Efectos adversos
Prácticamente todos los antibióticos pueden
inducir efectos adversos, que oscilan de ligeros a severos. Entre los efectos
secundarios más graves destaca la reacción anafiláctica a la penicilina, presente
en una de cada 200,000 inyecciones de este antibiótico y que surge inmediatamente después de
la administración. Pero las reacciones alérgicas pueden aparecer ante cualquiera de los antimicrobianos anteriormente descritos y se pueden manifestar en la piel (en forma de urticaria), en los bronquios (como asma) y en el intestino (en forma de diarrea, colitis o bien colitis pseudomembranosa, variedad muy grave).
La nefrotoxicidad (alteración renal), la ototoxicidad (alteración auditiva) o la neurotoxicidad son relativamente frecuentes tras la utilización de estos remedios.
Entre otros efectos adversos de tipo leve, cabe señalar ciertos trastornos digestivos, alérgicos y de fotosensibilización derivados de la administración de tetraciclinas, griseoftilvina y antisépticos urinarios.
Infección endógena
Diversos trabajos
experimentales han demostrado un desplazamiento de bacterias desde el tubo digestivo hacia el aparato circulatorio,
fenómeno favorecido por la alteración de la capacidad inmunitaria de la flora
intestinal que se da en personas sanas y en ciertos estados patológicos. Cuando la presencia de ciertos gérmenes, como las pseudomonas, E.coli o estafilococos sobrepasa los 10(8)/gr en las heces, algo habitual tras el tratamiento con antibióticos durante un periodo de entre 5 y 28 días, se altera el equilibrio de la microflora y las bacterias se extienden más allá de sus fronteras. Este proceso provoca la aparición de la enfermedad infecciosa grave nosocomial o hace que se complique una infección inicialmente benigna.
Medio hospitalario
El empleo de los antibióticos puede generar tantas enfermedades, que se plantean
serias dudas en cuanto a los beneficios de su utilización masiva e
indiscriminada. Por ahora, debemos considerar los antibióticos como fármacos de uso restrictivo en el medio
hospitalario y útiles ante un número concreto de infecciones. Su consumo masivo
y sin realizar un antibiograma antes
de su administración en el medio ambulatorio, únicamente sirve para contaminar
más las aguas, la tierra, los vegetales y los animales.
Terapia de las infecciones
En la actualidad, la mayor
parte de las infecciones que se presentan en la población española precisan tan
sólo un tratamiento ambulatorio. Se trata de infecciones benignas de diferentes
tipos, bacterianas, virales
(provocadas por hongos), de las vías respiratorias (sinusitis, bronquitis,
neumonía, gripe...), urinarias bajas, digestivas (diarreas estivales y gripe
estomacal), genitales (uretritis, vaginitis, bartholinitis), cutáneas
(erupciones) y sanguíneas (mononucleosis). Generalmente se manifiestan con inflamación y fiebre, mecanismos propios de la infección ante los que es importante cuidar nuestro cuerpo a base de tratamientos de Fitoterapia y/o homeopatía, descanso, ayuno, hidroterapia, dieta hipocalórica y la correcta ventilación, humidificación e insolación de los espacios.
Pero además, es importante no utilizar fármacos ni supresores de la fiebre, de la inflamación ni de los microorganismos..
Motivos por los
que no son efectivos
Las causas del fracaso del tratamiento con antibióticos se dan en
relación a...
> La enfermedad - Antibiótico inadecuado para la infección
- Falta de tratamiento coadyuvante
- Foco de infección oculto o inaccesible
> El enfermo
- Respuestas inmunes alteradas
- Defecto anatómico
- Presencia de cuerpo extraño
> El fármaco
- Falta de cumplimiento
- Posología inadecuada
- Difusión insuficiente al lugar de infección
- Interacción medicamentosa nociva
- Producto no adecuado o deteriorado por mala conservación
> El microorganismo
- Resistencia al antibiótico
- Sobreinfección por bacterias resistentes.
TRATAMIENTO
CON ANTIBIÓTICOS: Causas del fracaso
1 Resistencia bacteriana Este tipo de resistencia consiste en generar suficientes cambios en la bacteria para que ésta neutralice y desactive el antibiótico en cuestión.
> Según el estudio SAUCE (Sensibilidad a los Antimicrobianos Usados en la Comunidad en España), la resistencia media del neumococo a la penicilina en el año 1973 era cero, mientras que en el año 1998 oscilaba entre el 36% y 50%.
> Otro tanto sucede con el meningococo, que en el periodo 1987-
> Por si fuera poco, los gérmenes pueden volverse resistentes a antibióticos con los que nunca se habían topado. Por ejemplo, en mujeres tratadas con tetraciclínas para una infección urinaria, la bacteria E.CoIi se hizo resistente a ese fármaco, pero también a otros antibióticos.
> Otro germen a destacar es el estafilococo áureo, responsable de ciertas pulmonías y de infecciones postquirúrgicas, ya que un 40% resiste a casi todos los antibióticos.
> Y últimamente se ha emprendido una cruzada contra el Helicobacter pylori, posible causante de la úlcera de estómago. Sectores de la medicina alopática han creído encontrar la solución a dicha enfermedad utilizando una terapia con antibióticos. Sin embargo, otros sectores médicos consideran que este microorganismo es muy beneficioso e incluso protector de la flora digestiva.
La transmisión de las resistencias
Los países industrializados son responsables del 25% de la producción cárnica mundial. En ellos, la utilización masiva de antibióticos puede ser el origen del rápido aumento de las resistencias que se dan en la cadena de los alimentos.
> El Instituto Robert Koch de Alemania, tras años de observaciones, analizó en 1998 la transmisión de resistencias entre animales y seres humanos, La conclusión fue que los gérmenes frecuentes en los animales (sqlmonella, campyloba cter, enterococos, E.CoIi, etc.) podían transmitir sus resistencias a los seres humanos a través de la ingesta de las carne,
huevos y derivados de la leche.
2 Uso indiscriminado y agresividad bacteriana
Otro tipo
de respuesta adaptativa habitual es la fabricación, por parte de los microbios,
de sustancias con gran capacidad tóxica para el organismo, denominadas
endotoxínas, que dan mayor agresividad al germen. De hecho, es como si la bacteria, al repeler el ataque,
contraatacase todavía con mayor potencia, generando moléculas de alta toxicidad
que se extienden a lo largo de la circulación sanguínea, en un proceso de
metastización que se conoce con el nombre de septicemia.
3 Priones y “vacas locas”
Los priones son la respuesta adaptativa de los microbios, descubierta por el premio Nobel Stanley Prusiner en el año 1996, ante el fenómeno socio-económico desatado por el mal de las ‘vacas locas”, de actualidad en nuestro día a día. Esta enfermedad, descrita a partir de las lesiones y alteraciones neurológicas que se han observado en el ganado vacuno, puede aparecer en personas operadas y transplantadas, independientemente del consumo de productos animales.
También se ha descrito la muerte por dicha enfermedad de colectivos tratados con la hormona de crecimiento procedente de animales ya enfermos. Se transmite del animal al ser humano a través de la carne, la leche y sus derivados, los embutidos, los huevos y el queso.
El prión es una proteína de la célula animal, alterada a partir de un gen enviado por las bacterias. Este tipo de respuesta corresponde al intercambio genético que realizan los microbios con las células animales.
Los priones son la respuesta adaptativa de los microbios, descubierta por el premio Nobel Stanley Prusiner en el año 1996, ante el fenómeno socio-económico desatado por el mal de las ‘vacas locas”, de actualidad en nuestro día a día. Esta enfermedad, descrita a partir de las lesiones y alteraciones neurológicas que se han observado en el ganado vacuno, puede aparecer en personas operadas y transplantadas, independientemente del consumo de productos animales.
También se ha descrito la muerte por dicha enfermedad de colectivos tratados con la hormona de crecimiento procedente de animales ya enfermos. Se transmite del animal al ser humano a través de la carne, la leche y sus derivados, los embutidos, los huevos y el queso.
El prión es una proteína de la célula animal, alterada a partir de un gen enviado por las bacterias. Este tipo de respuesta corresponde al intercambio genético que realizan los microbios con las células animales.
¡Cuidado!
La información mínima que hay que pedir al
especialista ante la prescripción de un antibiótico es la siguiente:
> Modo de administración Dosis, horario (intervalo entre dosis) y duración del tratamiento.
> Conservación y preparado
Condiciones de almacenamiento, caducidad una vez abierto, necesidad de agitar la suspensión, etc.
> Incidencia en la enfermedad
Síntomas a modificar, tiempo aproximado de mejoría, consecuencias potenciales por falta de cumplimiento, efectos favorables y directrices a seguir si no se presentan.
> Posibles problemas
Efectos adversos e instrucciones para estos casos, riesgos y precauciones a adoptar en caso de asociación con otros fármacos.
Fuente: JANO, Medicina y Humanidades, Volumen LV. N°1270.
2-8 octubre 1998.
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