viernes, 30 de septiembre de 2016

Huesos: Como reforzarlos, 2ª parte


EL MODELO ALIMENTARIO ACTUAL
   En la gran mayoría de los países ricos se observa una ingesta energética que supera con frecuencia las necesidades
(condición sine qua non para la aparición de sobrepeso u obesidad), una excesiva ingesta de proteínas y grasas (que proceden mayoritariamente de alimentos de origen animal) y un aporte inferior al de las recomendaciones en glúcidos complejos (almidón) y fibras alimentarias, ambos sólo presentes en los alimentos de origen vegetal, y también en muchos casos por una ingesta subóptima de micronutrientes (vitaminas y elementos químicos).
   Efectivamente, éstas son las traducciones nutricionales de los cambios alimentarios experimentados en este último siglo, que pueden definirse en gran parte como una “animalización” y “refinamiento” de la dieta.
   Estos desequilibrios pueden considerarse hoy como factores de riesgo nutricionales de las llamadas enfermedades de la civilización, entre las que figura en la actualidad la Osteoporosis acompañando a la Aterosclerosis, la hipertensión, la obesidad, la diabetes no insulino dependiente, el cáncer y el estreñimiento.   Al hablar de este aspecto de la relación que existe entre alimentación (o nutrición) y salud, dos cuestiones son de obligada aclaración:
1) Todas las alteraciones citadas tienen en común el hecho de ser multifactoriales, es decir, que múltiples factores (no sólo nutricionales) pueden contribuir a su aparición.
2) En ningún caso se puede establecer una relación causa-efecto entre un factor nutricional (o un alimento) y una patología concreta, pero sí, en todo caso, correlaciones positivas o negativas, de ahí que se presenten los factores nutricionales como factores de riesgo.

Ciertos  desequilibrios nutricionales pueden considerarse como factores de riesgo de
la Osteoporosis, Aterosclerosis, hipertensión, obesidad........
 

La Osteoporosis es un problema de salud pública que genera un coste social enorme y tiene como tratamiento de elección la prevención.

Múltiples factores pueden estar implicados en su desarrollo, entre los que pueden figurar algunos de los desequilibrios nutricionales presentes habitualmente en nuestro modelo alimentario.

Las medidas dietéticas a considerar para su prevención y control pueden incluirse en cualquier plan dietético que tengan por objeto buscar el equilibrio alimentario y nutricional, plan en el que, por múltiples razones, la ingesta adecuada de frutas y hortalizas ocupa un lugar destacado además de por sus cualidades nutricionales por sus características organolépticas.

 

 

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