sábado, 5 de noviembre de 2016

Síndrome pre-menstrual y su tratamiento con La Fitoterapia, 2ª parte


El síndrome intermenstrual
   El síndrome intermenstrual (SIM.) ocurre en un 5-10% de mujeres y puede coexistir junto al S.P.M. Se caracteriza por dolor pélvico intenso que ocurre durante la fase de la ovulación, con manifestaciones congestivas extrapélvicas en las mamas y el abdomen, signos de distonía neurovegetativa y trastornos psíquicos. Estos trastornos dibujan un cuadro parecido al del SPM, aunque también puede aparecer una pequeña hemorragia intermenstrual.
   El S.I.M., está considerado una exageración del proceso fisiológico de la ovulación y por lo visto tiene características parecidas de desadaptación al S.P.M.


   Del mismo modo que no podemos dirigir nuestras funciones orgánicas como la respiración, el movimiento cardíaco o la percepción visual, tampoco podemos reaccionar ante las cosas que vivimos de un modo contrario a nuestra biología, a nuestra capacidad de ser... y si esto se produce, nuestro organismo actúa de un modo específico, alertándonos de nuestra mala disposición.
   No hay que ser un genio para darse cuenta de estas cosas, lo único que importa es percatarse a tiempo y saber cambiar nuestro patrón de respuesta en bien de nuestra salud.
Clasificación de los síntomas
   Es difícil orientar el S.PM. hacia una causa específica, aunque según la clínica predominante podemos distinguir:
* S.P.M. con predominio de la disfunción hormonal
Este síndrome se produce a partir del inicio de la segunda fase del ciclo, después de la ovulación. Los síntomas aumentan progresivamente y cesan con la aparición de la regla. Predominan los fenómenos locales como la congestión mamaria dolorosa y la congestión pélvica.
   Para su diagnóstico es preciso recurrir a técnicas exploratorias como el frotis vaginal, las determinaciones hormonales o los exámenes urinarios cito-hormonales, según la técnica del Dr. Haour. Este considera que existe un paralelismo entre la descamación vaginal y el estudio microscópico de los elementos celulares de la orina fruto de la descamación celular de la vejiga urinaria. Lógicamente, la recogida de la muestra es mucho más cómoda. La exploración de trompa y ovario por celioscopía (examen visual directo mediante endoscopia) es a veces necesaria para precisar el estado de los órganos genitales femeninos y establecer un posible diagnóstico.
   En los casos de hiperfoliculinismo (aumento de la hormona hipofisiaria FSH) en la segunda mitad del ciclo, se produce con frecuencia una hipermenorrea (regla copiosa) por hiperplasia de la mucosa uterina previa.
   Otros casos de alteración hormonal como el hipoluteinismo (disminución de la LH) o el hiperandrogenismo (aumento de la hormona sexual masculina), se acompañan de S.P.M. con reglas poco abundantes.
* S.P.M. de predominio neurovegetativo:
  
En este caso predominan las alteraciones vasculares generales como la hipertensión, taquicardia, temblores, sudoración y fenómenos congestivos locales (tipo cefalea) y a nivel pélvico, con gran distensión abdominal.
* S.P.M. psicógeno
  
Existe un gran componente psicosomático relacionado con los trastornos de identidad femenina. Con frecuencia, estas mujeres sólo tienen una semana “libre” de síntomas, que corresponde a la fase de la post-menstruación. A partir de esta etapa, los síntomas aumentan progresivamente hasta el inicio de la regla.


Cambios clínicos
   El S.P.M. varía su grado de expresión clínica, según el morfotipo de la mujer en que se manifiesta y por distintas circunstancias relacionadas con lo que llamamos el terreno de predisposición a padecer manifestaciones orgánicas extragenitales diversas (neurovegetativas, hepáticas, alérgicas...).
   Las mujeres más susceptibles al S.PM. son las delgadas, longilíneas, de carácter irascible y emotivas, a menudo de complexión media, de morfología viriloide, más raramente obesas. El rechazo a su feminidad puede manifestarse de distinto modo: la mujer no acepta su propia imagen (las situaciones de estrés emocional previo la han desvalorizado), hay una necesidad de representar lo que no se es o siente, se dan rasgos del carácter masculino de territorialidad, posesión y defensa, como consecuencia de una frustración en el plano afectivo-sexual, etc.
   Se dan con bastante frecuencia alteraciones cutáneas en la cara, en forma de infección, inflamación o descamación, fruto de situaciones que denominamos de “mancha, agravio o separación”.
   Este síndrome sucede habitualmente en mujeres jóvenes y los síntomas son muy acentuados, a veces acompañados de preanorexia. Todas estas múltiples diferencias individuales hacen que el tratamiento hormonal
clásico sea difícil de regular, resultando a menudo decepcionante y peligroso.
   Por eso es muy importante adaptar de un modo individual la terapia y buscar otros factores determinantes de
tipo superior.

Los síntomas más clásicos del SRM.
+ Cefaleas de tipo congestivo.
+ Trastornos circulatorios.
+ Dolor y debilidad muscular.
+ Inflamación e hipersensibilidad en los senos.
+ Dolor y congestión pélvica.
+ Dispepsia, náuseas.
+ Cambios en el hábito intestinal, tipo estreñimiento (en casos en que predomine la retención líquida) o diarrea (en casos en que
predominen alteraciones de tipo nervioso).
+ Hipersensibilidad, irritabilidad, descontrol emocional.
+ Susceptibilidad, tristeza, depresión.
+ Dificultad @n la atención y memoria.
+ Erupción cutánea en forma de acné o dermatitis inflamatoria...
        Estos síntomas se pueden asociar según el tipo general de SPM.

 

 

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