sábado, 28 de octubre de 2017

Bulimia o Anorexia nerviosa ¿Adelgazar o Desnutrición?, 2ª parte


Anorexia nerviosa
“Este trastorno autodestructivo se manifiesta como una extrema                                         aversión hacia la comida”
   El término “anorexia” significa falta de apetito, o en todo caso, rechazo al hábito de comer.
   El asco que la persona anoréxica siente hacia los alimentos es de tipo psicológico (nervioso), y viene determinado por una escala de valores equivocada y por el firme deseo, muchas veces inconsciente o poco consciente, de mantener un peso que, a todas luces, es insuficiente para el mantenimiento de las constantes vitales.
   La anorexia nerviosa puede llegar a ser un problema grave, y de hecho, más de una persona ha perdido la vida en el vano intento de seguir unos cánones de belleza que nunca se llegan a conseguir. Sin embargo, no debemos alarmamos innecesariamente, porque en la mayoría de las ocasiones, la anorexia nerviosa se llega a solucionar con el paso del tiempo, gracias a la maduración de la persona, a una gran dedicación por parte de los médicos y familiares, y en la mayoría de ocasiones, con la suma de todos estos factores.
Bulimia
   La bulimia es la segunda cara de este complicado problema, y significa una desmesurada tendencia a comer, incluso aunque exista una falta de apetito. Al igual que la anorexia, la bulimia es un trastorno mediado por circunstancias nerviosas, ya que en estos casos el mecanismo de la saciedad no parece tener mucho que ver con el deseo compulsivo de comer en cantidades desaforadas (por ejemplo, tres o cuatro bolsas grandes de patatas fritas).
   El efecto de la bulimia sobre muchas personas es la obesidad. Esto sucede incluso en personas que padecen de anorexia, ya que esta enfermedad suele alternar algunas fases de adelgazamiento extremo con el proceso contrario, en el cual se aumenta de peso y se llega a tener un sobrepeso considerable. El proceso, en general, comporta una falta de autoestima que se centra en la imagen corporal, ya que el individuo se ‘castiga” adelgazando mucho, como complemento a los pequeños momentos de placer que le conducen a la obesidad.
“La persona con Anorexia suele provenir de una clase social media o alta y destaca la apariencia tísica en su escala de valores”
Quién la padece
Mujeres
   La anorexia es un fenómeno que afecta casi exclusivamente a las mujeres, especialmente en edad adolescente, siendo muy raras a partir de los 30 años. El prototipo de mujer anoréxica es el de una chica blanca, adolescente, ansiosa, con una preocupación excesiva por la comida, que ha perdido la regla y con un concepto distorsionado de su propia imagen corporal.
   Mucha gente puede pensar que se trata de un fenómeno propio de personas con un coeficiente intelectual bajo, pero sucede exactamente lo contrario. La persona con anorexia suele provenir de una clase media o alta, con una educación elevada y con una familia usualmente perfeccionista, en la que la alimentación y la apariencia física juegan un papel importante. Curiosamente, no se conocen casos de anorexia en personas de color, por lo que se especula una condición genética. De todos modos, no es una casualidad que la anorexia avance paralelamente al desarrollo del nivel de vida moderno, por lo que su causa fundamental parece ser de carácter social.
   En la familia, los padres describen a su hija como una “chica modelo”, ya que es obediente, estudia (hasta que se presenta el problema) y no se rebela contra la sociedad. De hecho, esta ausencia de rebelión hacia el exterior tan propia de los adolescentes, suele ser una de las causas que desencadenan la anorexia, ya que esta enfermedad es, en el fondo, una especie de lucha o rebelión autodestructiva contra una misma.
   Otro de los aspectos propios de la chica anoréxica es que ésta sufre un cierto infantilismo (el deseo de ser como una niña) ya que, al igual que los niños, no desea la independencia, por lo que no suele aceptar responsabilidades. Sin embargo, y aunque parezca paradójico, la chica anoréxica sí reivindica la independencia en el aspecto en el que la persona es más independiente en el acto de comer.
Hombres
   Solamente una de cada quince personas con anorexia es varón, mientras que las 14 restantes son mujeres.  Además, la peligrosidad de la anorexia es menor en los hombres que en las mujeres, puesto que el índice de mortalidad es inferior. En general, los trastornos psicológicos derivados de la alimentación son más raros en los hombres, aunque esto no significa que éstos coman menos. La diferencia reside en que el hombre obeso generalmente come por placer o por estrés, y en pocas ocasiones por trastornos psicológicos. Contrariamente, los hombres delgados no suelen padecer anorexia, ya que simplemente comen menos de lo habitual, sin llegar a límites de desnutrición.
   Algunos de los pacientes masculinos con anorexia nerviosa tienen rasgas de sensibilidad que se atribuyen más a las mujeres, y no es infrecuente que entre ellos haya un mayor porcentaje de homosexuales.
   Se debe tener en cuenta que la anorexia es un fenómeno que aparece en la pubertad y, por lo tanto, en muchos de estos casos todavía no se ha producido de forma clara la definición de la tendencia sexual, por lo que el varón con anorexia se ve envuelto en un mar de dudas sobre su personalidad, que intenta solucionar con el control de la dieta.
Síntomas
   A partir del deseo de ser aceptados por su imagen y no por su personalidad, las personas anoréxicas suelen dar inicio a su problema con una dieta que nunca acaba, porque la pérdida de peso nunca es suficiente. Algunas de estas personas creen no merecer ser felices, asumen no ser dignas de disfrutar de la vida y simplemente se privan de aquellas situaciones placenteras, entre las que la comida ocupa el primer lugar.
   Para controlar el peso y los ataques compulsivos de bulimia, estas personas recurren al ejercicio obsesivo, al cálculo de las calorías de la dieta, y a la discusión constante sobre temas de salud y comida.
   Otros síntomas muy comunes son la provocación del vómito y el uso indiscriminado de laxantes, diuréticas y pastillas para perder el apetito, aun después de comer con normalidad o simplemente de no comer. A estos factores se suma la preocupación constante por la imagen que proyecta su cuerpo.
   No es extraño que la persona con anorexia alterne su problema con la bulimia y el comer compulsivamente, incluso sin tener sensación de hambre. De hecho, el mismo problema y el complejo de culpabilidad que con- lleva son las causas del atracón y la purgación posterior.
   En muchos casos estas personas aparentan tener hábitos alimenticios normales con algunos periodos de restricción. Los anoréxicos usualmente comen muchos dulces, toman grandes cantidades de café y fuman.  También utilizan asiduamente píldoras adelgazantes con el fin de controlar su apetito o laxantes para deshacerse de las calorías consumidas, lo cual no sólo es absolutamente perjudicial para la salud, sino que además es una medicación perfectamente inútil. La víctima se niega el sentimiento de hambre, se inventa excusas para evitar la ingesta de comida (“ya he comido” o “no me siento bien”), esconde la comida que dice haber comido, o intenta purgarse provocándose el vómito o tomando laxantes.

 

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