viernes, 12 de mayo de 2017

Adelgazar sabiamente, 1ª parte


Adelgazar sabiamente

Debemos considerar la obesidad como el aumento del tejido adiposo de nuestro cuerpo
en relación a nuestra estructura muscular y ósea.
En circunstancias normales el tejido graso o adiposo representa el compartimento de reserva energética que el organismo utiliza en casos de necesidad.

QUÉ ES SER OBESO

   La cantidad de tejido graso que almacenamos depende por un lado del aporte de alimentos y por otro del desgaste energético que realizamos. En la obesidad el tejido graso supera el 20% del peso corporal (el 25% en las mujeres).
   Es errónea la definición de “obeso” cuando el peso excede en relación a la talla, ya que el exceso puede estar producido por el aumento de la masa muscular. Por ello es muy importante valorar, mediante control médico, la proporción de masa muscular y tejido graso del organismo, ya que puede haber oscilaciones consideradas normales del peso, según la constitución cada persona.
   La prevalencia de la obesidad es del 20% en los países industrializados (25-30% en mujeres), alcanzando al 50% de la población de edad media (varía según edad, sexo, geografía, étnia, nivel socio-económico). Actualmente hay una incidencia cada vez mayor en la edad infantil debido a la inclusión de grasas de origen animal en su dieta.
   En cuanto a la localización de tejido graso es importante distinguir dos tipos:
- En el hombre prevalece la obesidad androide, de localización en tórax y abdomen.
- En la mujer, la obesidad ginecoide, localizada preferentemente en nalgas y muslos.
   Esta distribución de la masa adiposa depende de la actividad metabólica de las diferentes zonas corporales y varía según la edad y el sexo, estando sujeto a influencias hormonales.
   Es importante destacar que la localización del tejido graso a nivel abdominal, aumenta la incidencia de sufrir enfermedades cardiovasculares.


QUÉ PRODUCE LA OBESIDAD

   La obesidad actúa como factor predisponente de aparición o agravación de múltiples enfermedades como son las alteraciones del nivel de grasas en la sangre, las alteraciones vasculares, la diabetes, dificultad respiratoria, problemas de desgaste de las articulaciones, hipertensión, gota, problemas hepáticos, mayor incidencia de padecer determinados cánceres, alteraciones hormonales...
   Es necesario concienciar a la persona del problema que estamos tratando, aunque en la actualidad no produzca ningún síntoma, pues muchos obesos se encuentran bien en su estado actual.

BASES DEL TRATAMIENTO DIETETICO

   Para perder peso sólo existe una fórmula:
- Comer menos y hacer mas ejercicio. Es muy importante mentalizarse y tomárselo como una nueva forma de vida alimentaria (no sirve hacer dieta unos días y otros no).
- La dieta tiene que ser equilibrada en su composición y variada, con ello preservamos las necesidades de vitaminas y minerales. 
                                                                                                                                                       
- Debe adaptarse al ritmo de vida y a las preferencias alimentarias del paciente.
- No realizar dietas que produzcan gran pérdida de peso. No es lo mismo perder grasa que perder masa muscular o deshidratarse, aunque el resultado en el peso sea el mismo.
- Todo tratamiento dietético debe apoyarse con un aumento de la actividad física y medidas psicológicas de apoyo para aumentar el autocontrol y satisfacción de la persona.
- No espaciar demasiado las comidas, el ayuno prolongado favorece la formación de tejido graso.
- No hacer comidas copiosas o mal distribuidas a lo largo del día, al organismo no le gustan las irregularidades de horario.
- Comer despacio, relajadamente, masticando bien los alimentos, para favorecer la digestión de los alimentos.
- Beber agua fuera de las comidas para no interaccionar con los enzimas encargados de la digestión y asimilación de los alimentos.
- También se puede beber entre las comidas café, té o infusiones (si no hay contraindicación médica).
- Evitar el consumo de bebidas azucaradas o gasificadas, así como alcohol (con moderación, eliminando los licores y aperitivos)
- Es importante fijar etapas de control para corregir posibles errores alimentarios, buscar causas de fracasos y soluciones, apoyo psicológico...
- Una vez alcanzado el peso meta, se ampliará el régimen progresivamente para estabilizar del peso logrado.

PLANTAS MEDICINALES CONTRA LA OBESIDAD

   Sin lugar a dudas lo más importante para corregir un sobrepeso es fijarse una buena conducta alimentaria y de hábitos de vida. Sin embargo la utilización de plantas medicinales trata aspectos personales de resistencia al seguimiento y evolución de una dieta. Atendiendo a su función las podemos dividir en varios grupos:
1- Plantas que aumentan el metabolismo, es decir aumentan el desgaste calórico de nuestro organismo. En este grupo debemos de incluir las algas ricas en minerales, principalmente en lodo (Fucus Vesiculosus, la Espirulina, Laminaria...).
  
Debido a su alto contenido en lodo, estimulan la glándula Tiroides, produciendo así un incremento de
los procesos catabólico, es decir, actividades orgánicas fisiológicas encaminadas a consumir energía, sobre todo si esto va acompañado de otras medidas dietéticas.
2- Plantas que disminuyen la absorción de determinados nutrientes. En este grupo tenemos los laxantes de tipo mecánico, es decir, plantas que en contacto con el agua, hinchan las sustancias mucilaginosas que contienen formando geles viscosos y lubricantes, aumentando el volumen total del bolo alimentario, por lo que estimulan, de modo reflejo, el movimiento intestinal. Además, al retener agua evitan el endurecimiento del contenido intestinal y absorben sustancias sobrantes de la digestión como los azúcares y las grasas (Altea, Lino, Zaratoga, Malvavisco, Malva, Plántagos, Glucomanano, Llantén...).
  
Hay otro tipo de laxantes, denominados irritantes que contienen antraquinólicos
heterósidos, los
cuales llegan al cólon o al intestino grueso, donde las enzimas presentes de su flora bacteriana producen la liberación de sustancias denominadas agliconas. Dichas sustancias son las responsables de la acción laxante (Aloe, Sen, Frángula, Cáscara Sagrada...)
3- Plantas que favorecen la eliminación de líquidos orgánicos y sustancias retenidas en nuestro organismo (Cola de Caballo, Zarzaparrilla, Abedul, Grama, Vara de Oro, Diente de León, Estigma de Maíz...).
4- Plantas que favorecen el tránsito digestivo y la expulsión de los gases retenidos en el sistema digestivo, producto de la fermentación digestiva. Esta acción la poseen las plantas ricas en esencias pues provocan una estimulación de la mucosa gastrointestinal aumentando el movimiento y también la relajación de los esfínteres digestivos (Anís Verde, Artemisa, Comino, Hinojo, Menta, Hierba Luisa, Melisa...).
5- Plantas con enzimas proteolíticos de acción Digestiva. Son plantas que favorecen la digestión ya que contienen enzimas digestivos que desdoblan las proteínas en elementos más simples (peptonas), fáciles de ser absorbidos por la mucosa intestinal (Papaya, Ananas, Ficus...). Estos enzimas les confieren una actividad antiinflamatoria muy útil en gastritis y úlceras digestivas                                                                                     
6- Plantas que nutren a nuestro organismo con elementos básicos dentro de una dieta restrictiva, como son las vitaminas, aminoácidos esenciales y oligoelementos (Spirulina, Levadura de Cerveza, Germen de Trigo...).
7- Plantas saciantes del apetito. Su acción es diversa actuando como sustancias de relleno dentro del aparato digestivo o actuando a nivel cerebral, inhibiendo la sensación de apetito (Glucomanano, Garcinia, Cambogia, fibras vegetales...).
8- Plantas protectoras del hígado y que aumentan su función secretora. Su acción se debe a principios de diferente naturaleza química como son los alcaloides, polifenoles, lactonas... (Cardo Mariano, Milenrama, Bardana, Alcachofa, Fumaria, Helenio, Manzanilla, Melisa, Boldo, Romero, Salvia, Tomillo...).
9- Plantas que regulan la ansiedad de la privación alimentaria y los síntomas orgánicos acompañantes como son nerviosismo, ansiedad e insomnio (Pasiflora, Valeriana, Hipérico, Angélica, Tila, Espino Blanco...).
  
Os describo algunas de ellas:

 

 

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