sus esposas, alardean de la belleza de sus niñas y las exhiben como en busca de un pretendido equívoco. En el extremo, esto da lugar al abuso sexual de los propios hijos por parte del padre o la madre que secundan su complejo.
> También hallamos jóvenes varones que, con aparente normalidad, mantienen relaciones con mujeres veinte años mayores que ellos, para regocijo de ambos, ellos reencuentran la seguridad que el amor perdido de su madre les arrebató, mientras ellas recobran todo el fragor de la libido (instinto psicosexual) en una especie de ‘segunda juventud”.
> O bien a la inversa: chicas que se entregan al arte de amar a una nueva pareja de edad muy superior; como en el caso de varones lo suficientemente mayores en edad o apariencia como para poder ser o parecer su padre. El beneficio inmediato resulta ser para ambos, como en una extraña simbiosis de la que les costaré salir, especialmente al miembro más joven de la pareja.
   A la larga, la diferencia entre ambos será suficiente como para zanjar una relación diseñada para tapar un viejo problema: el Complejo de Electra o de Edipo, según el caso.


¿Conflicto o complejo?
   Estas son algunas pistas para saber si tu hija o tu hijo no superaron el obligado Conflicto de Electra o de Edipo, con lo que hoy día pueden sufrir el Complejo resultante:

1 Hace años que el pequeño celebró su tercer cumpleaños, pero imita de forma descarada a su padre y/o a su madre en la forma de gesticular, hablar, reír, sentarse, firmar, dibujar, entretenerse con las mismas aficiones...etc.
2 Lleva años siguiendo, a pies juntillas, las formas exactas de comportarse ante los demás...
3 A menudo presume de lo que se parece a su padre o a su madre en tal o cual cosa.
4 Cuando llega a la adolescencia, sólo imagina a una pareja posible si se parece a su padre o a su madre en la forma de quererle, en el físico, en el carácter, en a profesión, etc.
5 No se plantea otras perspectivas que las de hacer lo mismo que su padre y/o su madre, aunque pueda requerir habilidades distintas de aquéllas en las que él/ella destaca.                                                                                                   
6 Abandona cualquier habilidad que perciba como ausente en su padre o en su madre, sobre todo cuando no merece la atención o el reconocimiento de ellos.
7 Consulta al progenitor con quien se ha identificado hasta las más insignificantes cuestiones y decisiones, asegurándose así que le agradará lo que haga.
8 Defiende con pasión y sin crítica algunas de las creencias, ideologías y prejuicios de uno de sus progenitores, e incluso de ambos.
9 Prefiere tener sus fotografías más antiguas, así como la del padre y/o la madre.
10 Es capaz de verse involucrado en discusiones y peleas verbales o físicas si alguien osa comprometer el buen nombre de su padre y/o de su madre, o bien de cualquier cosa relacionada con él o con ella.

 

 

lunes, 5 de octubre de 2015

Complejos de Edipo y de Electra: 1ª parte


Complejos de
Edipo y de Electra
Enamorados de papa y mamá
Afecta al cien por cien de los niños cuando se incuba en forma de conflicto en los primeros años de vida, aunque pasa desapercibido para muchos padres. Este trastorno, que se gesta entre los tres y los cinco años de edad, se denomina Complejo de Edipo cuando se trata de niños y, en el caso de niñas y recurriendo a Jung, Complejo de Electra.
   Durante la infancia, las fuertes emociones que se ponen en marcha hacia los padres condicionan las futuras
relaciones afectivas y sexuales del niño/a, e incluso sus criterios individuales de elección de pareja.
   El amor idealizador hacia uno de los progenitores (normalmente el del mismo sexo que el hijo o hija) y el
odio hacia el del sexo contrario condicionará -en tal fase del desarrollo psicosexual- las tendencias afectivas
del pequeño. Es durante esta etapa cuando se fijan prematuramente las preferencias sexuales, incluso en lo
relativo a la hetero u homosexualidad.


Cuando papá es papá y mamá es mamá
   Según el Psicoanálisis, tener unos padres psicológicamente estables facilita el desarrollo psicosexual del niño. Esto incluye que tanto el padre como la madre posean una congruencia entre su sexo físico y su identidad sexual. La presencia de un padre y de una madre correctamente desarrollados en lo psicosexual hace que el hijo escoja de manera inconsciente y natural al progenitor de su mismo sexo, para identificarse con él y continuar su desarrollo. Es entonces cuando aparece el Complejo de Edipo, en este caso, el niño se llega a identificar tanto con su padre que lo reemplaza para estar con su madre, pasando a ver al primero como un rival. Esta situación hace que el niño sufra un sentimiento ambivalente hacia su padre, tanto le ha amado que llega a fantasear con poder ser igual que él y convertir-se en el compañero de su progenitora, algo que, por supuesto, no funciona. Lo mismo puede decirse de la niña, se ‘enamora” de su madre hasta identificarse plenamente con ella y llegar a creer que puede ser como ella frente a su padre, por lo que empieza su cruzada imposible a través de la rivalidad. Si el niño o la niña siguen enganchados a tal deseo tras de haber cumplido cinco años, el conflicto de Edipo o de Electra se convierte en Complejo.

Cuando se enamoran…. del hijo o de la hija
   En la consolidación del Complejo es de gran importancia tener en cuenta la respuesta de padre o de la madre ante el deseo del hijo de formar pareja con ellos. Si reaccionan como si se tratara de una buena idea (con frecuencia y de manera inconsciente, los padres proyectan su ideal de pareja sobre los hijos), harán que se detenga el desarrollo evolutivo del pequeño, ya que facilitarán la aparición del trastorno, que a menudo provocará interminables fracasos sentimentales cuando el niño sea adulto, pues su maduración psicosexual se habrá visto afectada. Este hecho también se manifestará después en la búsqueda de una pareja igual que el amor infantil que no pudo mantenerse, lo que inevitablemente conduce a la frustración y el fracaso.

“Hasta que no encuentre….. a mi padre”
   Hay mujeres que manifiestan no tener novio por no haber encontrado un hombre como su padre. Esta afirmación delata un gigantesco Complejo de Electra, versión femenina del de Edipo. No es tan frecuente, en cambio, escuchar una frase similar en boca de hombres, quizás porque tradicionalmente no se les ha educado para que expresen sus sentimientos en voz alta. Normalmente, quienes lo dicen públicamente suelen ser hombres que, en lugar de identificarse en los primeros años de su vida con su padre, lo hicieron con su madre, por lo que creen que deben buscar una pareja parecida a la de su progenitora, es decir, como su padre, lo que a veces deriva en un error en la propia percepción sexual.

Edipo, un complejo mítico
   Dada la repercusión del Complejo de Edipo, conviene recordar el origen histórico de este concepto. Para su formulación, Freud se basó en un pasaje de la mitología griega en el que Edipo, todavía en el vientre de su madre Yocasta, acabaría con la vida de su padre para poder contraer matrimonio con ésta. En efecto, sólo la muerte de su padre podía transmitir al non- nato Edipo la creencia de poder estar junto al corazón de su madre, siendo el único objeto de su cuidado y de su amor.
   Algo parecido a esto se supone que ocurre con cada uno de nosotros en la relación filial con nuestros padres, donde las emociones dificultan un encuentro natural con ellos; emociones que muchas veces se encuentran disfrazadas bajo el ropaje de disputas o distanciamientos, a menudo inexplicables, como medio más soportable de dar salida a tan fuertes e inaceptables impulsos. El mero rechazo que podemos sentir hacia la idea del Complejo en cuestión nos indica ya la fuerte resistencia a tomar consciencia de este hecho.


Inferior pero a gusto
   En otras ocasiones, la relación de pareja se establece en función de los complejos existentes, al margen de la diferencia de edad. En estos casos, Edipo aparece en cualidades sobresalientes del padre o la madre amada, o de ambos, encubriendo la verdadera necesidad subyacente a una declaración amorosa y que, lejos de dirigirse realmente a la pareja, se hace a través de uno de los progenitores.
  
En estos casos, los comportamientos de la pareja que se alejen del progenitor amado e idealizado serón con frecuencia causa de disentimiento y, eventualmente, de definitiva ruptura conyugal. La excusa típica que se da en estos casos es una supuesta decepción, cuyo responsable es la persona amada, mientras que otras personas sienten incluso repulsión al mantener relaciones sexuales con alguien que, en el fondo de su corazón, no hace sino sustituir en lo posible a su padre o a su madre.
   En tal supuesto, la pérdida del deseo sexual antecede siempre a la separación final, pues resulta inadmisible que la pareja se revele como alguien distinto de nuestro progenitor amado, por lo que se opta por la disolución.


   Una elección edipica de nuestra pareja nos abona de antemano al conflicto y al fracaso, por más que dure esta situación, tan inconsciente como manipuladora. Por todo ello, conviene reflexionar acerca de los sentimientos actuales hacia nuestros padres: por ejemplo, un sentimiento de asco a ser tocados por uno de ellos revela, con toda probabilidad, una tendencia inadmisible y reprimida que condicionará nuestra búsqueda de pareja, acercándonos peligrosamente al fracaso.
   En cambio, una relación fluida y razonable con nuestros progenitores es una buena base a la hora de plantearnos la posibilidad de buscar una persona a la que entregarnos y con la que llenar esa intensa y maravillosa parcela de nuestra vida a la que llamamos amor.