Las
Plantas más usadas
Ginkgo
biloba (Ginkgo biloba)
Las hojas de Ginkgo mejoran la circulación
sanguínea, porque fluidifican moderadamente la viscosidad de la sangre y además
tonifican arterias y venas, especialmente las del área cerebral. El Ginkgo se recomienda en caso de
varices, hemorroides, y para regular el tono e intensidad de los vasos
sanguíneos, aumentar la circulación a las extremidades y solventar los
problemas circulatorios del cerebro, que pueden causar pérdida de memoria,
alteraciones del equilibrio y vértigos. Es útil para personas mayores con un
déficit circulatorio global. Se usan las hojas, en forma de polvo, extractos o
tinturas.
Formas de uso:
Infusión: 40-60 gr. de hojas por litro de agua, tres vasos al día Extracto fluido, 30 gotas. Cápsulas y extractos secos, 1-6 comprimidos, en 2 -3 tomas diarias.
Formas de uso:
Infusión: 40-60 gr. de hojas por litro de agua, tres vasos al día Extracto fluido, 30 gotas. Cápsulas y extractos secos, 1-6 comprimidos, en 2 -3 tomas diarias.
Castaño
de indias (Aesculushippocastanum)
En el principio amargo de la castaña de Indias se han hallado saponósidos, sustancias que poseen una intensa acción vascular. Por ello, esta planta es muy eficaz en el tratamiento de las varices y las hemorroides, debido a su efecto protector sobre las paredes vasculares, ya que tiene una acción antiedematosa y antiexudativa que se produce, como máximo, media hora después de ingerirlo.
Los preparados de castaño de Indias también se recomiendan en el tratamiento de flebitis y tromboflebitis. Aunque la pacte más medicinal de esta planta es la castaña, también se pueden utilizar las flores, las hojas y la corteza.
Formas de uso:
A causa de su intenso sabor amargo, no se acostumbra a tomar en forma de tisana o polvo. Cápsulas y extractos secos: de dos a cuatro comprimidos al día. Infusión, 1-2 cucharaditas del fruto seco, tres veces al día
Tintura: 1-4 ml. Tres veces al día Pueden aparecer efectos secundarios si se toman dosis de ocho a diez veces superiores a las descritas.
ESPINO ALBAR (Crataegus oxyacantha)
El Espino
albar actúa regulando la actividad cardiaca, ya que provoca una
vasodilatación coronaría que favorece la oxigenación del miocardio. Con esto se
consigue disminuir la tensión arterial de forma moderada pero duradera. El Espino albar puede mejorar el flujo
sanguíneo de la arteria coronaria y es beneficioso para el paro cardíaco congestivo.
Sus propiedades antiiflamatorias evitan las obstrucciones vasculares y
disminuyen la coagulabilidad sanguínea. También tiene propiedades diuréticas y sedantes.
Formas de uso:
Infusión: 2 cucharaditas de bayas, tres veces al día, durante un largo periodo de tiempo
Tintura: 2-4 ml, tres veces al día.
Fitoterapia con acción vascular
Las plantas con acción venosa
se emplean tanto en medicina naturista como en medicina ortodoxa, motivo por el
que destacan entre las más estudiadas. En el tratamiento y la prevención de los
síntomas de la insuficiencia venosa, la duración de dicha terapia con extractos
naturales variará en función de la problemática en si. Por ejemplo, en el caso
de las varices (uno de los trastornos más comunes, junto a los problemas
derivados de la hinchazón en las piernas), el tratamiento debe ser prolongado,
ya que se trata de un trastorno crónico. Contrariamente, las hemorroides
precisaran una acción efectiva a corto plazo.
Entre las plantas medicinales más utilizadas para estos casos destacan las que tienen una actividad tónica venosa y protectora capilar. Plantas como el castaño de Indias (Aesculus hippocastanum), el Espino blanco (Crataegus oxyacantha) o el Ginkgo biloba (Ginkgo biloba) actúan sobre las paredes vasculares ejerciendo un efecto regenerador, favorecen una circulación más fluida y mejoran el retorno venoso (ver recuadro adjunto).
Otras plantas que cumplen las mismas funciones son el Grosellero negro (Ribes nigrum), la vid Roja (Vitis vinífera), el Rusco (Ruscos aculeatus), la bolsa de pastor (Capsella bursa-pastoris), el Arándano (Vaccinium myrtillus), la Hidrastis (Hydrastis canadensis), la Hamamelis (Harnamelís virgínica), la vara de Oro (Solídago vírga-aurea), entre otras. Todas ellas se indican para aliviar la inflamación o la dilatación venosa, así como en otros problemas derivados de una deficiencia circulatoria de las funciones normales de este sistema.
Entre las plantas medicinales más utilizadas para estos casos destacan las que tienen una actividad tónica venosa y protectora capilar. Plantas como el castaño de Indias (Aesculus hippocastanum), el Espino blanco (Crataegus oxyacantha) o el Ginkgo biloba (Ginkgo biloba) actúan sobre las paredes vasculares ejerciendo un efecto regenerador, favorecen una circulación más fluida y mejoran el retorno venoso (ver recuadro adjunto).
Otras plantas que cumplen las mismas funciones son el Grosellero negro (Ribes nigrum), la vid Roja (Vitis vinífera), el Rusco (Ruscos aculeatus), la bolsa de pastor (Capsella bursa-pastoris), el Arándano (Vaccinium myrtillus), la Hidrastis (Hydrastis canadensis), la Hamamelis (Harnamelís virgínica), la vara de Oro (Solídago vírga-aurea), entre otras. Todas ellas se indican para aliviar la inflamación o la dilatación venosa, así como en otros problemas derivados de una deficiencia circulatoria de las funciones normales de este sistema.
Formas de aplicación
La forma de empleo de estas plantas suele
hacerse por vía externa, mediante geles fríos elaborados con extractos
vegetales (los extractos glicólicos, sin alcohol, cuentan con una mayor
concentración de principios activos), que se aplican mediante un masaje que
facilita la absorción y favorece un mayor efecto. En función del trastorno, la
administración puede complementarse con tomas por vía interna, ya sea en forma
de tisanas e infusiones, extractos o distintos preparados fitoterapéuticos.
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