domingo, 9 de agosto de 2015

Celulitis: Como vencerla de modo natural: 1ª parte

Celulitis Cómo vencerla de modo natural La celulitis es un trastorno común en las mujeres que, en estados avanzados, puede dar lugar a problemas de difícil solución como flacidez, edemas, varices, estrías y piernas cansadas. Los tratamientos naturales, solos o combinados entre sí, pueden evitar su aparición y también acabar con ella. Aunque los hombres también la sufren, eso sí, en una proporción muy baja, la celulitis se considera un problema típicamente femenino. Y es que alrededor del 95% de las mujeres de todas las edades la padecen en alguna de sus diferentes fases. Entre los factores que influyen en la aparición de este trastorno, resalta la vida poco saludable, falta de ejercicio, dieta desequilibrada, los trastornos endocrinos y problemas circulatorios. Pero las responsables más directas de la celulitis son las hormonas femeninas o estrógenos, que intervienen en la madurez sexual de la mujer, y la progesterona, que junto a los estrógenos, está presente en los procesos biológicos que afectan al tejido adiposo. Teniendo en cuenta todos estos factores y sobre todo los inherentes a la naturaleza femenina, lo mejor para luchar contra la tan temida celulitis son las medidas preventivas y la actuación desde una edad temprana. ¿En qué consiste la celulitis? La celulitis es una hipertrofia de las células adiposas, es decir, los líquidos intersticiales, las grasas y las toxinas que no han sido transportadas y posteriormente eliminadas, se depositan en las células grasas o adipositos, provocando que éstas se hinchen y aumenten de tamaño. Como consecuencia de la hinchazón, estas células comprimen todo lo que tienen a su alrededor, entorpeciendo la circulación sanguínea y linfática y, por lo tanto, la eliminación de residuos y toxinas. Si este trastorno no se trata a tiempo, las células adiposas siguen engordando y el tejido conjuntivo, al no ser abastecido adecuadamente, se debilita y pierde firmeza, volviéndose más flácido. El resultado es la denominada “piel de naranja”, una piel llena de bultos que se perciben a simple vista o pellizcando levemente la piel. En estados avanzados, la celulitis puede crear otros problemas de difícil solución como flacidez, edemas, varices, estrías y piernas cansadas. La diferencia entre obesidad y celulitis reside en que, en la primera, la grasa se reparte de forma más generalizada y el tejido conjuntivo apenas se degenera, mientras que la celulitis se instala en zonas muy específicas del cuerpo, como caderas, glúteos, vientre, muslos, rodillas y tobillos, y además, el tejido subcutáneo se inflama con infiltración de nódulos dolorosos al tacto y depósitos adiposos. Autodiagnóstico La celulitis es un trastorno que tiene fácil tratamiento si se actúa en una fase inicial. Para ello, en el caso de las mujeres, es preciso hacerse chequeos regularmente desde edades muy tempranas. Para conocer si existen inicios de celulitis (fase edematosa), basta con pasar suavemente los dedos de la mano por la zona afectada, si ya ha aparecido el trastorno se percibirán, bajo la piel, nódulos más o menos gruesos. La fase “piel de naranja” o segundo estadio ya causa dolor y se caracteriza porque, al realizar la maniobra del pellizco, es decir, al coger una porción de piel entre el pulgar y el índice, se detectan nódulos. En el tercer estadio o fase esclerótica, la celulitis ya se percibe a simple vista sin necesidad de maniobras. En esta etapa, la piel está dura, poco elástica y dolorosa, y presenta un aspecto acolchado con pequeños bultos y depresiones. Tipos de celulitis • Celulitis edematosa Se presenta con hinchazón, debido a la retención anormal de líquidos, y se localiza en las extremidades inferiores, desde los tobillos hasta los glúteos. En una fase avanzada resulta dolorosa, las piernas tienen forma de columnas gruesas y los líquidos se concentran más en los tobillos, pantorrillas y rodillas, al tacto se aprecian los nódulos bajo la piel. Este tipo de celulitis puede aparecer desde la pubertad y si no se corrigen las causas, evoluciona y se extiende rápidamente. • Celulitis blanda Se caracteriza por la flacidez y poca consistencia de los tejidos, y en ella la superficie cutánea cambia de aspecto según la postura que se adopte. Al tacto provoca dolor, resulta blanda y pastosa y se perciben los nódulos. También puede ir acompañada de sensación de pesadez y pequeñas varices. Suele presentarse en las obesidades celulíticas, cuando se realizan repetidos tratamientos de adelgazamiento con pérdida de mucho peso. Puede concentrarse en caderas, glúteos, muslos y tripa o bien ser más generalizada abarcando una amplia superficie. • Celulitis dura Este tipo se suele dar más en casos de celulitis muy localizadas. Entre sus particularidades destacan su gran consistencia, lo que la hace muy difícil de eliminar, y el engrosamiento considerable de los tejidos. Tal es así, que la piel, la grasa y los músculos parecen que estén soldados, por lo que al tacto no se detectan los típicos nódulos de la celulitis. Además, la piel pierde la elasticidad y se vuelve dura y tensa, provocando en ocasiones estrías. • Celulitis mixta Se caracteriza por que tiene aspectos de la celulitis edematosa y de la blanda, y presenta flacidez de los tejidos y acumulación de líquidos localizados en diferentes zonas del cuerpo. Factores desencadenantes La aparición de la celulitis puede deberse a un amplio abanico de causas, que van desde desequilibrios hormonales a malos hábitos de vida. • El sexo Se estima que alrededor de un 95% de la población femenina padece celulitis en alguna de sus fases. Se trata de un problema más bien ligado a las hormonas femeninas, concretamente a los estrógenos, secretados por los ovarios, y al desequilibrio entre la progesterona y la foliculina. Los hombres también la sufren, pero en menor proporción. En el caso de las mujeres se localiza en muslos, vientre, caderas, rodillas, y en ellos se concentra en el abdomen, los brazos y bajo la nuca. • La edad No existe una edad concreta para la aparición de celulitis, ya que ésta se puede presentar en cualquier etapa de la vida. En las mujeres hay una mayor predisposición a sufrirla en los periodos de grandes cambios hormonales como la pubertad, el embarazo y la menopausia. Debido a los desórdenes hormonales, es en la pubertad (por regla general) cuando la celulitis comienza a manifestarse, principalmente en los muslos, en este momento es cuando se debe actuar para controlarla. Otra ocasión muy propicia para que el problema prospere es el embarazo, gracias a los cambios bruscos de peso y la revolución hormonal por la que pasa la mujer embarazada. Por último, la menopausia es una etapa llena de desequilibrios hormonales, lo que favorece la aparición o empeoramiento, en la mayoría de los casos, de la celulitis. • El sedentarismo El actual ritmo de vida en el que se pasa mucho tiempo sentado en el trabajo, en el coche o delante del televisor, y donde apenas hay tiempo para el ejercicio, favorece la aparición de la celulitis. • Dieta inadecuada Una dieta rica en hidratos de carbono, grasas, azúcares y alimentos refinados muy condimentados y elaborados, las bebidas gaseosas y excitantes, así como las comidas rápidas tan en auge en la vida actual, contribuyen en gran medida a la aparición de este trastorno. • Malos hábitos Malos hábitos como fumar y tomar alcohol o café en grandes cantidades producen una acción tóxica sobre el hígado, la sangre y el organismo en general. La acumulación de las toxinas en las células contribuye, junto con otros factores, al desarrollo de la celulitis. • Factores psíquicos El estrés, las prisas, la tensión emocional o la ansiedad, afectan a distintas funciones del organismo, alterando el proceso respiratorio, digestivo y la función intestinal con una producción excesiva de toxinas, y favoreciendo la aparición de infiltrados celulíticos. • Fármacos El abuso de medicamentos puede producir una alteración en el metabolismo hidrosalino, propiciando la aparición de la celulitis. Esta situación se agrava con la ingestión indiscriminada de laxantes, diuréticos y dietas bajas en sodio. Las píldoras anticonceptivas contienen hormonas en estado puro, lo que puede contribuir a la aparición de celulitis. Aunque las dosis actuales de estrógenos son más controladas, es aconsejable interrumpir de vez en cuando el tratamiento.

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