viernes, 14 de agosto de 2015

Circulación sanguínea: 1ª parte


Circulación sanguínea
Cómo mejorarla
El aporte constante de oxígeno y nutrientes a los diferentes órganos de nuestro cuerpo es
fundamental para el buen funcionamiento del
organismo.
Por ello nuestra amplia red de vasos sanguíneos actúa como transporte para llevar hasta
las células todas las sustancias necesarias para nuestro óptimo rendimiento.
   E1 corazón y los vasos sanguíneos son los ejes del sistema cardiocirculatorio, los auténticos responsables de que la sangre circule abiertamente por nuestro cuerpo. La circulación sanguínea se inicia en el ventrículo izquierdo y termina en la aurícula derecha. Aporta sangre rica en oxígeno y a lo largo de las arterias suministra oxígeno y nutrientes a las vísceras y los músculos.
   Cuando las células de todo el cuerpo obtienen energía a través del metabolismo, se forma anhídrico carbónico, un residuo que es transportado hasta la parte derecha del corazón (órgano que actúa como bomba central), desde donde pasará al ventrículo derecho, y posteriormente, a los pulmones. Una vez se ha producido el intercambio de anhídrico carbónico por oxígeno, la sangre vuelve al corazón mediante las venas pulmonares, y finalmente, desde la aurícula izquierda pasa al ventrículo izquierdo.


Condicionantes básicos

   De todos modos, para una óptima realización de este proceso es necesario que exista una correcta presión sanguínea, que depende en gran parte de la potencia de bombeo del corazón (cuando el músculo cardíaco se contrae, impulsa sangre a las arterias) y del diámetro de los vasos sanguíneos. Los valores de la tensión arterial se valoran precisamente a partir de estas funciones, el valor máximo corresponde a la fase de contracción del miocardio (la sístole) mientras que la fase de dilatación (o diástole) nos aporta el valor mínimo que tomaremos como referencia. Pero hay que tener en cuenta que estos valores cambian en función de distintos condicionantes (momento del día, niveles de estrés, antes o después de las comidas...).
   El pulso es otro de los parámetros que nos ofrece información sobre nuestro estado de salud y el correcto funcionamiento de nuestro sistema circulatorio. Además, nos permite detectar la aparición de alguna patología importante.
   Por otra parte, es el cerebro el encargado de regular el sistema circulatorio. Éste recibe información del estado de la presión sanguínea de los sensores (receptores situados en la carótida, la aorta y las arterias renales) a través del sistema nervioso vegetativo.


Un circuito complejo
   Los vasos sanguíneos implicados en el mecanismo circulatorio del cuerpo se dividen en venas y arterias. Las venas completan el circuito de la circulación retornando la sangre al corazón (aurícula derecha). Ellas son las responsables de que la sangre solamente circule en una dirección, ya que disponen de unas válvulas que impiden su vuelta atrás.
   Por su parte, las arterias son conductos mediante los cuales la sangre sale del corazón. El principal de ellos es la aorta, que nace en el ventrículo izquierdo del corazón y a partir de la cual se forma el complejo entramado de arteriolas, capilares y vénulas (venas pequeñas).


Homeopatía
   Los compuestos homeopáticos citados a continuación se utilizan en el tratamiento de diversas afecciones relacionadas con la circulación sanguínea, como varices eczemas varicosos, tromboflebitis venas congestionadas, etc. !
  
La relación que presento incluye la cantidad indicada, siempre previa consulta al especialista.

APIS MELLIFICA (9CH)
Edema de color rosado, de naturaleza inflamatoria y dolor intenso.                                                                    
CALCAREA FLUOCORICA (9CH)
Indicada en varices.
FLUORICUM ACIDUM (9CH)
Varices pruriginosas y úlceras varicosas.                                                                                                        
HAMMAMELIS VIRGINIANA (9CH)
Venas congestionadas, hinchadas, sensibles y dolorosas.
   Sensación de dolores locales o de contusión.
LACHESIS (9CH)
Varices o úlceras varicosas sensibles al menor contacto, de color azulado o vio1áceb,
Trastornos circulatorios más frecuentes

HIPERTENSIÓN
  
Este trastorno cardiovascular es una de las enfermedades más comunes en los países desarrollados.
   Una hipertensión continuada (se consideran excesivos unos valores superiores a los 140/90 mm de Hg) puede provocar alguna afección de tipo cardíaco a largo plazo, así como daños importantes en los riñones.
   En la mayoría de personas hipertensas no existe una causa que explique el trastorno, sino que éste suele relacionarse con factores como el sobrepeso, el consumo excesivo de alcohol o la falta de ejercicio, que aumentan los riesgos de sufrirlo. Otros condicionantes a tener en cuenta son los de carácter hereditario o la edad.
HIPOTENSIÓN
  
El fenómeno contrario al anterior hace que el retorno de la sangre desde las venas de las piernas al corazón se deteriore y tengan lugar una serie de trastornos que pueden desembocar en colapso circulatorio, Muchas veces la hipotensión se asocia a la existencia de varices, a un período largo de convalecencia de una enfermedad o u pérdidas considerables de líquido (por fiebre y diarrea, por ejemplo), entre otras causas.

TROMBOSIS
  
Se origina cuando se obstruye parcial o totalmente una vena o una arteria, a causa de un coágulo de sangre. Este tapón de sangre recibe el nombre de “trompo” y tiene causas muy diversas, desde una reducción en la velocidad del flujo sanguíneo a una alteración de la composición de la sangre.
ÚLCERA VENOSA
  
Suele ser una consecuencia de las varices u otros trastornos circulatorios, que impiden la llegada correcta de oxígeno a los tejidos.

ANEURISMA
  
Se trata de la dilatación excesiva de una arteria, algo muy habitual en personas hipertensas, causada por la consistencia extremadamente débil de la pared de la arteria (el paso de la sangre acaba provocando un abultamiento).
FLEBITIS
  
Con este nombre se conoce el trastorno provocado por las retenciones de sangre en las piernas, algo habitual, por ejemplo, tras un largo viaje en avión, Las varices son una de las causas más frecuentes de la flebitis.

VARICES
  
Suelen afectar a las personas que tienen debilitado el tejido conjuntivo. La insuficiencia venosa suele ser hereditaria en la mayoría de los casos, pero la falta de ejercicio, pasar muchas horas de pie o sentado y fumar en exceso también favorece su aparición.                       
EMBOLIA
  
Cuando el trombo circula por diversos órganos del cuerpo se corre el peligro de que tapone una arteria. Esto a su vez puede provocar una oclusión vascular severa por la falta de oxígeno en los órganos de la zona.
   La embolia es especialmente grave cuando se origina en la aurícula izquierda del corazón, porque puede acabar provocando un trastorno de tipo cerebral.


 

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