Las Rinitis, faringitis o Amigdalitis
son algunas de las afecciones respiratorias que se dan con más frecuencia en
nuestro entorno durante esta época del año. Entre las
terapias naturales indicadas para su tratamiento destacan la Homeopatía, la
Fitoterapia, los suplementos dietéticos, la combinación de oligoelementos o una
correcta alimentación
Por su situación a la entrada
del aparato respiratorio, la nariz cumple un gran número de funciones: filtra
las partículas, recalienta y humidifica el aire que entra a los pulmones,
defiende al organismo de sus agresores (virus y bacterias), alberga el sentido
del olfato, ayuda al organismo a adaptarse a las variaciones del entorno, etc.
En contacto directo y permanente con el exterior, la nariz puede convertirse en una puerta de entrada para las infecciones agudas y crónicas.
Las rinitis, faringitis, amigdalitis o los resfriados son algunas de estas enfermedades de tipo infeccioso que se desarrollan especialmente durante los meses de invierno.
En contacto directo y permanente con el exterior, la nariz puede convertirse en una puerta de entrada para las infecciones agudas y crónicas.
Las rinitis, faringitis, amigdalitis o los resfriados son algunas de estas enfermedades de tipo infeccioso que se desarrollan especialmente durante los meses de invierno.
La nariz y sus funciones
La nariz es un órgano que se
incluye en la parte superior del aparato respiratorio, y uno de sus signos
característicos es que posee funciones múltiples, como entrada de este aparato:
• Es un filtro. La mucosa subyacente filtra las partículas grandes (polvo, polen, etc).
• Es un radiador. Permite recalentar y humidificar el aire que entra en los pulmones.
• Actúa como defensora del organismo. Las inmunoglubinas presentes en ella tienen una función inmunitaria esencial.
• Alberga el sentido del olfato (función olfativa).
• Las cavidades sinusianas almacenan el aire para calentarlo (esto permite, por ejemplo, no tener frío en los ojos).
• Tiene un papel de adaptación permanente del organismo a su entorno (cambios de temperatura, humedad, frío, etc.).
Además de estas características, la mucosa nasal tiene una superficie de 150 cm2. Se compone, entre otras, de células ciliadas, una especie de tapiz rodante que sirve para arrastrar la mucosidad hacia la garganta y las células mucosas. Por otra parte, la vascularización de la nariz se hace mediante una fuente profunda, una fuente superficial arterial y venosa, y un tejido eréctil.
La inervación de la nariz es completa y cuenta con dos sistemas en equilibrio: el sistema simpático asegura la vasoconstricción, mientras que el sistema parasimpático se centra en la vasodilatación. El desequilibrio de estos dos sistemas marca el inicio de una patología nasal.
Las causas del atasco de los vasos son múltiples: alergias, infecciones, olores, enfriamientos, reglas, embarazos, estrés, etc. La vasodilatación entraña la sensación de congestión de la nariz, y posteriormente de la frente.
• Es un filtro. La mucosa subyacente filtra las partículas grandes (polvo, polen, etc).
• Es un radiador. Permite recalentar y humidificar el aire que entra en los pulmones.
• Actúa como defensora del organismo. Las inmunoglubinas presentes en ella tienen una función inmunitaria esencial.
• Alberga el sentido del olfato (función olfativa).
• Las cavidades sinusianas almacenan el aire para calentarlo (esto permite, por ejemplo, no tener frío en los ojos).
• Tiene un papel de adaptación permanente del organismo a su entorno (cambios de temperatura, humedad, frío, etc.).
Además de estas características, la mucosa nasal tiene una superficie de 150 cm2. Se compone, entre otras, de células ciliadas, una especie de tapiz rodante que sirve para arrastrar la mucosidad hacia la garganta y las células mucosas. Por otra parte, la vascularización de la nariz se hace mediante una fuente profunda, una fuente superficial arterial y venosa, y un tejido eréctil.
La inervación de la nariz es completa y cuenta con dos sistemas en equilibrio: el sistema simpático asegura la vasoconstricción, mientras que el sistema parasimpático se centra en la vasodilatación. El desequilibrio de estos dos sistemas marca el inicio de una patología nasal.
Las causas del atasco de los vasos son múltiples: alergias, infecciones, olores, enfriamientos, reglas, embarazos, estrés, etc. La vasodilatación entraña la sensación de congestión de la nariz, y posteriormente de la frente.
El sistema inmunitario de la nariz
Este sistema utiliza varios
medios, por ejemplo, las células ciliadas “barren” la mucosidad hacia la
garganta. Asimismo, la mucosidad ya es en sí misma bacteriostática y antiviral.
Entre los medios hormonales de la nariz se encuentran las Ig-A (inmunoglobulinas A) secretoras, que destruyen determinadas bacterias y virus. Las lgG (inmunoglobulinas G) de la sangre circulante son la “memonia inmunitaria” del organismo, es decir guardan el ‘recuerdo’ de las agresiones pasadas para defender mejor el cuerpo cuando se produce una nueva agresión.
Entre los medios celulares, encontramos las células inmunitarias habituales (linfocitos, polinucleares, neutrófilos, macrófagos, etc.).
Entre los medios hormonales de la nariz se encuentran las Ig-A (inmunoglobulinas A) secretoras, que destruyen determinadas bacterias y virus. Las lgG (inmunoglobulinas G) de la sangre circulante son la “memonia inmunitaria” del organismo, es decir guardan el ‘recuerdo’ de las agresiones pasadas para defender mejor el cuerpo cuando se produce una nueva agresión.
Entre los medios celulares, encontramos las células inmunitarias habituales (linfocitos, polinucleares, neutrófilos, macrófagos, etc.).
Las afecciones respiratorias
En contacto directo y
permanente con el exterior, la nariz puede convertirse en una puerta de entrada
para las infecciones agudas y crónicas. Además, su relación con el cerebro, las
órbitas o la boca hace que existan posibilidades de infección a distancia.
Las afecciones del aparato respiratorio suelen presentar causas comunes, como la propia constitución de la persona (hábitos y modo de vida, predisposición hereditaria...), las infecciones (hongos, bacterias y virus), los fenómenos atmosféricos que disminuyen las defensas (frío, lluvia...), o una mala alimentación.
Entre las principales afecciones que sufre la nariz como entrada del aparato respiratorio se encuentran las rinofaringitis, las rinitis crónicas (no alérgicas y alérgicas) o las amigdalitis. Estas son las patologías más comunes y sus principales características.
Las afecciones del aparato respiratorio suelen presentar causas comunes, como la propia constitución de la persona (hábitos y modo de vida, predisposición hereditaria...), las infecciones (hongos, bacterias y virus), los fenómenos atmosféricos que disminuyen las defensas (frío, lluvia...), o una mala alimentación.
Entre las principales afecciones que sufre la nariz como entrada del aparato respiratorio se encuentran las rinofaringitis, las rinitis crónicas (no alérgicas y alérgicas) o las amigdalitis. Estas son las patologías más comunes y sus principales características.
La rinofaringitis
de repetición
Esta afección representa casi
el 50 % de
los casos atendidos por los médicos generalistas y pediatras durante el período
invernal y constituye la afección inflamatoria más frecuente en el caso de los
niños de entre 6 meses y 7 años. La rinofaringitis de repetición tiene, en el
75% de los casos, una causa viral y las recidivas son frecuentes, con numerosas
sobre infecciones, como la otitis, laringitis o bronquitis. En cualquier caso,
esta patología representa un paso obligatorio para adquirir la inmunidad.
Síntomas
Los síntomas más destacados
son los estornudos; la secreción de color variable, anterior y posterior, asociada
a una obstrucción nasal, y otros signos de carácter general como malestar,
abatimiento, trastornos del apetito, fiebre y dolores, etc. Las complicaciones
pueden sobrevenir conjuntamente o presentar más tarde. Por otra parte, el examen
médico muestra una inflamación mucosa, una secreción bilateral y la presencia
de ganglios.
Las rinitis crónicas
no alérgicas
Para conocer las causas de
esta patología cabe recordar que la muco nasal posee tres niveles de defensa:
epitelio, el sistema inmunitario de a mucosa y otros medios no específicos (“barrido” de las mucosidades por las células ciladas). Toda alteración de estas estructuras y toda patología sobre la inmunidad en las mucosas se acompañan de reacciones inflamatorias no específicas y termina en una inflamación crónica sostenida. Además cualquier perturbación de los mecanismos de regulación termina en una reacción inflamatoria autosostenida.
epitelio, el sistema inmunitario de a mucosa y otros medios no específicos (“barrido” de las mucosidades por las células ciladas). Toda alteración de estas estructuras y toda patología sobre la inmunidad en las mucosas se acompañan de reacciones inflamatorias no específicas y termina en una inflamación crónica sostenida. Además cualquier perturbación de los mecanismos de regulación termina en una reacción inflamatoria autosostenida.
Síntomas
Los síntomas de las rinitis
crónicas no alérgicas son cinco y están asociados en grados variables: obstrucción
nasal, prurito (quemazón), estornudos, rinoma y anosmia (pérdida de olfato
Rinitis
crónicas alérgicas
Las rinitis crónicas de origen
alérgico son cada vez más frecuentes. Las razones de este aumento son
múltiples, por ejemplo, la contaminación el polen, los medicamentos, la alimentación o el modo de
vida.
Así, se estima que, por ejemplo, cerca del 20 % de los individuos padecen algún tipo de alergia.
Cuando la naturaleza alérgica esta claramente demostrada por los test habituales, conviene observar la periodicidad, las recidivas o la permanencia de estos problemas con el fin de determinar cuál es el terreno particular.
Tratar las rinitis crónicas alérgicas pasa por un tratamiento sintomático, pero también por evitar las causas (cuando ello es posible) y sobre todo por un tratamiento del terreno.
Para saber cuál es el origen y la evolución de esta patología cabe conocer distintos datos sobre la persona, como por ejemplo en qué condiciones aparece la rinitis, cuáles son las condiciones de agravación o mejoría, y las posibles causas de la enfermedad.
Así, se estima que, por ejemplo, cerca del 20 % de los individuos padecen algún tipo de alergia.
Cuando la naturaleza alérgica esta claramente demostrada por los test habituales, conviene observar la periodicidad, las recidivas o la permanencia de estos problemas con el fin de determinar cuál es el terreno particular.
Tratar las rinitis crónicas alérgicas pasa por un tratamiento sintomático, pero también por evitar las causas (cuando ello es posible) y sobre todo por un tratamiento del terreno.
Para saber cuál es el origen y la evolución de esta patología cabe conocer distintos datos sobre la persona, como por ejemplo en qué condiciones aparece la rinitis, cuáles son las condiciones de agravación o mejoría, y las posibles causas de la enfermedad.
Síntomas
Los estornudos, la secreción
nasal, el picor en los ojos, o la mucosidad son algunos de los indicadores de
esta patología.
Amigdalitis o
anginas
Son los procesos
inflamatorios de las amígdalas, dos pequeñas masas carnosas colocadas en la
faringe (parte posterior de la boca). Las causas de esta inflamación son de
naturaleza infecciosa, y se deben al desarrollo de microbios patógenos que se
implantan en el tejido amigdalar, provocando su inflamación. El enfriamiento de
la zona es un factor que favorece su aparición, puesto que facilita la
infección, al perturbar la circulación sanguínea de la zona.
Síntomas
Aunque existen distintos
tipos de anginas o amigdalitis más o menos leves, los síntomas principales son
el enrojecimiento de la mucosa de la faringe y la hinchazón de las amígdalas
(una de ellas o ambas).
También se da
fiebre alta, dificultad para tragar e inflamación de los ganglios linfáticos
del cuello.
Asma
bronquial
Ésta es una enfermedad muy
común que se caracteriza por ataques, más o menos frecuentes, de intensa disnea
(dificultad respiratoria), provocados por espasmos en las paredes bronquiales.
Éstos se dan en personas predispuestas o en estados alérgicos, en especial
cuando se entra en contacto con la sustancia alérgica o como respuesta a
estímulos que provocan irritación.
Entre los factores que dan lugar al asma bronquial podemos distinguir aquellas sustancias (alérgenos) que hacen que, el organismo forme anticuerpos para actuar contra las mismas. Éstas suelen introducirse por vía inhalatoria y algunos ejemplos son el polen, el pelo de determinados animales, algunos alimentos como los huevos o distintos polvos. Cuando estos elementos se introducen en el cuerpo, el organismo descarga los anticuerpos que ha formado y en este enfrentamiento se originan los ataques bronquiales.
Una segunda causa es la que se da en aquellas personas que, debido a una transmisión hereditaria, están predispuestas a enfermar cuando entran en contacto con sustancias sensibilizadoras. Finalmente encontramos otros factores que favorecen o desencadenan un ataque de asma, como por ejemplo trastornos climáticos, digestivos, factores psíquicos, etc.
Entre los factores que dan lugar al asma bronquial podemos distinguir aquellas sustancias (alérgenos) que hacen que, el organismo forme anticuerpos para actuar contra las mismas. Éstas suelen introducirse por vía inhalatoria y algunos ejemplos son el polen, el pelo de determinados animales, algunos alimentos como los huevos o distintos polvos. Cuando estos elementos se introducen en el cuerpo, el organismo descarga los anticuerpos que ha formado y en este enfrentamiento se originan los ataques bronquiales.
Una segunda causa es la que se da en aquellas personas que, debido a una transmisión hereditaria, están predispuestas a enfermar cuando entran en contacto con sustancias sensibilizadoras. Finalmente encontramos otros factores que favorecen o desencadenan un ataque de asma, como por ejemplo trastornos climáticos, digestivos, factores psíquicos, etc.
Síntomas
Entre los síntomas del asma,
son habituales las crisis que sobrevienen de forma brusca, especialmente durante
las primeras horas de la noche. La sensación es de constricción angustiosa, la
inspiración es incompleta y la espiración es difícil, fatigosa, convulsiva y
prolongada. En ocasiones se dan unos ruidos respiratorios denominados
sibilancias, que son una especie de “silbidos” producidos por el paso de aire
por un canal estrecho (los bronquios). El fin del acceso suele presentarse con
la expulsión de esputos blanquecinos que contienen moco.
Bronquitis
Esta inflamación de los
bronquios se da con mayor frecuencia en niños y personas de edad avanzada y
aparece especialmente en las estaciones frías. Entre sus causas se observan
infecciones de las vías respiratorias o factores alérgicos.
Síntomas
Aunque los síntomas de esta
enfermedad suelen ser al principio los de un resfriado común (estornudos,
mucosidad, etc), posteriormente aparece la tos y el dolor en el centro del
pecho, la falta de apetito, los dolores reumatoides, períodos de fiebre no muy
elevada y un estado de debilidad general.
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