viernes, 27 de mayo de 2016

Supera el Estrés; 10 propuestas naturales para vencerlo, 3ª parte


PENSAMIENTOS CONSCI ENTES E INCONSCIENTES
2 La mente sensorial da sentido al mundo que nos rodea. Mediante la percepción, el lenguaje, los hábitos y las emociones, nos proporciona un sentido personal de la realidad. Con la mente podemos viajar en el espacio y en el tiempo, y cada imagen que creamos o rememoramos, produce estímulos para poner nuestro cuerpo en acción.  Pero debemos tener cuidado, ya que el cuerpo sólo vive en el presente, así que si viajamos a menudo al pasado o al futuro, creamos un desequilibrio fisiológico.
> Si centramos los pensamientos en el aquí y ahora, y acallamos nuestro diálogo interior a través de la meditación, disminuiremos la angustia (por lo que aun no ha sucedido) y la tristeza (por lo que ya ha pasado).
> La visualización creativa es una excelente técnica para producir estados de bienestar y relajación (la mente no diferencia entre imágenes creadas o reales).

EMOCIONES
3 Conocer nuestras emociones y expresarlas sin miedo a perjudicar ni perjudicarnos, es un camino liberador. La opresión que implica reprimirlas constantemente, suele ser uno de los factores que producen una situación de estrés permanente.
> Asumir, conocer y canalizar adecuadamente nuestras emociones es parte del proceso de autoconocimiento que nos permite establecer vínculos más sanos en cada uno de los ámbitos de nuestra vida.
> Las psicoterapias (individuales y grupales), la arte-terapia y otras actividades en grupo, pueden proporcionarnos nuevos modos de ver la vida y despertar nuestra sabiduría interior, fuente de toda energía armonizadora.

Nutrición y hábitos alimentarios

4 En estados de estrés, una alimentación inadecuada puede agravar nuestro desequilibrio físico y emocional. Recordemos que, desde la primera infancia, la alimentación está asociada a los afectos, a través de ella calmamos la ansiedad o manifestamos rechazo y rebeldía,
> El entorno y la actitud con la que comemos es un factor importante para una buena digestión y asimilación de los alimentos.
> Buscar una guía de información nutricional nos permitirá seguir una dieta que compense estados carenciales y elegir suplementos nutricionales adecuados. A1 elegir lo que comemos, debemos optar por alimentos lo más naturales posibles.
> Las vitaminas y minerales juegan un papel fundamental en los estados de ánimo y disponibilidad energética: la Vitamina C es necesaria para la producción de corticosteroides (hormonas que segrega nuestro organismo como respuesta a un estado de estrés para ayudar a superarlo) además de fortalecer el sistema inmunitario, la falta de Vitamina B6 (arroz, pan integral) se asocia a la irritabilidad, la Vitamina B1 favorece la digestión de los hidratos de carbono y la producción de serotonina (importante para el sueño).
> En cuanto a minerales, la carencia de zinc aumenta la intolerancia al estrés, mientras que un déficit de cromo (presente en la levadura de cerveza, el germen de trigo y las legumbres) se traduce en una sensación de ansiedad que puede incrementar la tendencia a comer dulces.
> Los riesgos del estrés ligados a problemas de alimentación y al sistema digestivo, hacen necesaria una consulta al especialista, ya que las úlceras y los problemas intestinales requieren del consejo y supervisión médica.  
BAÑOS RELAJANTES
Hay pocas cosas tan relajantes como sumergirse durante un buen rato en una bañera llena de agua templada.
   En Europa, los baños (utilizados desde tiempos remotos con fines terapéuticos y estéticos) son una terapia muy extendida y son numerosas las curas de agua que se pueden realizar en balnearios, centros de salud y estética. La terapia recibe diferentes nombres en función del tipo de agua usada, cuando se trata de agua de mar, se denomina talasoterapia, termalismo si el agua procede de termas, y balneoterapia cuando los tratamientos se realizan con agua común. A pesar de todos los beneficios que nos puede aportar un baño, hay que seguir unas pautas para sacarle el máximo partido.


¡Ojo con la temperatura!
   Para obtener los beneficios deseados es muy importante que controles la temperatura del agua.
> Si utilizas agua caliente, el tiempo no debe sobrepasar los 10 minutos, ya que la aceleración del pulso puede provocar debilidad y mareos. Este baño está contraindicado para quienes tienen la tensión baja o problemas cardíacos, ya que los vasos sanguíneos se expanden tratando de enfriar el cuerpo, y esto hace que el corazón deba realizar un gran esfuerzo. Por el contrario, los baños calientes son de gran ayuda para provocar sudor y eliminar las toxinas del organismo.
> Los baños de agua fría también aumentan el ritmo cardíaco, aunque el pulso se estabiliza después del momento inicial. Son muy recomendables para activar la circulación sanguínea y tonificar la piel.
> Los baños templados (con el agua entre 32°C y 36°C) son los más relajantes, reducen la tensión muscular y actúan sobre las terminaciones nerviosas que están debajo de la piel. Son los más aconsejables después del ejercicio físico, pues evitan la rigidez de los músculos y articulaciones, y también en caso de problemas urinarios, fiebre y resfriados.

Añádele plantas y aceites esenciales
   Una de las mejores formas de añadir al agua extractos de hierbas y plantas es introducirlos en una bolsita de muselina o tela porosa, y colgarla del grifo de manera que el chorro de agua diluya la infusión. Así, además de relajarte, tu baño tendrá propiedades terapéuticas.

Hidromasaje antiestrés
    Si tienes bañera de hidromasaje o conoces algún lugar donde utilizarla, puedes sumar al efecto relajante de los ‘jets” de aire los beneficios de los aceites esenciales. Llena la bañera con agua a 36°C, añade unas gotas de aceites de angélica, anís, mejorana, lavanda, azahar y melisa. Con este masaje subacuático tonificarás tus músculos, mejorarás el flujo sanguíneo y darás mayor elasticidad a tu piel.

Adiós a la tensión muscular y articular
> Añade dos bolsitas de manzanilla al baño de agua templada o una infusión elaborada con 4 cucharadas de esta planta. Este baño reducirá la tensión muscular y proporcionará un perfume delicado a tu piel.
> También puedes añadir unas gotas de aceite esencial de melisa, sándalo, lavanda y bergamota, para aliviar la tensión muscular y articular.                                                                                                                                                                        > Si tienes los músculos doloridos porque has realizado un sobreesfuerzo, prepara una infusión con corteza de sasafrás, raíz de lampazo mayor, agrimonia, consuelda mayor y salvia.
> Para calmar la tirantez muscular y aliviar la tensión de las articulaciones, añade al agua templada del baño una infusión de salvia, lavanda y laurel.
> Después de una larga jornada andando o trabajando de pie, nada mejor para tus pies que un baño relajante. Sumérgelos en agua fría y caliente  -alternándola- y añade unas gotas de aceite esencial de limón e hierbabuena al baño. Favorecerás la circulación sanguínea y perfumarás tus pies.

 

 

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