lunes, 29 de mayo de 2017

Afecvciones bucales y su tratamiento con Fitoterapia, 1ª parte


Afecciones bucales y su tratamiento con Fitoterapia                                                                
Aftas, Caries, Halitosis,…….                                                                                                                               La mayoría de las afecciones bucales precisan normas de prevención e higiene, y pueden encontrar una fácil solución en la Fitoterapia

   Las afecciones bucales son muy comunes, y aunque la mayoría de ellas se consideran banales, no
podemos olvidar que la boca es el lugar por donde entran todos los alimentos, de modo que si el proceso alimentario no empieza correctamente, posiblemente luego no se desarrollará de forma adecuada.
   Además, la delicada mucosa bucal, sometida a tantos esfuerzos al tratarse de una frontera entre el medio interno estéril y el medio ambiente contaminado que nos rodea, es también un barómetro que muestra en cierta manera el estado inmunitario de nuestro organismo.

Caries dental

   La caries dental es una de las enfermedades más comunes de la humanidad. Los vestigios arqueológicos indican que antes de la edad de bronce era un fenómeno más bien raro, que aumentó entre desde esa etapa hasta la época feudal, para posteriormente ir incrementando de modo progresivo hasta tener un crecimiento astronómico en las últimas décadas, con la aparición de la alimentación moderna. Así, en poblaciones como por ejemplo los esquimales o los polinesios, donde la caries era relativamente desconocida hace unas décadas, ésta tiene hoy en día una incidencia mucho mayor desde la introducción de la alimentación moderna en su dieta.
   Si bien se ha especulado que la caries es una enfermedad infecciosa, e incluso se han identificado los microorganismos responsables de ella, no podemos dejar de considerar que en el fondo se trata del resultado de un desequilibrio biológico.

Cómo aparece

   En la producción de la caries actúan principalmente tres mecanismos principales:
- Crecimiento de bacterias que producen residuos ácidos
- Cavidades donde se asientan las bacterias
- Azúcares e hidratos de carbono, que alimentan a esas bacterias y crean el medio ambiente apropiado

   Con la caries se desarrolla la placa dentaria, una especie de “pegamento” que se fija en el esmalte y que proviene de la saliva y de ciertos alimentos, sobre la cual se asientan y se desarrollan las bacterias. Este sedimento orgánico se adhiere al esmalte de los dientes mediante una especie de película, formada mayoritariamente por proteínas. En presencia de hidratos de carbono (glúcidos), el pH del medio ambiente se acidifica de forma importante.
   Cuando la sacarosa se desdobla para obtener energía, se liberan ácidos que atacan y desorganizan los cristales de apatita del esmalte, y que forman en el interior del diente microcanales donde se asientan las bacterias, que se alimentan de los glúcidos. La caries se inicia como una mancha de color tiza en el esmalte dentario, pero luego infiltra el diente y produce una lesión del tejido dentario.

Características personales

   Las características de cada persona son muy importantes al valorar la aparición de la caries, porque hay familias donde esta afección es más frecuente que en otras, ya que es evidente que no sólo se transmiten los genes, sino también, por ejemplo, las costumbres de alimentación.
   La edad es otro de los factores importantes en el desarrollo de este problema, ya que entre los seis y quince años hay un aumento notable de la aparición de la caries, que a partir de esa edad tiene tendencia a disminuir con excepciones como el caso del embarazo. En esta situación, las necesidades minerales del feto son altas, y se absorben a costa de descalcificar a la madre, este es el motivo por el que algunas madres dicen “cada hijo me ha costado un diente”.

La saliva

    El buen estado de la saliva también es un factor de gran importancia en el desarrollo de la caries, ya que su composición es variable, de forma que se distinguen tres tipos diferentes de saliva:
- De defensa: realiza una genuina función de limpieza bucal, previniendo de la caries y de todo tipo de infecciones.
- Digestiva: es muy variable y puede estimular o inhibir la caries en función de los alimentos que hemos ingerido.
- De reposo: es la que baña los dientes cuando no existe ningún tipo de estímulo, y tiene una función genéricamente reparadora y cicatrizante.
   Los dientes, para tener un adecuado hábitat, deben estar permanentemente bañados en saliva. La falta de saliva suficiente es un factor que aumenta el desarrollo de la caries dental, ya que contiene una sustancia denominada lisozima, con una función de defensa de tipo antibiótico. No podemos olvidar también que a través de la saliva se eliminan muchas sustancias (tóxicas o no), presentes en nuestro organismo. De este modo, el exceso de bismuto, de flúor, o de plomo, se elimina también a través de la saliva y llega a impregnar los dientes.

Alimentación y prevención

   Los alimentos blandos, pasados en forma de puré o manipulados, estimulan la caries al producir un menor estímulo mecánico de los dientes, lo cual deteriora su fortaleza.

   Sin embargo, el factor más importante en su aparición es el consumo de azúcares (en alimentos generalmente blandos). El gusto dulce es agradable, antidepresivo, y no debe prohibirse de forma talante. Algunos estudios recientes indican que posiblemente este amor por lo dulce es casi un instinto de especie ligado a nuestras características genéticas, y es que en los alimentos naturales, el dulce se asocia a las mejores fuentes’ de energía.
   Pero la industrialización de los alimentos y los cambios dietéticos modernos, con la aparición por ejemplo de los edulcorantes, han desvirtuado este deseo genético, haciéndolo nocivo en algunos casos. A pesar de todo, la capacidad cariogénica de los azúcares es un hecho ampliamente demostrado.
   La problemática de los hidratos de carbono es su acción específica en la boca, ya que ratones de laboratorio a los cuales se les administraban azúcares por sonda no padecían más caries que los que tenían una alimentación más equilibrada. Por otra parte, personas con ciertas enfermedades como la diabetes o fructosemia, que no pueden ingerir azúcares o lo hacen en muy poca cantidad, tienen una tasa muy baja de caries dental.

Higiene bucal

   La higiene bucal juega un papel vital en el tratamiento y prevención de la caries y el cepil1ado frecuente de los dientes es sin lugar a dudas uno de los elementos mas importantes, por lo que éste se hará especialmente inmediatamente después de comer dulces (los dulces en si no producen caries, sino su permanencia en la boca).
   Los dentríficos y los enjuagues con flúor se han remendado como preventivos de la caries, ya que el flúor estimula el crecimiento de la matriz ósea de
los dientes (y del resto de huesos del cuerpo). A1gunos especulan, sin embargo, que aunque en estos casos hay menos caries paradójicamente los dientes sor más débiles, lo que sí está claro la causa de la caries no es la falta de flúor aunque su suplementación pueda reducir su incidencia.

Tratamiento con Fitoterapia

   Las propiedades de las plantas medicinales hacen de éstas un remedio natural para combatir la caries.
• Cola de caballo
  
En personas con mucha caries se recomienda tomar cápsulas o polvo de cola de caballo (Equisetum arvense), ya que en las tisanas no podemos favorecernos de su altísimo contenido en ciertos compuestos minerales, puesto que éstos permanecen en el polvo de la planta y no se diluyen en el agua. Se recomienda tomar media cucharadita de polvo de cola de caballo o una o dos cápsulas diarias durante un buen tiempo, para prevenir el deterioro dental y aportar los nutrientes y elementos necesarios que se han perdido.
• Plantas antisépticas
  
Los enjuagues con plantas de acción antiséptica pueden ser también de interés, como sustituto de los mil y un colutorios bucales que podemos encontrar en el mercado.
   Un ejemplo es el preparado elaborado con hojas de madroño (Arbutus unedo), corteza de hamamelis (Hamamelis virginiana), flores de caléndula (Calendula officinalis) y hojas de aliaria (Alliaria officinalis). Se colocan 30 g de la mezcla a partes iguales de estas plantas en 300 cc. de agua, en decocción a fuego lento durante 5 minutos. Posteriormente se hacen lavados bucales con este líquido, de manera que la decocción entre en contacto con los dientes durante un buen tiempo.

 

 

 

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