jueves, 10 de septiembre de 2015

Depresión, como combatirla: 1ª parte


La depresión es el mal de nuestro siglo y se caracteriza
por
la falta de amor o su pérdida y por la vivencia del fracaso
y la impotencia. Esta situación puede conducir a situaciones tan extremas como el suicidio.                                                                     
La fitoterapia tiene sus propios métodos para combatir esta enfermedad.
Sobre la Melatonina
   Aunque se podría hablar mucho sobre esta sustancia hormonal, sólo vamos a hacer referencia a datos objetivos actuales. La Melatonina es una hormona secretada por la epífisis o glándula pineal, gracias a la cual esta glándula modula las funciones fisiológicas del organismo que intervienen en la organización temporal y en la apreciación de las modificaciones del medio.
   La Melatonina es la mediadora de los efectos endocrinos de la luz, y la que regula el reloj biológico del organismo, controlando los ritmos circadianos (que existen durante las 24 horas del día) de la temperatura, el cortisol y la alternancia vigilia-sueño.
   Se le adjudica, entre otros, un efecto antidepresivo por la correlación que existe entre ciertos estados depresivos estacionales (sobre todo en épocas o regiones de poca exposición solar) y su descenso. Pero no se puede saber si la Melatonina tiene en sí un efecto antidepresivo. Parece más un indicador del estado anímico, puesto que los factores que influyen sobre el estado de ánimo,
también lo hacen sobre la secreción de la Melatonina. En cambio, lo que sí parece claro es su aplicación terapéutica en las alteraciones producidas por los cambios en los ciclos horarios en los que se produce un desnivel biológico de la secreción de Melatonina, causante de la fatiga y de ciertos síntomas de depresión e insomnio.
   La Melatonina sigue un ritmo biológico de secreción, produciéndose un auge hacia las dos de la madrugada. La administración de esta hormona compensa su ciclo diurno, resincronizando los ritmos circadianos después de un cambio de horario (por ejemplo, después de un vuelo transcontinental). Lo mismo sucede con las alteraciones del sueño en general, permitiendo acortar el período de inducción (coger el sueño) en personas que tienen un adelanto de fase en la secreción o en personas de edad.
   Como todo lo referente a la Melatonina se centra en las terapias antes comentadas, hay que ser discretos a la hora de ampliar sus aspectos terapéuticos, como el envejecimiento y la depresión.


   La depresión se podría definir como un estado emocional caracterizado por una sensación desagradable e involuntaria, donde la tristeza y la indiferencia por las personas, situaciones y cosas que nos rodean es la nota dominante. Esta enfermedad puede desarrollarse de diferentes maneras, dependiendo de los factores precipitantes y predisponentes, así como de la propia reacción del individuo. Durante la depresión, el ser humano experimenta aislamiento, miedo y un gran vacío existencial. Otros estados característicos son la sensación de impotencia, el autodesprecio, los sentimientos de culpa y una baja autoestima, que conducen a la violencia interna del afectado, traducida en forma de sufrimiento.
   Bajo un punto de vista interpretativo, la depresión es el serial de alarma de un bloqueo emocional que se ha producido por la conjunción de varias situaciones conflictivas simultáneas. Ante esta situación, el organismo esconde la cabeza, cortando la unión somatopsíquica de reacción. Es durante este período cuando el ser humano experimenta un bajón emocional y orgánico, fruto de esa desconexión.
   La lucha de la persona que sufre una depresión consiste en identificar las causas personales que le han llevado hasta ese estado e intentar recuperar el estado normal del organismo. En general, la depresión nos advierte de la necesidad de adaptarnos a una nueva interpretación de las situaciones vividas hasta el momento y a un nuevo planteamiento sobre la vida.
Tipos de depresión
En relación a su origen, hay dos tipos aparentes de depresión:
+ La depresión ENDÓGENA o EXISTENCIAL Se caracteriza por su falta de relación con un hecho o situación desencadenante externa. Se acompaña de síntomas corporales como taquicardia, temblores o sudoración. Es continua, aunque se valora un empeoramiento del estado de ánimo preferentemente por la mañana, con un despertar precoz. La personalidad del afectado y su hecho relacional son estables (hay un comportamiento exterior normal). En este tipo de depresiones cabría valorar las situaciones causantes, ya que aparecen progresivamente por la acumulación de varias circunstancias.
+ La depresión EXÓGENA
ø SECUNDARIA. Está relacionada directamente con un factor externo negativo que el afectado ha vivido de manera brusca (no ha tenido tiempo para adaptarse).
   Clínicamente, la sensación de desánimo se acumula durante el día y tiene su punto más álgido por la noche, que es cuando la persona piensa en sus males y sufre de insomnio. En este tipo de depresión, el afectado desarrolla una personalidad histriónica, es decir, manifiesta y exterioriza su situación emocional con lloros y angustia, demostrándose a sí mismo y a los demás su situación. Esto le puede producir graves trastornos de relación social (absentismo laboral, problemas familiares...). Lo que diferencia básicamente estos dos tipos de depresión es el hecho del reconocimiento causal. Ante una determinada situación, cada persona puede reaccionar y proceder de muy diferente manera, según cuál sea su capacidad de reacción. No es la situación en sí misma la que produce la depresión, sino la manera que tiene el afectado de reaccionar. Esto explica que en determinados casos valoremos una depresión como endógena (sin motivo aparente), cuando en realidad hay una causa.
   Muchas depresiones pueden desarrollarse precozmente en el niño e incluso en la unión materno-fetal, ya que el futuro niño está comunicado con la madre a nivel nutricional y emocional. Por eso determinadas situaciones de rechazo, miedo o desvalorización pueden afectar incipientemente en el desarrollo posterior del adulto, cuando por algún motivo se despiertan esos sentimientos profundos. A nivel médico la depresión se clasifica en:
+ De expresión neurógena. Los síntomas se refieren a los trastornos psicológicos que produce (desánimo, tristeza, indiferencia, desmotivación, cefaleas, insomnio, falta de memoria y concentración, ansiedad, miedo...).


 

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