domingo, 31 de julio de 2016

La Inmunidad: Fiel guardian de nuestra salud, 1ª parte


EL SISTEMA INMUNITARIO ES UN COMPLEJO BIOQUÍMICO QUE PROTEGE AL ORGANISMO FRENTE A LOS GÉRMENES PATÓGENOS, ES DECIR, QUE TIENEN CAPACIDAD PARA PRODUCIR UNA ENFERMEDAD, Y A OTROS CUERPOS EXTRAÑOS QUE INVADEN NUESTRO ORGANISMO.                                                             
EL SISTEMA INMUNOLÓGICO ES CAPAZ DE RECONOCER, MEMORIZAR Y ELIMINAR ESTAS SUSTANCIAS EXTRAÑAS, DENOMINADAS ANTÍGENOS,
MEDIANTE LA PUESTA EN ACCIÓN DE LOS ANTICUERPOS Y LAS ANTITOXINAS.
  Podemos comparar el sistema inmunitario a un ejército con una gran capacidad de adaptación y movilidad por la sangre y los tejidos, cuya misión es la de defendernos de los distintos tipos de enemigos, como son virus, bacterias, hongos e incluso células mutantes que constantemente se producen en nuestro organismo, que si se multiplicaran darían lugar a un cáncer.
   Como todo medio de defensa, tiene sus tácticas y sus diferentes tipos de actuación. La primera línea defensiva es el cierre de la frontera con el exterior, que está constituido por la piel, las mucosas y las secreciones corporales como el sudor, lágrimas, secreción ácida del estómago...
   Traspasada esta barrera hay una segunda línea de defensa, el proceso infeccioso, que se une a la fiebre en un proceso benéfico para crear un medio hostil al enemigo, al mismo tiempo, entran en juego unas células denominadas macrófagos, capaces de fagocitar (comer) y destruir al enemigo.
   Cuando esto no es suficiente se ponen en marcha mecanismos de defensa más sofisticados como pueden ser la aparición en combate de los linfocitos T, encargados de lo que denominamos inmunidad celular a través de las llamadas células asesinas, y los linfocitos B, productores de anticuerpos o inmunoglobulinas, que reaccionan directamente con las sustancias extrañas o antígenos específicos. Este segundo tipo de respuesta se denomina respuesta inmunitaria humoral.
   El sistema inmunitario también protege al organismo de la invasión al crear barreras locales y la reacción de inflamación. En el primer caso, por medio de la piel y las mucosas, se proporcionan defensas químicas, en el segundo caso la reacción de inflamación aporta leucocitos denominados po1imorfonucleares y neutrófilos al lugar de la lesión, donde acaban con los organismos invasores.
   Tanto la inmunidad humoral como la celular se ponen en marcha si fallan las primeras líneas de defensa o son inadecuadas o insuficientes para la protección del organismo.
   La respuesta inmunitaria humoral es particularmente eficaz frente a las invasiones bacterianas y víricas, y depende de los linfocitos tipo B para la producción de los anticuerpos.


    El sistema inmunitario es realmente un buen guardián de nuestro organismo, puesto que ante la agresión de agentes externos que considera extraños reacciona con la producción de anticuerpos y células específicas que destruyen sustancias extrañas (antígenos), microorganismos y células no reconocidas como propias.
   De un modo general, los componentes más importantes del sistema inmunitario son:
Las inmunoglobulinas
Los linfocitos
Los fagocitos
El complemento
La properdina
El factor inhibidor de la migración                                                                                                                                                                  

El interferón

   Hasta ahora había comentado que en la Inmunidad, una vez superada la primera línea de defensa, se pone en marcha la inmunidad celular, llevada por células “asesinas” y la inmunidad humoral, llevada por anticuerpos.     Pero vemos que además de interrelacionarse entre sí, participan otros elementos, que son los auténticos moduladores del efecto final de defensa.
   Voy a comentar cómo estos mecanismos inmunitarios aparecen y qué características diferenciales tienen unos con otros.
SISTEMA INMUNITARIO HUMORAL
   Ante la introducción en nuestro organismo de las sustancias extrañas o antígenas, se inicia la producción de las denominadas inmunoglobulinas, que funcionan en forma de anticuerpos.
   Estos anticuerpos son fabricados por linfocitos B al ser estimulados por la presencia en nuestro organismo de bacterias y virus, y son estos linfocitos B activados los que secretan trillones de moléculas de anticuerpos que contribuyen a la respuesta inmunitana humoral, al reconocer a los invasores del cuerpo como agentes extraños y unirse a ellos, neutralizándolos y aglutinándolos. De esta manera, después de esta acción los macrófagos se encargan de su digestión y eliminación.
   La unión del antígeno con el anticuerpo produce otras acciones, como es la activación del sistema del complemento en el suero, dando lugar a una serie de reacciones químicas en cadena que amplifican la respuesta inmunitaria humoral, ya que estas proteínas plasmáticas activadas, denominadas complemento, provocan la destrucción o lisis de las células antigénicas o extrañas, y su posterior barrido del campo de batalla por los macrófagos, mediante la fagocitosis.


   Otras proteínas asociadas con este mecanismo de defensa son la properdina y el interferón. La primera proporciona una vía alternativa para la activación del complemento, y la segunda es sintetizada por las células corporales en respuesta a una invasión vírica, combatiendo a estos microorganismos y también retrasando el crecimiento de las células cancerígenas.
   Hay varios tipos de inmunoglobulinas, que se identifican con letras (M, G, A, E, D ). Cada una de ellas se localiza en un lugar específico, ejerciendo una acción determinada de defensa.
   La A se encuentra en todas las secreciones corporales, y es el principal anticuerpo de las membranas mucosas que tapizan el tracto intestinal y el árbol respiratorio, así como en la saliva y las lágrimas. Su presencia en estos tejidos los protege de la invasión de microorganismos extraños que pudieran ocasionar una infección.
   La D se encuentra en pequeñas cantidades en el suero, y aunque no está bien definida su función, aumenta frente a determinadas reacciones alérgicas y con la presencia de determinadas sustancias como leche, insulina, penicilina y diversas toxinas.                                                                                                                                            
La E se encuentra principalmente en mucosas, pulmón y piel, proporcionando la primera línea de defensa frente a los antígenos ambientales, con los que a reacción libera determinados mediadores químicos de la alergia o la hipersensibilidad, desencadenando las reacciones de alergia, como el Asma o la dermatitis alérgica.                                                                                                                                                               
La G se sintetiza en respuesta a la invasión de bacterias, hongos y virus. Tiene la peculiaridad de que atraviesa la placenta, protegiendo al feto en su desarrollo, y ejerce una función de protección frente a los antígenos de las células sanguíneas
   La M es la de mayor peso molecular, y por lo tanto la más grande, siendo la primera en formarse en el organismo cuando se enfrenta a los antígenos.
   Es de capital importancia para que se active la producción de la G y la fijación del complemento. Tiene un papel predominante en las reacciones de incompatibilidad sanguínea, pues es la que se produce al trasfundirse sangre incompatible con la del receptor
   La respuesta inmunitaria humoral puede comenzar inmediatamente después de la invasión o retrasarse hasta las 48 horas.
Sistema inmunitario celular
    Como había dicho anteriormente el ataque frontal de los linfocitos T a las sustancias extrañas. Estos linfocitos de defensa reaccionan ante la agresión de hongos y virus, pero también son importantes en la detención y el intento de neutralización de las células malignas o los tumores ocasionados en nuestro organismo, así cómo en el rechazo de los órganos implantados.                                                                                  
Dentro de estos linfocitos T los hay que circulan por nuestra sangre, los que se dirigen hacia los tejidos inflamados y los que actúan mediante una memoria de reconocimiento, es decir,, reconocen los antígenos y movilizan rápidamente a los macrófagos de los tejidos.                                                                                            
Tanto los linfocitos B como los T son fabricados a partir de la células de división, denominadas células madre, que se forman en la médula ósea, al igual que otras sanguíneas como son las plaquetas y los glóbulos rojos.       Además de la médula ósea, también se ven implicados en la respuesta inmunitaria otros órganos o tejidos, como son el timo y el tejido linfoide, formado por los vasos y los ganglios linfáticos.
   La respuesta inmunitaria humoral y la celular son interdependientes. Las dos ejercen su influencia sobre la otra. En ambos casos, la inmunidad puede ser natural o adquirida. La natural, heredada genéticamente, puede verse afectada por factores como la dieta, el estado mental, el medio ambiente, el metabolismo y la virulencia de los agentes invasores, y la adquirida es la que vamos asumiendo a lo largo de nuestra vida tras pasar múltiples contactos antigénicos que despiertan nuestras reacciones inmunitarias; aunque cabría decir que al pasar una determinada enfermedad, el efecto de recuerdo inmunitario varía mucho de una enfermedad a otra, al haber enfermedades que pasamos una vez en la vida, y otras en las que, por causas de cambio del propio organismo o desaparición de los anticuerpos en sangre y los linfocitos de memoria, desaparece la protección a padecer una determinada enfermedad.

sábado, 30 de julio de 2016

Infusiones para los más pequeños, 2ª y última parte


A veces, la causa del trastorno desaparece simplemente al realizar un cambio de alimentación
HINOJO
  
Se utiliza el fruto. Contiene aceite esencial (anetol), taninos y glúcidos. Tiene propiedades carminativas y antiespasmódicas. Indicado en casos de fermentación digestiva con abundantes gases y dolor de distensión abdominal, así como espasmos intestinales e irritaciones de la mucosa intestinal, acompañados de diarrea (colitis espasmódica).
   En este último caso, cuando el bebé tiene diarrea ayuda a la rehidratación oral, ya que el niño toma la infusión que lo contiene gracias a su agradable sabor.


COMINO
  
Se utiliza la semilla. Contiene esencia, rica en aldehído cumínico, terpenos y flavonoides. Tiene propiedades antifIatuletas, carminativas y antiespasmódicas.
   Recomendado en casos de atonía digestiva (falta de movimiento intestinal), aerofagia, digestiones lentas
e inapetencia.
MELISA                                                                                                                                                   Se utilizan las hojas y la sumidad florida. Contiene aceite esencial de agradable olor a limón (geranio, linilol, citrol), taninos, fenoles, sustancias amargaste hidrocarburos terpénicos
   Tiene propiedades antiespasmódicas, digestivas, carminativas y antieméticas (evitan la sensación de náuseas y vómitos). Produce además una ligera disminución de la actividad del sistema nervioso central con efecto sedativo suave.
   Indicada n casos de gastritis aguda, por su acción conjunta, ya que reduce los espasmos y las náuseas, así como la atonía digestiva (falta de movimiento). Se aconseja además en casos asociados o no de tensión nerviosa, por su efecto sedante.


ANGÉLICA
  
Se utiliza la raíz, las hojas y las semillas. Contiene aceite esencial cumarina, ácidos orgánicos, taninos. Tiene propiedades antiespasmódicas, digestivas, carminativas. Aumenta la función biliar y es expectorante.
   Indicada en espasmos digestivos asociados a ansiedad e insomnio, dispepsias o malas digestiones, insuficiencia hepatobiliar, es un tratamiento complementario de la bronquitis crónica.
En los bebés, la elección de Plantas medicinales cobra especial atención, pues los medicamentos conllevan contraindicaciones o efectos secundarios.
LAS PLANTAS EN LA PRIMERA INFANCIA
   En niños pequeños se hace necesario administrar las plantas a modo de infusión, teniendo en cuenta la dosificación de la planta o plantas a administrar. La mejor manera de presentar estas plantas es en forma de infusiones instantáneas a base de extractos solubles, presentados en forma de granulados. De este modo evitamos la destrucción de los principios activos inestables de las plantas, que tiene lugar por la acción del agua en ebullición. Dichos extractos deben conservar las propiedades de la planta de partida al igual que su misma proporción en cuanto al peso. De cualquier modo, la concentración de la planta en la infusión deberá de ser del 5% en niños Lactantes.
  
Por ejemplo, por cada 50 ml de agua, añadir 2,5 gr. de planta seca o granulado (una cucharada de café colmada equivale a 2,5 gr.).
   La posología ha de adaptarse a cada caso en particular. Como norma general se administrará después de la toma o comidas.


PASIFLORA
   Se utilizan las hojas 1as flores. Contiene alcaloides indólicoss (harmano, harmina), flavonoides, taninos.  Tiene propiedades sedantes y antiespasmódicas.
   Se utiliza en insomnio, ansiedad, espasmos digestivos con irritabilidad y gastritis.
                                        Plantas estomatológicas
  
A veces el problema de base que produce la sintomatología de dolor, intranquilidad e intolerancia digestiva es la inflamación bucal. El niño rechaza la ingesta de alimentos y tiene una mayor secreción salival con gran sensibilidad en la boca. En este caso empleamos plantas antiinflamatorias que contienen mucílagos, aninos o azuleno, y plantas con esencia u otros compuestos de acción antiséptica. Caléndula, Agrimonia, Malvavisco, Mejorana.
MALVAVISCO
  
Se utiliza la raíz, la hoja y la flor. Contiene abundantes mucílagos de naturaleza urónica. Tiene propiedades emolientes, antiinflamatorias y antitusivas
   Se utiliza en casos de inflación de la mucosa tanto digestiva como respiratoria (gastritis, ardor, bronquitis, laringitis, aftas bucales).


AGRIMONIA
  
Se utilizan las hojas y las flores. Contiene aceite esencial, gomas, taninos y fitosterina. Tiene propiedades astringentes (disminuyen la secreción y facilitan la cicatrización), cicatrizantes, emolientes (antiinflamatorias), vulnerativas (que curan las llagas y las heridas) y depurativas (tónico hepáticas).
   Indicada en casos de diarrea, afecciones bocales, llagas, afección hepática.  
ALGUNOS CONSEJOS ÚTILES
- La madre lactante debe evitar la toma de medicamentos, ya que la mayoría de los mismos pasan la barrera láctea y pueden producir fenómenos de intolerancia o alergia en el niño.
- No dar demasiada cantidad de biberón, ni alimentar siguiendo la demanda del bebé, sino los horarios fijos, aunque el niño no manifieste apetito y rechace el biberón.
- No introducir antes de los cuatro meses las harinas de cereales, ya que los almidones que las contienen pueden precipitar cólicos. Además, las harinas deberán ser precocinadas o dextrinadas, no lacteadas y sin azúcar. 
- Si tenemos que dar leche adaptada antes de los tres meses será una leche con formula hipoalergeri para evitar
la intolerancia a las proteínas de la leche de vaca.
- Los niños con alergia a proteínas de la leche de vaca lo son frecuentemente a la leche de soja por esto es mejor pasar a hidrolizados proteínicos especiales
- La naranja, si se introduce demasiado pronto, puede ser causa de alergia Como regla general introduciremos la compota de fruta a los tres meses, manzana y plata no crudos pero maduros a los nueve meses y frutas crudas en conjunto a partir del año.                                                                                                                                    - - Intentar tener un contacto madre-hijo en condiciones de tranquilidad sn tensiones ni preocupaciones de la madre que puedan influir indirectamente en el niño.
....

EJEMPLOS DE PRESCRIPCIÓN
Infusión Digestiva
Manzanilla 30%
Melisa 30%
Anís estrellado 20%
Hinojo 20%


Infusión Sedativa
Azahar 20%
Melisa 20%
Tila 20%
Manzanilla 20%
Hierba Luisa o Anís verde 20%

 

 

viernes, 29 de julio de 2016

Infusiones para los más pequeños, 1ª parte


   A menudo, un motivo de preocupación de muchas madres es no saber qué hacer cuando su hijo pequeño presenta trastornos iniciales de carácter benigno que inicialmente no revisten tanta importancia como para ser tratados con medicamentos. Sobre todo, si tenemos en cuenta la aumentada sensibilidad de los niños pequeños a la acción de los mismos, y el temor de la madre a medicar innecesariamente.
   Entre los trastornos más frecuentes del bebé están los problemas digestivos, siendo el más significativo el llamado cólico del lactante, en el que el niño, sin causa aparente, presenta dolor espasmódico abdominal de aparición y finalización súbita acompañado de cierto grado de distensión abdominal, tendencia a la diarrea, eructos a veces acompañados de vómito ácido, hipo, intranquilidad o agitación con dificultad de conciliar el sueño y malestar general con lloros súbitos de gran intensidad.
   Se han valorado varias teorías sobre la causa de estos síntomas, entre ellas cabe destacar:


 Factor Psicosomático
  
La relación madre-hijo se manifiesta inicialmente por el contacto físico corporal que representa la lactancia, no sólo por la necesidad fisiológica de la alimentación, sino también para potenciar el desarrollo psicomotor del niño. En este caso, un escaso contacto madre-hijo, con un alto conflicto personal de la madre, con ansiedad o tensión familiar, prisas a la hora de satisfacer las necesidades del niño..., pueden motivar la causa inicial.

Factor Alergénico
  
A veces se ha comprobado, que la causa de este trastorno desaparece al realizar un cambio en la alimentación del niño, tanto durante el período de lactancia, como posteriormente a través de cambios en su dieta. Esto ha llevado a presuponer que existan sustancias alergénicas que por vía digestiva producirían el cólico del lactante, tal es el caso de la intolerancia a la leche de vaca, que produce trastornos muy acusados en forma de diarrea y vómitos al pasar de la leche materna al biberón. La clara de huevo también puede provocar cierta intolerancia y debería introducirse bien cocida a partir del año de vida.
Podemos encontrar sustancias alérgicas o irritantes ambientales que participen en la aparición de cólicos:
contaminación, humo de los cigarrillos, ácaros, mohos, plantas, aparatos de climatización...

Factor Digestivo
   Es el motivo señalado con mayor frecuencia, constituido por un movimiento intestinal alterado (peristaltismo) o una producción excesiva fermentación digestiva que ocasion5 distensión abdominal y retención de gases.

   También se ha observado que niños lactantes de madres que toman suplementos da Calcio o Hierro tienen más propensión al cólico por el paso de estos minerales a través la leche materna al niño.
   Dentro del factor digestivo hay que descartar que el niño padezca una alteración anatómica, como podría ser  el estrechamiento de la salida del estómago (estenosis del píloro, que haría que la digestión fuera más lenta y se produjeran fenómenos de retención.

Los lactantes de madres que toman suplementos de hierro o calcio, tienen propensión a padecer Cólicos.

Uno de los trastornos frecuentes del bebé es el llamado Cólico del lactante 

Plantas utilizadas

   En cuanto al tratamiento clásico, se utilizan medicamentos con acción antiespasmódica, antiespumante y carminativa. A veces se asocian sedantes tipo fenobarbital y atropínicos.
   Mi criterio de elección a nivel de plantas medicinales cobra especial atención aquí, debido a que los medicamentos no están exentos de contraindicaciones o efectos secundarios, por lo que no son del agrado de la mayoría de los pediatras.
   Las plantas que se utilizan tienen una actividad digestiva a varios niveles, principalmente a nivel de la motilidad digestiva, de la relajación de los esfínteres, de la atenuación de los procesos fermentativos y de una ligera sedación reconfortante del niño, ya que se sabe que estos procesos se reagudizan aun más con el lloro y los espasmos de dolor que tiene el niño.

                                           
Plantas digestivas y eupépticas
  
Son plantas ricas en esencias que estimulan la producción de la secreción digestiva y el movimiento intestinal (denominado peristaltismo), favoreciendo de este modo la digestión.
Entre ellas tenemos: Manzanilla, Hinojo, Hierba Luisa, Melisa, Anís estrellado, Angélica.
MANZANILLA
  
Se utilizan los capítulos florales. Contiene principalmente aceite esencial (con abundante camazuleno), flavonoides y cumarinas.
   Tiene propiedades digestivas, carminativas (suprimen la formación de gases intestinales) y antiinflamatorias.
Indicada en casos de dispepsia digestiva (dificultad de digerir) y flatulencia abdominal. También se utiliza por sus propiedades antiinflamatorias en problemas de encías e infecciones bucales


ANÍS ESTRELLADO
  
Se utiliza el fruto. Contiene aceite esencial, básicamente el anetol y el metilcavicol, que le da un agradable sabor y olor.
   Tiene propiedades eupéptico-digestivas (favorecen la secreción gástrica) y carminativas.
   Está indicado en dispepsias, espasmos digestivos y meteorismo (presencia de gases en el abdomen).
                            Plantas antiflatulentas o carminativas
  
Favorecen la eliminación de los gases retenidos en el sistema digestivo y previenen su formación por procesos de fermentación. Poseen esta acción las plantas ricas en esencias, que al entrar en contacto directo con la mucosa digestiva provocan una irritación de la misma, dando lugar a un aumento del movimiento intestinal y una relajación de los esfínteres, con lo que se favorece la expulsión de gases y la fermentación digestiva por un tránsito lento de los alimentos. Comino, Anís estrellado, Hinojo, Angélica, Melisa, Hierba buena.

 

 

jueves, 28 de julio de 2016

Impotencia; Causa y tratamiento natural, 4ª y última parte


El tratamiento de disfunción eréctil empieza por la valoración                                                 de las enfermedades asociadas
Tratamientos para la impotencia
   El tratamiento del paciente con disfunción eréctil se basa en los resultados de la evaluación clínica. Por ejemplo, hay que empezar tratando cualquier enfermedad asociada con la disfunción eréctil se debe cambiar los medicamentos prescritos que puedan tener efectos negativos sobre la disfunción eréctil y es importante animar a los pacientes a mar. No se deben infravalorar factores emocionales.
   El hecho de enviar al paciente y a su pareja a un terapeuta sexual puede ser muy útil para la disfunción erectil tanto orgánica como psicológica incluso si se está pensando en una intervención física. Ya he  mencionado la mayor incidencia de impotencias psicógenas sobre las orgías.
- La yohimbina, principio activo de la Yohimbo (Pausinystalia ypimbe), posee una acción vasodu1atadora general y especialmente sobre los órganos genitales (acción afrodisíaca Estudios recientes indican que su eficacia primordial se centra en los pacientes con una disfunción eréctil psicógena. A pesar de ser bien tolerado como tratamiento de primera línea, deben tenerse en cuenta los posibles efectos secundarios, como pequeñas subidas de la presión arterial, palpitaciones, nerviosismo e irritabilidad.
- La corinantina es un principio activo de estructura química muy similar a la yohimbin presenta las mismas funciones orgánicas con una potencia de 5 a 10 veces menor, pero es de destacar su menor grado de toxicidad.   - Existen otros tratamientos orales más eficaces y satisfactorios para el paciente. La L-arginina, reconocida como el aminoácido precursor que libera el óxido nítrico, con función erectógena, se encuentra en investigación.
- Los tratamientos de aplicación local, tanto mecánicos como quirúrgicos, quedan reservados al especialista urológico en impotencia sexual.
- Puesto que la impotencia psicógena es la de mayor incidencia, puedo afirmar que en la mayoría de casos se precisa psicoterapia. Cuando la inhibición es transitoria, ésta suele bastar para evitar una verdadera disfunción eréctil. Si el trastorno ya está instaurado, por lo general, cuanto antes se inicie el tratamiento, mayores garantías de éxito tendrá, puesto que la autoestima del hombre estará menos dañada. Otro indicador de éxito terapéutico es la inclusión de la pareja en el tratamiento.
   Las formas de intervención desarrolladas para hacer frente a la impotencia van desde las terapias de insight y reconstrucción, centradas en las causas profundas, hasta las técnicas breves dirigidas a las causas inmediatas y al síntoma, cuya función es modificar la conducta sexual de forma directa. Aunque todas estas terapias son efectivas, las formas más breves lo son más, ya que las de insight requieren más tiempo e ignoran los antecedentes inmediatos que producen ansiedad.
   En el caso de la impotencia secundaria, al cabo de entre 4 y 10 semanas se puede observar una remisión o una disminución del número de fallos. Aunque el pronóstico en la impotencia primaria no es tan bueno, ésta también puede beneficiarse de los diferentes tratamientos.


Causas profundas
   Los puntos en los que se apoya el tratamiento de las causas más profundas, consisten en tomar consciencia de la inmadurez afectiva, reflexionar sobre actitudes infantiles, relaciones sociales, familiares, profesionales y políticas, desbloquear la asociación madre/mujer que hace el hombre como consecuencia del complejo de Edipo mal resuelto y, por último, trabajar la desmesurada voluntad de poder que presentan algunos varones, para compensar su sentimiento de incapacidad (son personas agresivas con sus parejas y aficionadas, a menudo, a practicar actividades y ejercer profesiones arriesgadas y violentas).
Causas inmediatas
   Las directrices que sigue el tipo de tratamiento basado en las causas inmediatas parten de un objetivo inicial: reducir o eliminar la ansiedad que se da en el momento del acto sexual y que es directamente responsable de la no erección. Esto sólo es posible si se consigue restablecer la confianza en uno mismo. A partir de aquí, se posibilitará la consecución de erecciones espontáneas y más tarde de coitos normales. A rasgos generales, esta forma de intervención sigue los siguientes pasos:
Primer paso
  
Se “prohíbe” intentar el coito hasta finalizar el tratamiento. Se da información sexual relativa a la erección. El hombre redescubre la estimulación erótica con su pareja a base de caricias mutuas en diferentes partes del cuerpo, pero sin exigencias (no tiene porqué acontecer una relación sexual). Si el hombre deja de angustiarse por su capacidad en el momento del coito, podrá reaccionar a la estimulación de su pareja con erecciones espontáneas. La consecuencia inmediata es generalmente un aumento de la autoconfianza.
Segundo paso
   Aunque se hayan conseguido erecciones, resurgen miedos y pensamientos obsesivos sobre la posibilidad de tener más erecciones y el temor a que éstas no sean suficientes para tener una relación sexual normal. En estos casos, se puede pedir al paciente que se recree en una fantasía erótica favorita. De este modo irá tomando conciencia de que estos pensamientos negativos distraen y no permiten disfrutar del momento.
   El exceso de preocupación por la compañera es también una fuente de distracción y de ansiedad. Como medida de compensación se incita el hombre a que se centre en su gratificación sexual, puesto que el goce mutuo pasa por que cada uno se abandone a sus propios sentimientos eróticos. Si la consigna consiste, de momento, en pensar más en uno mismo que en el otro, la ansiedad que siente el hombre impotente ante la “necesidad” y la “imposibilidad” de satisfacer a la pareja desaparece.
Tercer paso
   En la última fase del tratamiento, se autorizará el coito pero será el mismo varón el que escoja la ocasión. La eyaculación no se producirá enseguida, para que el hombre vea que penetrar no supone obligatoriamente tener que eyacular.
   Al margen de la intervención de tipo psicológico, las terapias hormonales apuestan por el uso de la testosterona como apoyo del tratamiento de la impotencia. Estudios realizados con hombres impotentes que habían tomado esta hormona muestran buenos resultados. Probablemente, la mejoría se debe a que la hormona da un “empujón fisiológico” temporal que sirve para romper el círculo vicioso que caracteriza este trastorno. El valor de la testosterona sería equivalente a las tareas sexuales eróticas en las primeras semanas de la sexoterapia.
   No obstante, con esta sustancia no se puede asegurar del mismo modo una curación permanente, porque ni se identifican ni se modifican las fuentes de la impotencia. Además, tampoco se trabaja la relación de pareja, frecuentemente dañada en estos casos, por lo que la mejor opción parece ser incluir la administración de testosterona dentro de la terapia, en casos en que el impulso sexual es muy débil.
   En cualquier caso, es relativamente fácil solucionar un problema de impotencia y aunque aproximadamente hay un 5% de recaídas (suelen coincidir con cambios importantes o negativos en la pareja), nunca se reproduce la misma situación de temor y ansiedad. Por tanto, lo que suelen ocurrir son episodios de impotencia transitoria, por lo que es poco factible que se acabe dando una impotencia crónica.


 

 

lunes, 25 de julio de 2016

La impotencia; Causas y tratamiento natural, 3ª parte


Los hombres que sufren de Impotencia suelen ser más vulnerables emocionalmente
Causas psicológicas
Se dan dos tipos de causas psicológicas (no excluyentes entre ellas).
• Causas inmediatas
  
Entre estas causas destacan el temor al fracaso sexual y al abandono de la pareja, la presión por las exigencias sexuales propias y de la pareja y la incapacidad de abandono al sentimiento erótico. Todas producen una ansiedad ante el acto sexual que actúa directamente sobre los reflejos fisiológicos que producen la erección.                                                                                                                                                                            • Causas profundas
  
Entre estas causas aparecen diferentes teorías explicativas que pueden ser válidas en casos concretos, y algunas tienen relación con una inmadurez afectiva relacionada sobre todo con un complejo de Edipo no resuelto. Así, sobre los cuatro años, el niño presenta deseos incestuosos hacia la madre, al mismo tiempo que ve al padre como un rival al que quiere matar, quiere a la madre para él.
   A la vez, el temor a que el padre descubra esos deseos incestuosos y se vengue -castrándolo-, hace que renuncie al objeto sexual materno y busque
una identificación con el padre. Si el conflicto de Edipo no se resuelve como se acaba de describir, permanecerán los deseos incestuosos primarios junto al miedo de ser descubierto y los sentimientos de culpa (por esos deseos) y se reproducirá con la pareja la situación edipiana.  La mujer adopta la identidad de la madre, se convierte en algo inconscientemente prohibido y por eso el hombre no puede llegar a penetrarla y/o a eyacular.
   Esto explicaría por qué hay hombres perfectamente capaces de tener erecciones normales y eyacular en contactos sexuales ocasionales y no con sus mujeres.
   También parece ser que si en momentos críticos del desarrollo sexual del niño la excitación sexual se asocia a consecuencias negativas, pueden favorecerse posteriormente conflictos sexuales, ansiedad e impotencia. Así, por ejemplo, cuando el niño descubre sus genitales y empieza a tocárselos, silos padres lo riñen severamente, lo castigan o lo amenazan, puede acabar viviendo la excitación sexual como productora de ansiedad y malestar.
   La Teoría de Sistemas ve también como posibles causas de la impotencia las interacciones destructivas en el seno de la pareja. En estos casos, los problemas sexuales pueden ser tanto causa como consecuencia de una mala relación de pareja, en la que se den reproches y humillaciones mutuos.
   Asociadas a las causas psicológicas inmediatas y profundas, en hombres que sufren de impotencia, aparece una mayor vulnerabilidad emocional y susceptibilidad a situaciones tensas. Esta vulnerabilidad se asocia con el funcionamiento de los mecanismos de defensa a la hora de encajar algunos fallos en la erección. Esto puede explicar en parte por qué algunos hombres no dan excesiva importancia si surge algún problema, y otros en cambio sienten enseguida que su virilidad está afectada.
   Existen muchas diferencias individuales en cuanto a la tolerancia al estrés. Hay hombres que presentan unos niveles muy bajos y esto hace que al mínimo grado de tensión hiperreaccionen con la falta de erección. Son más propensos a somatizar En esta susceptibilidad intervienen tanto factores constitucionales como experiencias negativas en momentos críticos del desarrollo.


El diagnóstico adecuado
   Es necesario hacer una evaluación diagnóstica de la disfunción eréctil para facilitar los consejos destinados a un correcto tratamiento o ayuda posterior. La evaluación clínica básica debe ser individualizada y en principio no tiene porque ser costosa ni agresiva. Sus objetivos iniciales son la identificación de los factores de riesgo que puedan ser tratados inmediatamente. Esta evaluación ofrece una idea de la gravedad de la disfunción, lo que ayudará a seleccionar el tratamiento. Si la disfunción precisa de un tratamiento, el paciente invasivo debería ser remitido a un urólogo especialista en disfunción eréctil, para una revisión más exhaustiva.
   En la evaluación básica de todos los pacientes con disfunción sexual debe incluirse, la historia de su función sexual, la historia médica y la psicológica, el uso de medicamentos, la exploración física y algunos análisis sencillos.


La medicación tiene un papel importante en el 25% de los casos de disfunción eréctil
1. Historia de la función sexual
En este análisis hay que valorar:
- Aparición de la disfunción eréctil (gradual o repentina, duración y evolución).
- Forma de la presentación de la disfunción (diferenciar si la dificultad está en conseguir la erección o en mantenerla).
- Calidad actual de las erecciones (hay erecciones incompletas pero que permiten la penetración de forma normal, sólo en ciertas posiciones, o sólo bajo ciertas circunstancias, lo cual es detectado fácilmente por el paciente).
- Estímulos que se precisan para conseguir la erección (si es suficiente con el propio acto sexual o si precisa de autoestimulación previa) y existencia o no de erecciones al despertarse.
- Otros temas sexuales distintos a la disfunción eréctil como son la libido, la eyaculación, el orgasmo, la disponibilidad, el interés de la pareja para el acto sexual, así como variaciones del estado de salud en general del paciente y los relacionados con la aparición de la disfunción.
2. Historia médica
  
En ella se incluyen los episodios de enfermedades y actos quirúrgicos, buscando la posible causa en ellas de disfunción eréctil. Se debe interrogar sobre posibles tensiones, problemas de relaciones interpersonales, trastornos afectivos, depresiones, o otras situaciones que puedan asociarse a la disfunción eréctil.
   Asimismo, es obligatorio realizar el interrogatorio sobre las sustancias activas o medicamentos que se toman o han tomado (historia farmacológica), ya que la medicación desempeña un papel importante en el 25 % de los casos de disfunción eréctil. Los fármacos o principios activos que dañen los mecanismos de control de la fisiología de la erección del pene pueden generar disfunciones de ésta. Son sustancias potencialmente adversas;
- Los neurolépticos y antidepresivos (tranquilizantes, despresores de las funciones del sistema nervioso central y del vegetativo)
- Las sustancias que intervienen en el sistema cardiovascular con acción vasodilatadora (aumentan el calibre de los conductos arteriales y la sangre penetra en los sinusoides del tejido eréctil con menos presión, lo cual dificulta la erección). Los principios activos con acción diurética provocan un proceso similar (favorecen la eliminación de líquido del sistema circulatorio por vía renal y, al haber menos cantidad de líquido en el mismo conducto circulatorio, disminuye la presión, repercutiendo en la erección).
- Los productos antiandrogénicos o con efectos antiandrogénicos. (Los andrógenos presentan una acción virilizante, destacada principalmente en los órganos sexuales).                                                                                      
- Los fármacos sin prescripción médica con efectos adversos a la erección: el alcohol, el tabaco, los narcóticos (sustancias que producen sueño o estupor) y otras sustancias ilegales.
   Por otra parte, la exploración física comienza con una atención especial al desarrollo masculino y genital, a la anatomía genital y al funcionamiento neurológico y vascular. Por ejemplo, pueden darse deformidades o fibrosis del tejido eréctil que producen una erección dolorosa. La ausencia de anormalidades en la posición, tamaño y consistencia de los testículos también puede sugerir alteraciones en el sistema hormonal sexual.
   La exploración neurológica, con una evaluación de la sensación genital y perineal (región anatómica que se encontraría en contacto con una silla de montar a caballo), puede revelar alguna causa neurológica para la disfunción eréctil., mientras que una exploración cardiovascular básica que incluya la presión arterial y los pulsos periféricos puede indicar una causa vascular.
   Las pruebas de laboratorio sobre unos análisis básicos tienen como objetivo investigar si alguna causa previa no diagnosticada puede estar contribuyendo de alguna manera a la disfunción eréctil. En algunos casos, un análisis de orina rutinario puede revelar anormalidades como la glucosuria (glucosa en la orina que se presenta en casos de diabetes) y la proteinuria (las proteínas presentes en la orina son índice de fallo o insuficiencia renal), que pueden ser causa de impotencia en el hombre.
3. Historia psicológica
   Tras descartar cualquier base orgánica como causa de la impotencia sexual, para poder establecer un diagnóstico de disfunción eréctil desde una perspectiva psicológica, el curso del trastorno en el momento de la consulta debe haberse padecido durante un mínimo de seis meses y darse como mínimo en un 25% de las relaciones sexuales.
   Asimismo, la depresión que manifiesta el hombre cuando solícita ayuda puede ser tanto causa de trastorno (depresión primaria) como consecuencia de él (depresión secundaria). Si se trata de una depresión primaria, no se puede establecer un diagnóstico de impotenciaper se”, por lo que la intervención irá encaminada a tratar en primer lugar la depresión.
   En cambio, silo que se esta dando es una depresión secundaria el tratamiento se centrará prioritariamente en la impotencia sucede con las desavenencias conyugales, ya que pueden ser tanto causa como efecto de unas relaciones sexuales deficitarias.


 

domingo, 24 de julio de 2016

La Impotencia; Causas y tratamiento natural, 2ª parte


La erección y el orgasmo también pueden ser posibles sin la intervención del cerebro
Factores químicos que intervienen en la erección
   Son muchos los factores químicos que contribuyen en la función del proceso de la erección, incluyendo hormonas, neurotransmisores y sustancias liberadas por el propio tejido vascular y muscular del pene. Recientemente se ha identificado el óxido nítrico como sustancia mediadora entre las terminaciones nerviosas y el tejido vascular, facilitando el paso del estimulo nervioso a la propia pared vascular para que se dilate y penetre la sangre.

Las causas de la Impotencia son básicamente psicógenas, aunque pueden ser                         orgánicas o combinadas
Tipos de impotencia y formas de presentación
   Desde una perspectiva médica, los diferentes tipos de impotencia dependen de las causas que la originan. Se ha relacionado con la falta de erección correcta varias enfermedades, lesiones y medicamentos:
- Trastornos de la circulación general (hipertensión, aterosclerosis, diabetes mellitus, insuficiencia renal). Cada uno de ellos, de una forma más o menos directa, interviene dificultando la entrada masiva de sangre para dilatar el tejido eréctil del pene.
- Trastornos neurológicos causados por diabetes, accidentes cerebrovasculares, Parkinson, esclerosis múltiples, o cualquier afección que altere la transmisión de las neuronas sensitivas sexuales o de la respuesta efectora.
- Trastornos endocrinos (hipogonadismo o insuficiencia de la secreción interna testicular, hipertiroidismo e hipotiroidismo).
- Trastornos anatómicos locales o peneanos como la enfermedad de Peyronie (endurecimiento de los tejidos que forman las estructuras eréctiles de los cuerpos cavernosos del pene) o el priapismo (erección anormal del pene sin deseo sexual, causada por la inflamación de la uretra y vejiga, o por una lesión de la médula espinal).
- Lesiones traumáticas locales o del sistema nervioso, radioterápico o quirúrgico de la región anatómica correspondiente.
- Medicamentos como ciertos hipotensores, antidepresivos, antiinflamatorios no esteroidéos.                                      
- Sustancias de las que su abuso podría generar la deficiencia en la erección, como son el alcohol, el tabaco y las drogas en general.
- También se ha sugerido que podría haber una pérdida gradual de tejido eréctil con la edad que no está relacionada con otros problemas médicos.
   Las estadísticas han demostrado que las causas de la impotencia son sobre todo psicógenas, aunque también puedan ser orgánicas o combinadas. Se habla de causas combinadas cuando los factores psicológicos son importantes en el inicio, la gravedad y la persistencia del trastorno y las enfermedades médicas o diversas sustancias han contribuido a la aparición del déficit, pero no bastan para erigir- se en causa. Así, desde la perspectiva psicológica se dan dos tipos de impotencia masculina.


Impotencia primaria
   Se caracteriza por no haber podido realizar nunca un coito con éxito, no existe erección suficiente ni eyaculación. Aunque es poco frecuente, es una forma grave y crónica de impotencia, de peor pronóstico que la secundaria. Puede estar vinculada a trastornos psiquiátricos y a anomalías endocrinas graves.
   Se ha observado que muchos hombres con este tipo de impotencia, tienen un sistema de valores sexuales inmaduro o poco desarrollado. Además, existen múltiples factores que pueden subyacer a la ansiedad que produce la falta de erección, como los abusos sexuales, un ambiente social y familiar dominado por restricciones religiosas severas, una homosexualidad latente, o una desvalorización personal por alguna experiencia sexual traumatizante (por ejemplo, tener la primera relación sexual con una prostituta y ser emocionalmente frágil).


 La Impotencia secundaria se sufre cuando se da, por lo menos,                                                    en un 25% de las relaciones sexuales
Impotencia secundaria
   El hombre afectado de impotencia secundaria, ha tenido anteriormente relaciones sexuales perfectamente normales. Se trata de una forma más benigna de impotencia y es diez veces más común que la primaria. En estos casos, el pronóstico es mucho mejor tanto para el tratamiento como para la revisión.
   Hay que recordar que los fallos ocasionales en la erección debidos al estrés, preocupaciones, distracciones, etc. y que afectan a gran parte de la población masculina, no significan que exista una impotencia secundaria. Según Masters y Johnson, este trastorno se sufre cuando se da, al menos, en un 25% de las relaciones sexuales.
   Como he mencionado anteriormente, factores como el estrés, el cansancio, la falta de intimidad, la adaptación a una nueva pareja sexual, las primeras relaciones sexuales, etc, pueden generar fallos ocasionales en la erección. Si este hecho se ve como un episodio aislado, sin que se genere demasiada preocupación ni dudas sobre la capacidad sexual de uno mismo, no suele darse una impotencia. Sin embargo, cuando la preocupación por el fallo es excesiva, se encadenan una serie de reacciones como el miedo al desempeño sexual. Éste, puede llevar a que el hombre adopte una actitud de autoobservador y evaluador en posteriores relaciones sexuales.  Aparte de perder espontaneidad el acto sexual, se generan altos grados de tensión y ansiedad puesto que se está más pendiente del propio desempeño sexual que de disfrutar del momento con la pareja. Es imposible que el hombre se abandone al placer sexual, si su mente permanece ocupada en otras cosas. Puede ser que intente dominar su ansiedad, procurando dar el máximo de sí, pero será inútil, porque seguirá pensando más en satisfacer a su pareja, o lo que pensará ésta, más que en disfrutar ambos.
   Así, los fallos sucesivos harán que se vaya instaurando la impotencia secundaria, y se acentuarán y/o aparecerán depresiones y falta de autoestima (dudas sobre la propia masculinidad), una ansiedad anticipatoria en las relaciones sexuales, problemas en la pareja y merma de interés por el sexo.
   Cabe señalar que este tipo de impotencia presenta una remisión espontánea en un 15-30% de las veces. Esta desaparición de la disfunción se relaciona directamente con su duración (a menos tiempo, que se esté dando el trastorno, mayores posibilidades de curación espontánea) y con una disminución del estrés en la vida del hombre.


Cómo se presenta la impotencia
  Ambos tipos de impotencia pueden tener diversas formas de presentación. Así, por ejemplo, la falta de erección total es poco frecuente y se relaciona con ciertas enfermedades orgánicas. La mayoría de las erecciones que se consiguen son parciales, poco firmes para el coito. En la impotencia secundaria, la falta de erección puede ser situacional, es decir, se da en unas circunstancias y no en otras. Así, hay hombres que por ejemplo pueden tener erecciones normales vestidos pero las pierden al desnudarse. Otros pueden no presentar ningún problema de erección con el sexo oral o la masturbación, pero sí en el momento del coito. Del mismo modo, la disfunción puede no aparecer en contactos casuales pero sí con la pareja habitual (y viceversa).
   Por otro lado, el momento del acto sexual que produce más ansiedad suele variar según el caso, lo que da lugar a una gran variedad de manifestaciones de la impotencia (la falta de erección puede darse justo antes de la penetración, durante el coito, justo después, etc.).


 

sábado, 23 de julio de 2016

La Impotencia; Causas y tratamiento natural, 1ª parte


Quiero hacer llegar una información completa del tan nombrado fenómeno de la “Impotencia”, desterrando ideas erróneas y aclarando conceptos tanto al profesional de la salud como al público en general
Principales disfunciones masculinas según la etapa de la respuesta sexual

CICLO DE RESPUESTA SEXUAL

DESEO                 EXCITACIÓN               ORGASMO                  RESOLUCIÓN

DISFUNCIONES MASCULINAS

  Deseo sexual hipoactivo              Trastorno de la                Eyaculación precoz                    Dispaurenia
       Aversión al sexo                          erección                        Orgasmo sexual
                                                                                                       Inhibido
   Según el D.S.M. IV (Manual de Diagnóstico Clínico), la impotencia es “una incapacidad persistente o recurrente para obtener o mantener una erección adecuada hasta el final de la actividad sexual”, asimismo, tampoco se puede gozar del acto sexual.
   Este trastorno cursa con importantes repercusiones, tanto a nivel personal (falta de autoestima, ansiedad, fracaso sexual...) como de pareja, y afecta a gran cantidad de hombres en edad sexual activa (se da aproximadamente en el 30% de los hombres de edades comprendidas entre los 40 y 70 años y con más frecuencia a los hombres mayores de
65 años). No obstante, la impotencia masculina puede presentarse a cualquier edad, en su incidencia no interfieren ni factores raciales ni de carácter socioeconómico. Se calcula que aproximadamente la mitad de la población masculina presenta alguna vez episodios de impotencia.
   A pesar de la relevancia de todas estas consecuencias, son pocos los hombres afectados que buscan un tratamiento profesional (menos de un 1%) ya que tienden a relacionar este suceso con el envejecimiento normal, con “asuntos relacionados con el sexo” (y por ello son tabú) o con la pérdida de su capacidad o valoración masculina.


Aproximadamente la mitad de la población masculina presenta alguna vez episodios de Impotencia
La impotencia y el ciclo de respuesta sexual
   Los cambios que se producen en el hombre a lo largo de las cuatro fases del ciclo de la respuesta sexual, se caracterizan por:
1 Fantasías sobre la actividad sexual en la fase del deseo.
2 Sensación subjetiva de placer sexual y cambios fisiológicos de rigidez peniana y erección (fase de excitación).
3 Eyaculación con emisión de semen (fase del orgasmo).
4 Sensación de relajación muscular y bienestar general. Hay una incapacidad fisiológica temporal (variable según la persona) para la erección y el orgasmo (etapa de resolución).
   Aunque en cada una de las fases que acabo de describir pueden aparecer trastornos, la impotencia masculina o trastorno de la erección es un tipo de disfunción sexual que se da precisamente en la segunda fase del ciclo de la respuesta sexual.
   Otras disfunciones sexuales generadas en las distintas etapas de la respuesta sexual, pueden acabarse asociando a la impotencia, como consecuencia del malestar que provoca ésta, es el caso del deseo sexual hipoactivo (ausencia o deficiencia de fantasías sexuales y deseos de actividad sexual).
   En un principio, el hombre impotente no tiene por que tener problemas en la fase de deseo, lo que sucede es que no puede reaccionar con una erección a causa de la ansiedad. Incluso se dan casos en los que se puede llegar a eyacular con el pene flácido, puesto que los mecanismos de erección y los del orgasmo son distintos.
   La disfunción eréctil masculina puede verse a su vez asociada con la eyaculación precoz, el miedo anticipatorio a la falta de control eyaculatorio y/o los intentos de no pensar en el acto sexual para no eyacular antes de tiempo, pueden producir dificultades en la erección (ver recuadro).


Estímulos que desencadenan la respuesta sexual
   Para poder realizar el acto sexual se precisa una erección correcta del pene tras una serie de estímulos propiciatorios. La fuente más importante de impulsos para iniciar el acto sexual masculino es el glande del pene, que contiene un sistema sensitivo de receptores muy organizado, así como un sistema de transmisores hacia el sistema nervioso central de una modalidad muy especial de sensación que se denomina sensación sexual.
   La acción de masaje sobre el glande en el curso del coito estimula los órganos terminales sensitivos, y las sensaciones sexuales son transmitidas a través de neuronas hacia la porción sacra de la médula espinal.      

Finalmente, éstas suben por la médula a zonas indefinidas del cerebro.
   A la médula espinal también pueden llegar impulsos procedentes de zonas vecinas del pene para ayudar a estimular el acto sexual. Por ejemplo, las áreas vecinas del ano, escroto, etc., al ser estimuladas por roces o presiones, mandan impulsos a la médula, que se suman a la excitación sexual. Las sensaciones sexuales pueden incluso originarse en estructuras internas como zonas irritadas de la uretra, vejiga, próstata, vesículas seminales, testículos y conductos del órgano genital. La infección e inflamación de estos a veces puede causar un deseo sexual casi continuo. El acto sexual se lleva a cabo gracias a la integración de todos los estímulos excitantes sexuales que han llegado a la médula espinal.
   Por otra parte, los factores psíquicos desempeñan un papel muy importante en el acto sexual masculino y, de hecho, pueden iniciarlo. Así, determinados estímulos de carácter psíquico pueden aumentar considerablemente la capacidad de una persona para llevar a cabo el acto sexual. Simples pensamientos sexuales, sueños en los cuales se está efectuando el coito o manipulaciones eróticas, pueden hacer que se produzca el acto sexual masculino de la erección y que éste termine en eyaculación. De hecho, las emisiones nocturnas durante los sueños se producen en muchos varones en diversas etapas de su vida sexual, especialmente entre los 10 y 20 años.
   No obstante, la erección y el orgasmo también pueden ser posibles sin la intervención del cerebro, la presencia de una lesión medular por encima de la región lumbar no impide que se produzca la respuesta a los estímulos sexuales locales.
   El acto sexual masculino es el resultado de mecanismos reflejos integrados en la médula espinal en general y lumbar en particular, que pueden iniciarse por estimulación psíquica o por estimulación sexual táctil.

La erección, una respuesta a la estimulación sexual
   La erección es, generalmente, el primer efecto de la estimulación sexual masculina; el grado de erección es proporcional al grado de estimulación, tanto física como psíquica.
   La erección es producida por impulsos nerviosos que siguen por los nervios erectores, desde la porción sacra de la médula espinal al pene. Estos impulsos dilatan las arterias del pene, permitiendo que la sangre arterial circule a presión elevada hacia el tejido eréctil de éste. El tejido eréctil es simplemente un conjunto de pequeños conductos sanguíneos, muy enrollados sobre si mismos (sinusoides), con varias dilataciones en su recorrido; por esto se les llama venosos cavernosos. Normalmente estos conductos se hallan bastante vacíos, pero pueden dilatarse enormemente cuando la sangre arterial penetra en ellos a presión, pues la sangre queda ocluida allí de forma parcial. Este tejido eréctil se encuentra agrupado formando los denominados cuerpos eréctiles, que están recubiertos por una capa fibrosa y muy resistente. Gracias a esta capa, cuando la entrada de sangre aumenta la presión en las sinusoides de los cuerpos eréctiles, el pene se endurece y aumenta de tamaño.
   La erección del pene es fundamentalmente un proceso hemodinámico, regulado por el sistema nervioso simpático y parasimpático. En este proceso se da un aumento del flujo de sangre arterial en el pene, un agrandamiento de éste a causa de la sangre y un descenso del retorno venoso.
   Cuando está flácido, el pene está contraído y circula poca sangre por su sistema vascular, cuyos conductos se encuentran relativamente estrechos. El componente simpático del sistema nervioso autónomo regula esta función.
   La erección del pene, por el contrario, precisa una dilatación de sus conductos circulatorios y, a la vez, una relajación de la musculatura local para facilitar la entrada de la sangre a los cuerpos distensibles y aportarles la rigidez. Esta función depende del componente parasimpático del sistema nervioso autónomo. La activación del sistema parasimpático se puede producir, bien sea por el sistema nervioso central (estímulos psicógenos) o directamente por la estimulación táctil genital (estimulación por reflejo).