martes, 14 de junio de 2016

Brweve historia de la Fitoterapia; Desde la Prehistoria al Nuevo Mundo, 3ª y última parte


Durante la colonización del Nuevo Mundo, el estudio de las plantas medicinales se convirtió en necesario debido a la escasez de remedios medicinales conocidos por la ciencia del colonizador español. Al mismo tiempo, numerosas plantas conocidas en Europa desde la antigüedad se llevaron a América, donde hoy en día se han naturalizado.
LOS ESCRITORES INGLESES
   John Gerard publicó su primera edición del “The Herbal or General History of Plants” en 1597.
   Esta obra describe la friolera de 2850 plantas, 800 de las cuales se deben exclusivamente a Thomas Johnson. Gerard no hizo una obra original, sino que se dedicó a compilar otros trabajos e ilustraciones de otros libros, como los de Dodoens, o de Jacob Dietrich Bergzabern (denominado Tabernaemontanus), aunque se nota en la obra de John Gerard una especial dedicación a lo que hoy en día sería considerado como un espíritu científico y aséptico, por la exposición impersonal y meramente descriptiva de las diferentes plantas y de sus propiedades farmacológicas.
   John Gerard fue un barbero-cirujano nacido en 1545, superintendente del Jardín Botánico de Londres. Contrariamente a lo que se deduce de la lectura de su obra, no fue una persona tan formada académicamente como Andrés de Laguna, y gran parte de la erudición que su libro desprende es debida a la intervención de Thomas Johnson, médico, apoticario y botanista afamado.
   John Parkinson (1567-1629) fue contemporáneo de Gerard, renombrado Apotecario de Londres y Herbalista de la corte Real, así como director de los Jardines reales de Hampton Court, y su libro “Theatrum Botanicum”, publicado en 1640, compitió en fama y erudición con el de John Gerard.
   Nicholas Culpeper, que murió en 1654, publicó “The Complete Herbal and English Physician” (Herbario completo del Médico inglés), y nos ofrece una versión algo distinta de las plantas, ya que además de ser apotecario licenciado en Cambridge, hizo estudios de Física y Astrología, trasladando estos estudios a su obra sobre plantas medicinales, las cuales relacionaba, como se verá en este libro, con las posiciones de los planetas y las casas astrológicas, en una posición bastante cercana a la Alquimia.


LA FITOTERAPIA EN EL NUEVO MUNDO
   Como he dicho, el descubrimiento de América proporciona a la Fitoterapia un filón de plantas medicinales desconocidas.
   El estudio de las plantas medicinales se convirtió en un tema de estudio necesario debido a la escasez de remedios medicinales conocidos desde la ciencia del colonizador español, y las órdenes religiosas encargadas de evangelizar el continente también se dedicaron en excelentes tratados a describir las plantas y la medicina tradicional indígena. Esta interrelación, sin embargo, ocasionó un intercambio de especies medicinales en ambos sentidos, así, por ejemplo, la Quina se introdujo desde América a España y Europa, pero numerosas plantas conocidas en Europa desde la antigüedad se llevaron a América, donde hoy en día se han naturalizado y forman parte de la flora habitual de numerosas zonas del continente americano.
   Las obras y láminas de Celestino Mutis son sin duda el trabajo más importante que en su época se hizo sobre la flora del Nuevo Mundo. Aún se le recuerda hoy en día, y todos tenemos actualmente a Celestino en la mano, ya que su efigie es la que decora los billetes de dos mil pesetas.
   Son interesantes las obras de religiosos españoles como el jesuita Bernabé Cobo en el Perú, quien en 1653 publicó su “Historia del Nuevo Mundo”, una excelente crónica social que incluye numerosísimas prácticas tradicionales que los indígenas realizaban con las plantas medicinales. Bernabé cita a un contemporáneo suyo, el peruano Garcilaso de la Vega, «el Inca», historiador peruano (1539-1616), quien en sus libros “Historia de la Florida”, “Comentarios Reales” e “Historia del Perú” describe, aunque algo de soslayo, algunas especies vegetales utilizadas con fines medicinales.
   Otra obra interesante, aunque algo posterior, es el manuscrito del franciscano Fray Juan Navarro “Historia Natural o Jardín Americano” (1801), que describe y clasifica las plantas medicinales mexicanas utilizadas desde la época prehispánica.
   A partir de entonces, entramos ya en la época contemporánea, en la cual los trabajos de investigación en plantas medicinales se dirigen, además de al descubrimiento de especies nuevas, a la identificación de sus componentes, o principios activos, lo cual se inicia con el desarrollo moderno de la química. Pero esto ya es otra historia, que espero poder contar en otra ocasión.

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