viernes, 10 de noviembre de 2017

Bulimia o Anorexia nerviosa ¿Degadez o Desnutrición?, 4ª y última parte


   Uno de los principales inconvenientes de la desnutrición anoréxica es el gran desequilibrio entre electrolitos y oligoelementos que se produce en el organismo, por lo que siempre se recomienda tomar alimentos fáciles de ingerir, que no reduzcan excesivamente el apetito, y también que la persona que los toma tenga conciencia de que no son excesivamente calóricos. Entre ellos tenemos los jugos de frutas y de verduras y los caldos ligeros, todos ellos recién elaborados para que tengan una máxima vitalidad.
   Cuando la persona acepta el comer un poco más, introduciremos alimentos más energéticos como cereales, germen de trigo, alguna legumbre, pan integral, soja y aguacates. Los aceites ingeridos deberán ser de primera presión en frío (oliva, girasol o sésamo, por este orden), ya que otro de los problemas de la persona anoréxica es el desequilibrio hormonal (especialmente de las hormonas sexuales). En las fases de menor actividad anoréxica, recomendaremos además la toma de frutos secos. Todos estos alimentos se habrán de combinar armónicamente para conseguir una dieta correcta, variada y con las cantidades suficientes.
   También se deben tener en cuenta las “manías alimentarias” de la persona anoréxica, para evitar un rechazo mayor a todo tipo de alimentos, aunque se debe plantear, con argumentos médicos y sanitarios, con amor y con paciencia, de que aquellas aseveraciones y manías son precisamente el engendro de su propia enfermedad.
Hibisco (Hibiscus sabdariffa)
  
Las flores del hibisco también tienen una acción similar a la anterior, y dan un bello color a la infusión, recordemos que la belleza del color y el sabor de la infusión también es importante en personas que usualmente tienen manías alimentarias.                                                                                                                                      
Espino amarillo (Hipoppae rhamnoides)
  
Esta planta centroeuropea es la más rica en vitamina C de las que se conocen. Se puede tomar en forma de infusión, pero en el mercado existen diversos productos a base de su jugo, que es muy poco calórico. En estos casos, se tomarán unas dos cucharadas soperas al día y, si se desea, se podrán acompañar, por ejemplo, de un yogur natural.
Verdolaga (Portulaca oleracea)
  
Se denomina también vinagrera en razón a su gusto y es preferible tomarla en ensaladas. Las infusiones o tisanas se harán en infusión breve, de dos a tres minutos, para que conserve la mayor parte de la vitamina C que contiene.
Hipérico (Hypericum perforatum)
  
La acción del hipérico o hierba de San Juan es de tipo antidepresivo. Para conservar su efecto, debería tomarse en dosis relativamente elevadas, a razón de dos o tres cucharaditas por taza y tomando dos o tres tazas al día. También es posible tomarlo en forma de aceite (de dos a cuatro perlas diarias) o en forma de cápsulas o comprimidos del polvo o extracto seco de la planta, con igual dosificación.
Berro (Nasturtiuni officinale)
  
El berro i el equivalente a la verdolaga en su utilidad y propiedades. Tiene algo más de azufre que la anterior y puede tomarse en las ensaladas, a las cuales confiere su característico sabor. Aliñado con un poco de aceite, es un excelente complemento para la ensalada.
Fonogreco (Trigonella foenum graecum)
  
De esta planta se consume la harina de sus semillas, utilizada desde tiempos inmemoriales como estimulante del metabolismo. Se puede tomar la harina, en pequeñas cantidades (dos o tres cucharaditas diarias), o en forma de cápsulas si la persona no tolera su peculiar sabor.
Cebollino
  
El cebollino es una especia o condimento muy utilizado en cocina. Puede utilizarse en múltiples platos de verduras, hortalizas, caldos, etc.. Las hojas finamente picadas con un poco de mantequilla, aceite o nata, dan lugar a una salsa exquisita, propia de los más selectos paladares. Además, se puede hacer una infusión con dos cucharadas soperas de cebollino finamente picado en una taza de agua hirviendo y dejando reposar el contenido unos diez a doce minutos. Se puede añadir un poquito de aceite y una pizca de sal, y si se desea, un poco de pimienta blanca. Este “caldo” o infusión es un excelente remedio porque tiene muy pocas calorías, por lo que la persona anoréxica lo ingiere, segura de que no interferirá con las dietas de adelgazamiento que permanentemente realiza. El secreto está en que, en realidad, el cebollino también estimula algo el apetito, ayudando a aliviar el problema.
Oligoelementos
   Algunos oligoelementos son de utilidad para tratar la anorexia:
CU-AU-Ag (Cobre-oro-Plata)
  
Esta asociación tiene una función tónica general y estimulante del apetito. Su función principal, sin embargo, reside en el control del proceso depresivo. Se tomará a razón de dos o tres dosis diarias disueltas en un poco de agua.
Li (Litio)
   Utilizado como tratamiento antifatiga y antidepresivo y a dosis pequeñas, el litio es otro de los remedios que pueden ayudar a complementar el tratamiento psicoterapéutico.
Cu (Cobre)
  
El cobre tiene una función estimulante inmunitaria y preventiva de los procesos infecciosos. Se utiliza también de forma esporádica como complemento, puesto que al estimular la inmunidad, se da una compleja acción que se traduce en la mejoría de la salud psíquica y en un optimismo acrecentado.
                                                           Dos casos reales
Mercedes L., 17 años.
  
Estudiante, hija de familia muy rica, nunca le ha faltado nada. Ha sido educada en los mejores colegios de la ciudad, acude a clases suplementarias de música y arte dramático. Quiere ser modelo o actriz, pero tiene las caderas anchas como su madre y sus hermanas. Ha adelgazado hasta límites extremos y ha llegado a pesar 35 kilos. La ingresaron en el hospital por una hemorragia causada por la ingestión de laxantes.
   Su madre es tremendamente dominante y la riñe constantemente por su actitud, aunque no quiere comprender que su hija tiene un problema que necesita de su participación, porque en realidad está demasiado ocupada con otras cosas.
Mercedes dice: Las emociones me controlan.., me obligan a esconderme en un lugar seguro. Mi mente está distante de lo que mi corazón siente. Las únicas palabras que conozco son las de destrucción, por eso prefiero permanecer callada. No puedo acercarme a ellos, si lo hiciera me enredaría en mí misma y me derrumbaría. Tal vez tenga un corazón de piedra pero realmente sólo es de tiza, y me produce un profundo miedo la posibilidad de convertirme fácilmente en polvo.
Rebeca L., 12 años.
  
Es hija única, su familia no es de clase alta, pero sus padres la han cuidado y ha recibido todos los mimos de su tía y tío, ambos solteros. Nunca le ha faltado nada. Si quería, comer lo hacía, pero si no, en la familia había una gran preocupación. El abuelo confesaba que se ponía a bailar y hacer el tonto mientras la niña comía para distraerla. A cambio de comer, le regalaban cualquier cosa, y Rebeca aprendió bien su oficio. En su habitación hay más de ochenta muñecas y muchos juguetes. La colección de disfraces de carnaval de los últimos diez años está en su armario, pero evidentemente no los utiliza. Hace un año que dejó de comer, los bailes del abuelo ya no le interesaban, y descubrió que si comía poco, al volver a comer recibía más regalos. De todos modos, ahora está extremadamente delgada y triste.
Rebeca asegura: El reflejo me observa desde atrás, no es el mismo que tu ves, mi culpa acelera el ansia de destruir mi constancia.

 

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