domingo, 31 de mayo de 2015

Aromaterapia; Introducción a la: 3ª parte


El lugar de origen de la Planta, sus condiciones climáticas, altitud, naturaleza del suelo…, influye en la composición del aceite Esencial, aunque se trate de la misma especie.                
 Sus propiedades pueden depender también de la modalidad y del momento de la recolección
EXTRACCIÓN
    El aceite esencial es una representación concentrada y dinámica de las propiedades curativas de la planta, y algunos autores creen incluso que contiene su fuerza vital. Esta es la razón fundamental por la que se debe tener mucho cuidado al extraer el aceite en su estado puro, sin olvidar que esa misma pureza, demostrativa de su gran calidad, lo convierte a su vez en una sustancia sumamente tóxica, con los consiguientes riesgos que entraña su manipulación y utilización, si el tratamiento no ha sido prescrito por un aromaterapeuta profesional.
   La mayor parte de los aceites esenciales se extraen mediante destilación en arrastre de vapor; otros requieren el empleo de solventes que deberán ser eliminados progresivamente, un ideal que en la mayoría de los casos es imposible de cumplir, ya que difícilmente se puede conseguir una destilación sin un mínimo resto de solventes.  Es importante que las plantas utilizadas para obtener los aceites esenciales provengan de cultivos biológicos, biodinámicos u orgánicos, o que se trate de plantas espontáneas que crezcan alejadas de la contaminación urbana, industrial o agrícola. Para la extracción de los aceites esenciales en su estado puro se pueden aplicar distintos procedimientos, la selección del método dependerá de la localización del aceite esencial en la planta.  Así,
por ejemplo, las glándulas de aceite esencial de las plantas pertenecientes a la familia de las labiadas, como el espliego o la menta, se encuentran en un lugar de fácil acceso, la superficie de las hojas, lo que permite que estas plantas sean adecuadas para la destilación.
   Este proceso de destilación en arrastre de vapor, el más conocido y utilizado, se realiza introduciendo el material vegetal fresco o desecado muy comprimido en un alambique que se expone al vapor, el calor provoca que las glándulas estallen y que su aceite se evapore mezclándose con el vapor. Más tarde, un sistema de refrigeración retorna el vapor a su estado líquido original y el aceite esencial se separa del agua, quedando en la parte superior.
   En los casos de canela, clavo, sasafrás y hoja de mandarino, más densos que el agua, comprobamos que su aceite esencial queda en la parte inferior, y en cuanto a la semilla del perejil, es difícil separar el agua
de la esencia, ya que ambas tienen una densidad muy parecida.
   Para el uso aromaterápico de semillas de anís, bayas de enebro, apio y zanahoria es preferible su trituración como paso previo a la destilación.
   Está comprobado que no hay una duración establecida del proceso de destilación.


Consideraciones previas
   Los aceites esenciales son sustancias muy concentradas y activas, por lo que basta una pequeñísima cantidad, una o dos gotas cada vez, para obtener un buen resultado. Paracelso, médico suizo del siglo XVI, ya indicaba que la dosis puede hacer de cualquier sustancia un veneno, y con los aceites esenciales debe prestarse una particular atención, excederse no mejora el resultado, y podría, si el olor es demasiado intenso, originar dolores de cabeza o náuseas.
   Muchos aceites esenciales son muy potentes y pueden resultar tóxicos si se utilizan en estado puro, sin diluir, durante un prolongado período de tiempo. No deben tomarse nunca por propia iniciativa los aceites esenciales por vía interna, y aunque algunos pueden administrarse por vía oral, sólo deberán emplearse bajo la supervisión de un naturópata o aromaterapeuta profesional.
   Los aceites cítricos son fotosensibles a los rayos ultravioletas y pueden provocar reacciones cutáneas.  Después de un tratamiento con este tipo de aceites evite la exposición a la luz solar (o a otras fuentes de rayos ultravioletas) durante un mínimo de cuatro horas.
   Mantener los aceites esenciales alejados del alcance de los niños. Normalmente no se suministran aceites esenciales a los más pequeños por vía oral.
   En casos de contacto accidental del aceite esencial puro con los ojos, aclárelos rápidamente con abundante agua.
   Los aceites esenciales se encuentran entre las poquísimas sustancias capaces de atravesar la barrera protectora de la piel y penetrar en el organismo. Los usaremos siempre:
+ Diluidos, salvo alguna excepción terapéutica.
+ En dosis muy reducidas, lo que significa pocas gotas.
+ Prestando atención, al hecho de que los aceites esenciales obtenidos de la familia botánica de las rutáceas, como la bergamota, contienen furocumarina, sustancia fototóxica que puede dar lugar a pigmentaciones desiguales si se aplica antes de la exposición al sol.


 

 

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