Homeopatía, 3ª parte

                                     Relación entre similitud y dilución
   Según la tradición, cuanto más similar al enfermo es el medicamento, más elevada será la dilución. Más allá de la constante de Avogrado (que corresponde a la 12 CH), ya no se halla la molécula de la sustancia. Sólo un medicamento individualizado al máximo, y por tanto en dilución alta o muy alta, puede curar globalmente al enfermo. Si la individualización completa es imposible se usan diluciones inferiores.
    Los factores variables en la elección de la dilución son al menos cuatro: el enfermo, la enfermedad, el medicamento y la dilución.

EL MEDICAMENTO HOMEOPÁTICO

   La preparación del remedio homeopático se realiza en varias etapas bien definidas. A partir de sustancias de origen vegetal, animal o mineral se obtienen las tinturas madre, que son las cepas que servirán de base para preparar las diluciones sucesivas y la elaboración del producto terminado. Los productos químicos minerales u orgánicos son utilizados directamente. Las casi 3.500 cepas (principios activos homeopáticos) se preparan a partir de:
A- Sustancias de origen vegetal
   Es fuente de más de la mitad de los remedios utilizados. La cosecha condiciona la obtención de las tinturas madre a partir de plantas frescas, por lo general enteras. Se tiene en cuenta el terreno, el clima, a veces incluso la altitud, y el grado de maduración de la planta.
   Las plantas que se utilizan son preferiblemente silvestres, y las cultivadas se producen en su hábitat natural, mediante cultivos biológicos, sin utilizar pesticidas o abonos que puedan contaminarlas. Una vez recolectadas se envían al laboratorio dentro de las 24 horas después de su recogida.
   Hay algunas plantas que se utilizan secas, la Nux Vómica, o liofilizadas, como plantas de origen tropical, que hay que importar de países lejanos.
   Para la preparación de las tinturas yemoterápicas y de algunas de origen animal, se utilizan maceraciones en las que se utiliza una mezcla de agua-alcohol-glicerina como líquido extractivo, también llamados macerados glicerinados, por el mayor poder extractivo que la glicerina tiene sobre los productos orgánicos.
B- Sustancias de origen animal
   Se utilizan venenos, insectos enteros (abejas, hormigas, arañas...), hormonas y secreciones fisiológicas (almizcle, tinta de sepia...), sustancias que pueden tener una acción toxicológica o farmacodinámica sobre el individuo sano.
C- Sustancias de origen mineral
   Sales naturales, productos químicos, metales... seleccionados siempre en su estado más puro.
   Inicialmente, Hahnemann empleó la mayoría de las hierbas y de los metales pesados como el mercurio y el arsénico para sus experimentos, y las mismas drogas utilizadas por los médicos ortodoxos.
   Posteriormente ensayó diversas hierbas utilizadas en la medicina tradicional europea, y otros homeópatas han probado desde entonces medicinas vegetales de muchas regiones y gran cantidad de sustancias de origen mineral y animal.
   Es importante realizar un riguroso control sobre principios de origen mineral, sobre principios activos de origen vegetal (tanto de la planta fresca como desecada) y de origen animal, control de tinturas madre de origen vegetal y control de excipientes, envases y producto terminado.

PREPARACIÓN FINAL DEL MEDICAMENTO HOMEOPÁTICO

   Los procesos de dilución nos permiten pasar de cantidades ponderables a cantidades infinitesimales, que serán utilizadas para preparar el medicamento homeopático.
   Para obtener el producto final, falta la puesta en forma galénica de la dilución previamente preparada, incorporándola a un excipiente neutro.
   La forma galénica más característica en homeopatía es la presentación en gránulos y glóbulos, pequeñas esferas compuestas de sacarosa y lactosa. Existen otras formas farmacéuticas: polvos, comprimidos, supositorios, óvulos, gotas, ampollas bebibles, ampollas inyectables (actualmente prohibidas por la legislación), pomadas, colirios.
   Después de décadas de experimentación, se ha llegado a la conclusión de que la mejor vía de administración y de absorción del medicamento homeopático es la vía sublingual, o sea a través de la mucosa de la lengua, poniendo los gránulos y glóbulos, sin tragarlos ni masticarlos, debajo de la lengua.
   Se aconseja tomarlos 15 minutos antes o después de las comidas, y es mejor no tener ningún sabor fuerte en la boca en el momento de la toma (menta, café, tabaco...).
   La dilución homeopática penetra así en los capilares de la lengua, cuya superficie mucosa funciona como una esponja por la que circula con rapidez la sangre.
   En poco tiempo, con la misma velocidad que una inyección intravenosa, la dilución llega a la aurícula derecha y luego al ventrículo derecho, para acceder a la circulación pulmonar, de la cual pasa a la aurícula y al ventrículo izquierdo del corazón, y termina en la arteria aorta que la conduce a la circulación general.
   En general, el prospecto de un medicamento indica su composición y posología, es decir, su “modo de empleo”. En homeopatía, un medicamento puede ser utilizado en el tratamiento de enfermedades muy diferentes, esta es la razón por la que no aparecen indicaciones terapéuticas en el prospecto de la mayoría de ellos.

DIAGNÓSTICO HOMEOPÁTICO

    Para la correcta confección de la historia clínica tenemos que tener en cuenta que en primer lugar es necesario un diagnóstico nosológico, es decir, hay que saber qué le ocurre al paciente. Luego haremos el diagnóstico homeopático contemplando:
                                                            Síntomas
- Etiológicos (relacionados con las causas de la enfermedad): psicógenos (originados en la psique), climáticos, toxoalimentarios...
- Psíquicos / caracteriológicos: afectividad, intelectualidad.
- Generales: objetivos y subjetivos, deseos y aversiones alimenticias, comportamiento ante las temperaturas, el sueño, la transpiración...
- Locales: funcionales y lesionales.
- Modalidades características (no son síntomas) ambientales, fisiológicas, ritmo vital y periodicidad.
   Una vez confeccionada la historia clínica se procede a la correcta jerarquización de los síntomas, que deben ser espontáneos, netos, característicos y modalizados.

Ante la necesidad de realizar más ensayos clínicos para disponer de datos que establezcan el lugar de la Melatonina en la terapéutica homeopática, esta hormona, segregada por la glándula pineal, ha sido finalmente desautorizada.