domingo, 25 de septiembre de 2016

Ojos: Cuidados especiales en verano, 1ª parte


 La exposición a los rayos solares, el polen, el cloro y las bacterias que contiene el agua de las piscinas son algunos de los agentes veraniegos que pueden afectar la salud de nuestros ojos,
provocando diversas afecciones como conjuntivitis, irritación, enrojecimiento y otras lesiones de carácter más grave.
   E1 ojo es, sin duda, unos de los órganos más delicados y a la vez más agredidos del organismo. El constante trabajo bajo luz artificial o el estar delante de la pantalla de un ordenador, la televisión, el estrés, la fatiga, la edad y hasta una alimentación desequilibrada son factores que influyen negativamente en la salud ocular. De ahí la necesidad de tomar medidas preventivas y prestar las oportunas atenciones a este órgano vital. Todos estos cuidados deben extremarse en verano, periodo en el que entran en juego otros agentes externos como las radiaciones solares, el polen, el cloro y las bacterias que contienen el agua de las piscinas, que pueden provocar conjuntivitis, hinchazón, irritación y enrojecimiento de los ojos o incluso lesiones irreversibles.

Conjuntivitis

   La conjuntivitis es la inflamación de la conjuntiva, membrana que une el globo ocular con la pared interna del párpado. Esta membrana, continuamente lubrificada por las lágrimas y el moco, cumple la importante función de favorecer el deslizamiento de los párpados.
   En función de las causas existen diferentes tipos de conjuntivitis; las más frecuentes son la conjuntivitis catarral y la primaveral.


Conjuntivitis catarral

   Se reconoce fácilmente por sus síntomas, esto es, la irritación que suele afectar a ambos ojos o la sensación de que ha entrado un cuerpo extraño en el saco conjuntival, acompañados de ardor y picor muy molesto y  fotofobia (molestia a la luz). Los ojos presentan un aspecto enrojecido y por las mañanas están legañosos.
   Este tipo de conjuntivitis es muy contagiosa, por lo que se deben extremar las normas higiénicas. El tratamiento consiste principalmente en la aplicación de compresas y en las irrigaciones y lavados frecuentes de la superficie conjuntival con infusiones de pétalos de rosas, manzanilla e eufrasia.


Conjuntivitis primaveral

   Esta afección de origen alérgico se manifiesta en primavera, pero también en verano. Se trata de una hipersensibilidad a sustancias como el polen, el polvo, la caspa y el pelo de los animales.
   Afecta con mayor facilidad a los jóvenes y a los niños y los síntomas suelen ser ardor, picor, lagrimeoconstante y fotofobia. La mejor medida de tratamiento y prevención es evitar el contacto de la persona afectada con el agente responsable, aunque esta actuación resulta un tanto complicada, ya que dicha sustancia puede estar muy extendida, como ocurre en el caso del polvo o del polen.


Conjuntivitis de piscina
   Se denomina así porque se puede contraer al bañarse en piscinas cuyas aguas están contaminadas por la Clamidia oculo-genitalis, un microorganismo que muestra cualidades propias de virus y de bacterias, y que afecta tanto a la mucosa conjuntiva como a la mucosa de las vías urinarias.
   Una buena medida preventiva es la utilización de gafas de agua a la hora de tomar el baño. De esta forma también se protege a los ojos de otras sustancias irritantes como el cloro.
   La sintomatología que presenta este tipo de conjuntivitis es muy similar a las anteriores: sensación de picor y ardor de ojos, guiños e intolerancia a la luz.


Conjuntivitis simple
   Esta conjuntivitis apenas reviste complicaciones y suele aparecer tras un día de mucho viento o después de un paseo en moto. Se manifiesta como un enrojecimiento en forma de rayas convergentes que van desde la periferia hacia la pupila.
   El tratamiento es muy simple: basta con aplicar en los ojos un colirio a base de Eufrasia, Hidrastis y agua de Hamamelis, tres veces al día.


Irritación y enrojecimiento de los ojos
   Una de sus principales causas es la contaminación ambiental, factor un tanto complicado de controlar ya que los agentes irritantes están suspendidos en el ambiente.
   Los filtros de aire aminoran el problema en el hogar, pero esa medida, naturalmente, es inviable en el exterior.
   La irritación ocular también se debe a otros factores como el cloro, la fatiga ocular, un uso inadecuado de las lentes de contacto, a no dormir suficientes horas, trabajar durante largos periodos sin descansar, etc.


Inflamación de los parpados
   La blefaritis o inflamación de los párpados puede tener su origen en diversas causas, desde una amplia gama de infecciones de carácter local hasta problemas de refracción.
   La limpieza de los bordes palpebrales con una solución de ácido bórico al 3% es una buena medida de emergencia, pero sólo hasta la consulta con el especialista.


 

 

 

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