martes, 10 de mayo de 2016

Esquizofrenia, 1ª parte


Un mundo auto-inventado
Es la huida hacia el oscuro interior de uno mismo, un mundo en el que todo aquello que se ha vivido deja de estar regido por las leyes de todos, por la realidad compartida.
Los significados comunes se distorsionan sin aparente sentido...


Rompiendo con el mundo
   Como si de un suicidio de la inteligencia se tratara, la esquizofrenia aparece desintegrando las funciones cerebrales superiores y causando un deterioro en la persona en cuanto a su forma de desenvolverse en sus relaciones con los demás y consigo mismo. Tras romper todo contacto lógico continuo con el entorno, ésta entra en un estado mental, neuroquímico y de relaciones sociales plenamente alteradas.
   A nivel intelectual, se suele interpretar la activación de los canales sensoriales como proveniente del medio. Esto es lo que ocurre en la Esquizofrenia paranoide, en la que se atribuye al medio un significado persecutorio, imposible de probar.


   En el terreno neuroquímico, aparece a menudo un exceso de dopamina, un neurotransmisor que en estos niveles tan elevados hace que las conexiones entre neuronas parezcan dispararse sin control.
   Finalmente, en el ámbito de las relaciones sociales, la persona con este trastorno llega a verse incapacitada para mantener un contacto normal con los demás, puesto que permanece en una suerte de intramundo subjetivo en el que los mensajes de otras personas son sistemáticamente distorsionados, de modo que coinciden con la propia interpretación delirante de la persona.
   Y es que no hay que olvidar que el trastorno de la Esquizofrenia se da en todas las edades, culturas y clases sociales, por lo que habrá que atender a otros criterios para encontrar el medio que lo propicia.
No todo es Esquizofrenia

   Para poder hablar de Esquizofrenia, la Psicología Clínica actual establece criterios diagnósticos con el objetivo de facilitar la elección del tratamiento.
   Así se incluyen parámetros temporales -duración del trastorno, edad de aparición de los primeros síntomas, edad de la persona, frecuencia sintomatológica, etc.-, parámetros culturales -contexto en el que se desenvuelve la persona en un determinado marco social, nivel educativo, etc., familiares y fenomenológicos - descripción del fenómeno perturbador o del trastorno a través de los síntomas-, etc.
   Pero no basta la mera existencia de algún o algunos de estos criterios para, sin más, dar por hecho que nos hallamos ante un caso de Esquizofrenia. Por una parte, el diagnóstico no es posible si no se cumple un número suficiente de criterios. Por otra, estos mismos síntomas pueden indicar la presencia de otro trastorno psicopatológico que comparta alguno de sus rasgos característicos, o incluso mostrar el inicio de la enfermedad, por lo que se hace imprescindible un correcto diagnóstico y seguimiento en caso de sospecha.


La realidad es así

Testimonio

   Lo que viene a continuación es la trascripción de un recurso de apelación de una sentencia real en la que se absolvió a una mujer de treinta y nueve años, tras ser acusada de lesiones a un vecino y daños a diversos vehículos estacionados en la vía pública. La particularidad y el interés residen en el hecho de que quien presentó el recurso de apelación fue una persona diagnosticada con Esquizofrenia paranoide que, en base a ese trastorno, fue declarada no responsable de los hechos que se le imputaban.
   En el texto que sigue se aprecia la falta de toda coherencia del pensamiento y la presencia de ideas delirantes y repetitivas de persecución. Actualmente, la enferma continúa en tratamiento en un centro psiquiátrico.
 “Que viviendo en ..., piso comprado en propiedad, entraron mis vecinos y los bomberos, con un allanamiento de propiedad privada ilegal, siendo mi casa saqueada y robados mis ahorros, cerca de 900,000 ptas. También faltaban las llaves del piso, a su vez me encontré las persianas destrozadas y las puertas abiertas.
   Acudí a los bomberos, no dándome éstos explicaciones al presidente de la comunidad, que entró en mi casa como representante del bloque, el cual no ha dado la cara en ningún momento, siendo vecino del mismo bloque, en su piso 11 B, acudí a la Policía Local la cual no me escuchó, yendo posteriormente ala Policía Nacional, los cuales me metieron en el Hospital de... (el cual no me corresponde), en el que me hicieron un ingreso forzoso, donde sin tratarme ni atenderme mis padecimientos cardíacos, me hincharon de inyecciones durante toda la tarde y la noche, con unas agonías que provocaban estas inyecciones tremendas, parecían que me metían veneno. Las denuncias están archivadas en..., por falta de pruebas.
   Yo vivía sola porque rompí con mi novio después de 11 años de relación, ya una mujer sola es muy fácil desacreditarla, quitarle credibilidad y no echarle cuenta. Estas persecuciones de las que se habla en la sentencia... Tengo 39 años y nunca he visto que me haya perseguido nadie hasta hace un año en que se produjeron estos hechos, para ver con quién me relaciono, dónde trabajo, quieren quitarme del trabajo para no tener ningún apoyo. Creo que es un delito tapado por Bomberos y Policía, ya me quieren quitar credibilidad para que no prospere. No sé qué quieren de mí y ya me han hecho de todo. Mi piso comprado en propiedad he tenido que abandonarlo porque allí me tienen atemorizada, no me atrevo ni a ir a ver el buzón.   Ese vecino que con tan mala fe me denuncia sin yo haberle hecho nada es vecino de unos meses, cuando yo llevo 26 años viviendo en este barrio y nunca tuve problemas con nadie. Y él creo que vivía en un 3° B y se ha ido a vivir a un 1° B ,justo frente por frente de mi casa y sólo lleva unos meses y me está creando problemas. Y creo que tiene relación con ellos’.


    En este caso, la madre de la enferma padecía síntomas parecidos de Esquizofrenia, al tiempo que el padre presentaba rasgos de personalidad igualmente propios de este trastorno, con historia de uso de armas contra animales domésticos de la vecindad y comportamientos de aislamiento, una marcada introversión y casi nulas relaciones sociales.

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